Entre Manifestaciones y Mentiras, Todo Va Bien

El pasado viernes, Pedro Sánchez habló demasiado y no dijo nada.  Sus promesas de lealtad tenían la misma validez que la anunciada rebaja del gobierno “frankinsdepe”. El mismo día, El Rey expresó, sin palabras, la misma preocupación que demuestran los ciudadanos a diario en las calles de España. Hoy lunes, las promesas de Sánchez vuelven a perderse entre las brumas del olvido. Es la tónica socialista habitual.

La realidad de este país parece que pasa por la continuación de las manifestaciones contra el asesinato del Estado de Derecho en España. Que la izquierda ha perdido la calle es un hecho innegable. En los últimos 18 días, Pedro Sánchez y el traidor “PSOS” (de Secesionista) han tenido el mayor número de manifestaciones contrarias jamás conocidas en los últimos 45 años de nuestra débil democracia.

Las protestas, en contra de lo esperado por el gobierno y el partido socialista, están muy lejos de acabarse. El bochornoso alzamiento de Sánchez hasta los altares del secesionismo, lejos de apaciguar los temores y la preocupación de la población, han reavivado el espíritu de libertad demostrado en el año 218 aC; en el año 711 dC y el 2 de mayo de 1808 con la posterior proclamación de la primera Constitución Española, por citar sólo tres hechos históricos aún no eliminados por decreto del recuerdo de social.

En el foro de este teatrillo de traidores chirrían las meteduras de pata de un Partido Popular que no termina de asumir su papel en el vodevil dirigido por Pedro Sánchez. La desconfianza de la población hacia la silente y pasiva Unión Europea aumenta día a día. El conchabeo existente entre Pedro Sánchez y el dueto compuesto por la presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen y el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, favorecen muy poco el desarrollo de la esperanza y la confianza en las instituciones de la Unión Europea.

La petición de Von der Leyen a Sánchez, en 2019, instándole a que «Tenemos que trabajar juntos por un proyecto común» no se olvida. Del mismo modo, la protección y el refugio consentido en la UE hacia el fugado Puigdemont, tampoco se olvida.

En medio de este teatrillo cervantino, ¿Qué hace el Partido Popular durante las manifestaciones callejeras de la sociedad civil? Intentar quitarle protagonismo ayudando de paso a Pedro Sánchez. El pasado sábado, Feijóo, volvió a mostrar en Cibeles su interés por acaparar la mayor publicidad posible sobre su persona y el PP. El ridículo europeísta de los populares lograron soliviantar a los ciudadanos asistentes que no compartían la presencia de tanta banderita de la UE-PPE en un acto organizado por la sociedad civil.

Otro gran error de Feijóo que sólo beneficiará a la coalición secesionista que gobierna España. Los dirigentes del PPE deberían haber caminado clandestinamente entre los asistentes a la manifestación. Habrían escuchado entonces cómo, las palabras de Paulo Rangel, vicepresidente del Partido Popular Europeo, sonaban a huecas. Al mismo tiempo, un número importante de asistentes recogían sus banderas europeas ente la falta de contundencia en las actuaciones y las declaraciones vertidas desde Bruselas contra el proceso dictatorial emprendido en España.

Plaza de Cibeles y avenidas aledañas -Madrid, 18/11/2023

El pasado sábado, la plaza de Cibeles fue el lugar elegido por las asociaciones civiles para denunciar y  levantar la voz alabando «el gusto» de los ciudadanos por «la fruta». En contra de los planes puestos en marcha por un reelegido Pedro Sánchez que, en calidad de presidente del gobierno y de forma unilateral, ha decidido continuar en el poder a costa de pasar a la historia parodiando a Charles Chaplin en su película de 1940, El Gran Dictador, los manifestantes, alzaron al cielo de Madrid verdades que los socialistas prefieren ignorar.

De momento, gracias a Sánchez, España se ha convertido en el refugio vacacional para los grupos terroristas de carácter socialista y comunista. Estos grupos tienen el lamentable honor de ser los únicos grupos terroristas que continúan en activo por el mundo desde los años setenta y ochenta del siglo pasado.

Para que no exista confusión posible entre lo declarado por el PSOE y los auténticos pactos firmados entre socialistas e independentistas, entre los invitados a la concentración organizada el sábado por Bildu, se encontraban antiguos etarras no arrepentidos; miembros del Frente Popular para la Liberación de Palestina (FPLP) que ayudó y formó a los miembros de ETA durante los años del hierro en los comienzos de la democracia.  Así mismo, participaron en la orgía Bildu-etarra varios representantes del Sinn Fein irlandés y del Congreso Nacional del Kurdistán (KNK).

Algunos de estos grupos continúan figurando como Grupos Terroristas en activo tanto en la Unión Europea como en los Estados Unidos. Por qué no fueron detenidos por Marlaska es una incógnita con fácil respuesta. ¿De quién depende la legalidad española? ¡Pues Eso!

Los actos de alabanza a la claudicación del «Estado Represor», como se ha encargado de aclarar Bildu estos días, también contó con la presencia de Esquerra Republicana de Cataluña (ERC); el grupo independentista gallego del BNG, los antisistema y separatistas catalanes de la CUP, Andecha Astur, Compromís…

¡Menudo ejemplo de la concordia que ha lanzado Sánchez a España y la Unión Europea!

A pesar de todo, el éxito de la manifestación del sábado en Cibeles pone de los nervios a un gobierno que se encuentra entre la espada de los independentistas y la pared de las manifestaciones sociales y del CGPJ.

Sobre la falta de libertad de la población y las mentiras de Sánchez, no hay que preocuparse. Entre Manifestaciones y Mentiras Todo Va Bien. Al menos para Pedro Sánchez y los independentistas.

Rafa Montilla, 19/11/2023.

Corregido y ampliado, 24/11/2023

Publicado en El Día Digital con fecha 20/11/2023.

Sánchez, su Muro y la Concordia Imposible

El resultado de la tercera investidura de Pedro Sánchez ha sido el previsto. Algo más de una hora ha dedicado el renovado presidente para actuar como oposición de la oposición.  Una infinita amalgama de insultos, medias verdades y bochornosas falacias fueron dirigidas al Partido Popular y a Vox con el único objetivo de minimizar las necesarias explicaciones sobre la amnistía y el reconocimiento, oficial u oficioso, de una Euskadi y una Cataluña separadas de España.

Mucho criticamos en su día la huida de Mariano Rajoy para no ver cómo le quitaban la presidencia  del gobierno en 2018. Continuando con esta tónica, Pedro Sánchez se erigió ayer en el primer presidente del gobierno de España que demuestra su valentía principesca entrando a hurtadillas por la puerta de atrás del Congreso de los Diputados. Todo un símbolo para quién, o quienes, van a gobernar realmente el país los próximos meses o años.

Defenestrada la social-democracia en el PSOE no se podía esperar otra actuación de éste sorpresivo «muro» neo-comunista. El país estará gobernado por el delinte huido Puigdemont, y por el condenado por terrorismo Otegui. En esta farsa democrática, a Pedro Sánchez sólo le queda actuar como la cara amable y visible de un separatismo que se ha quitado el disfraz de demócratas progresistas. Por desgracia para la nación, y en palabras del propio Sánchez, «Es lo que hay».

El tiempo que no dedicó a explicar los acuerdos secretos con JxC o Bildu lo dedicó a leer las notas manuscritas de Sumar sobre la Igualdad. Vuelve a prometer Sánchez la redacción de una Ley de Representación Paritaria que, empezando por el mismo PSOE, ningún partido político ha cumplido nunca. Romper con un inventado «techo de cristal» feminista es la otra promesa esgrimida. ¿Pero esto no fue un éxito cumplido en la pasada legislatura?

Para este renovado pseuo-presidente, la igualdad parte de la desigualdad de los españoles. Y se siente orgulloso de sus palabras. Deja al margen las concesiones y privilegios prometidos a los gobiernos independentistas de Cataluña y Vascongadas para centrarse en demostrar, con poco éxito la verdad, que se cumple la igualdad establecida en la Carta Magna ¡en todo el territorio nacional!, porque así lo afirma el líder socialista con impasible descaro en la Cámara Baja.

Naturalmente, muchos españoles, seguirán sin poder crear empresas rotuladas en español en esas comunidades; tampoco se podrá hablar o estudiar español libremente; la documentación autonómica oficial no llevará impreso ningún apartado en el idioma nacional. En definitiva que, los beneficios y las libertades sociales, continuarán siendo diferentes según nos dejen vivir dentro o fuera de ese «muro» prometido por Sánchez.

Pero ¡existe igualdad!. Progresista y asimétrica, pero igualdad al fin y al cabo.

Durante los debates, Pedro Sánchez, prometió en varias ocasiones que  defenderá «los ideales democráticos… con toda la fuerza del Estado». Difícil planteamiento este, cuando no imposible de llevar a cabo, para un presidente que vive a la deriva de los «cambios de opinión» personales y los deseos de quienes le han colocado “provisionalmente” en el sillón presidencial.

El presidente del gobierno, una vez más, volvió a vendernos la fanfarria de tener el mejor «poder adquisitivo» del mundo mundial para a continuación admitir que el empleo no es el idóneo, que los sueldos son inadecuados o que  los precios son altos, cuando no desorbitados, como justificación para sangrar a las supuestas «grandes fortunas» antes que vuelen fuera de España junto con sus empresas.

Sánchez, incluso se atrevió a hablar de patriotismo. No recuerdo que lo haya hecho anteriormente. Sin ruborizarse definió  el patriotismo como «saber que navegamos todos en el mismo barco». ¿En cuál? ¿En ese que desean destruir sus socios del PNV, Bildu, ERC o JxC? Nada que ver con la definición de «Amor a la Patria» y de «conducta propia del patriota, [entendido éste como la] persona que tiene amor a su patria y procura todo su bien» establecidas por la RAE y diversos diccionarios internacionales.

Claro está que, para Pedro Sánchez, todo en la vida es susceptible de «interpretación». Así, el artículo 2º de la Constitución que establece «la unión indivisible de la nación española» será «interpretado» por el nuevo ejecutivo siguiendo las directrices de los separatistas.

Mucho es de temer que, en realidad, el presidente del gobierno se refería al «patriotismo» que será  necesario para construir esa «Nación de Naciones» diseñada dentro de la Plurinacionalidad por los independentistas.

La convivencia, la reconciliación y la concordia, junto a la machacona cantinela de que «la amnistía es constitucional» fueron las consignas más repetidas a lo largo de las intervenciones de Pedro Sánchez, sus silentes súbditos y los nuevos amigos de «necesidad». Naturalmente, estos últimos dejaron claro a toda la Cámara Baja que No son socios de Sánchez, sino que se «aprovechan de esa necesidad» del presidente para continuar en la Moncloa.  

Alardear de convivencia, reconciliación y concordia siempre resulta inútil cuando sólo un contendiente enarbola dicha bandera. Realidad que ve aumentada su ineficacia cuando alguien levanta un «muro» divisor, aunque sea progresista, con la finalidad de encapsular a la población en dos cárceles diferenciadas por buenos y malos al 50%.

Dicha actuación escenifica en realidad la impotencia de su creador para defenderse cara a cara de los auténticos enemigos. Los muros, son utilizados como último refugio, como última defensa, de unos ideales y unas actuaciones indefendibles por métodos legales. Y, sobre todo, se suele olvidar que el levantamiento de dichos muros, como el levantado en Berlín por los comunistas en agosto de 1961, simboliza una «Represión» que, de inmediato, estimula la aparición de un irrefrenable deseo en la sociedad libre por derribarlo a toda costa.

Como no podía ser de otro modo, el renovado presidente vuelve a prometer otros «cuatro años más de estabilidad, convivencia y progreso». A tenor de lo manifestado por los grupos separatistas, la consecución de lo prometido por Sánchez pasa por engañar al independentismo y al resto de ciudadanos, o cumplir con sus exigencias. Cualquiera de las dos opciones, son negativas para la población que paga los desmanes firmados por el PSOE.

De todo lo expuesto por Pedro Sánchez durante los debates de  investidura sólo coincido, y defiendo, dos afirmaciones suyas. Dos auténticas, aunque menospreciadas, verdades: «Todos somos Españoles» y «Una España Unida es una España Mejor». Lástima que Sánchez, ni siquiera crea en las aseveraciones que lanza al viento dentro y fuera del centro de representación de la voluntad de los ciudadanos.

Rafa Montilla.

Publicado previamente en El Día Digital con fecha 17/11/2023.

Corregido y Ampliado el 20/11/2023, 21,00 h.

Protagonistas en la Moción de Censura de Vox contra Pedro Sánchez -2ª Sesión

Tres Días de Obsesiones y Precampaña Electoral 2. La inexistente Reflexión

A pesar de las apariencias, el título de este artículo no contiene error alguno. Más bien, se trata de una crítica a la incongruencia de la política española. El “Tercer Día” expresado en el título representa la inexistente reflexión antes de votar una cuestión tan trascendente como el cambio de gobierno y de modelo político en nuestro país.

En las elecciones locales, autonómicas y nacionales se mantiene la vieja y caduca costumbre del “día de reflexión” antes de proceder a las votaciones. Entonces, ¿Por qué los senadores, congresistas y diputados están exentos de esta imposición reglamentaria? La respuesta surge de las sombras de la propia vida política. No existe tal reflexión, sólo obediencia ciega al partido.

Siguiendo un guion previamente establecido la Moción de Censura de Vox contra Pedro Sánchez fue defenestrado sin sorpresas. Cuca Gamarra ha intentado, sin éxito, justificar la abstención del Partido Popular y la ausencia de su líder Alberto Núñez Feijóo. Difícil cometido éste pues significa de facto un apoyo encubierto a Pedro Sánchez y la inseguridad en el resultado de las próximas elecciones. En situaciones tan dramáticas y peligrosas como las expresadas por la oposición sobre el  comportamiento del gobierno, recurrir a la abstención sólo es un signo de cobardía.

Y, ¿qué hace Alberto Núñez Feijóo? Retomando la costumbre de Mariano Rajoy, no muestra un mínimo interés por la moción de censura y lo que se va decir en la Cámara Baja. Escudándose en su condición de senador, ha preferido permanecer en las sombras de las redes a la espera de que sean otros, los posibles votantes de mayo y diciembre, quienes le encumbren hasta la Moncloa sin esfuerzo, manteniendo abierta la puerta de los pactos con un partido, Vox, al que no se cansa de enviar mensajes de odio y desprecio.

También se pudo ver a un exaltado Patxi López que, lejos de responder adecuadamente a Ramón Tamames, se escudó en la vieja cantinela del PSOE para evitar la confrontación dialéctica sobre la necesidad o no de una moción de censura. Exactamente igual hizo su jefe de filas, Sánchez, durante sus eternas intervenciones copiadas a Fidel Castro o Nicolás Maduro en la primera sesión.

Para López, con su nueva historia en el bolsillo, el PSOE, no tuvo ninguna culpa en la Guerra Civil de 1936, ni en los años previos de acoso al propio gobierno republicano. ¿Y los ciudadanos? Para el portavoz socialista, continuamos siendo esos niños desvalidos que, sin capacidad de raciocinio ni de libre decisión, deben ser cuidados y mimados por el PSOE, pues sólo los socialistas progresistas conocen «lo que necesitan los españoles» (López dixit). Por lo tanto, la conclusión del portavoz socialista fue que, Tamames, ha sido «el señuelo» de quienes «hablan mucho» de una libertad que «no es la misma para nosotros». Para el PSOE.

Como no existió oratoria ni controversia dialéctica ésta cuestión quedó en el limbo del olvido sin una adecuada respuesta parlamentaria. Pero dicha manipulación de la “Libertad” no es un hecho banal. La adjetivación y la apropiación partidista del término destruyen la esencia misma de la Democracia en mayúsculas. Matiz que supone la peor cadena que atenaza la auténtica Igualdad Social pues, como expresaba John Stuart Mill, principal defensor del Liberalismo, se corre el peligro de sacrificar la propia Libertad, entregándola en bandeja de plata a sus enemigos.

Sobre el resto de “mitineros” que decidieron presentar sus réplicas precocinadas a un discurso de Ramón Tamames escasamente oído y mucho menos escuchado, poco merece la pena analizar o reflexionar sobre ellos. Las mismas quejas, los mismos lamentos e insultos de costumbre que vienen saturando la paciencia de cada vez más ciudadanos sobre la decadencia política y argumentativa de la clase política española.

Las respuestas de Ramón Tamames en la segunda jornada de supuestos debates llegaron con evidentes signos de cansancio y aburrimiento por la falta de la debida oratoria. Aun así, tuvo tiempo para recriminar al Partido Popular su abstención, anunciada días antes de escuchar las razones expuestas por el viejo profesor. Consideró Tamames que «no apoyar esta moción es un error». A los vascos que continúan pensando que «están todavía oprimidos» les preguntó de forma retórica, «¿pero qué cosa es esa?» La enumeración pormenorizada de cada prerrogativa que disfruta la autonomía vasca y el resto de comunidades no, fue su respuesta.

Sobre España, recordó las palabras de Pau Gasol sobre que «Cataluña es un pedazo de España», afirmando a continuación que «esa es la mejor definición». Poco después, volvió a recordar a la cámara que «no se puede hacer historia desde el BOE» en referencia a la excesiva utilización de un pasado falseado y manipulado. En esta línea llegó a preguntar a la Cámara: «¿Por qué tanta mención al término fascista como en el 36?».

Por último, culpó a los asistentes  de buscar «la separación, y la división». Al PSOE le inquirió por su obstinada costumbre de «utilizar a las mujeres como si fueran moneda de cambio», cuando en realidad «ahora tenemos más violaciones que antes del feminismo». Y lamentó que «el deseo de erradicar al candidato» fuera superior a la «lucha didáctica y a la cortesía».

En definitiva, la falta de una adecuada y eficaz oratoria de los opositores al candidato de Vox a la presidencia del gobierno, el profesor Ramón Tamames, sobrevoló por el hemiciclo para vergüenza de unos políticos adoctrinados incapaces de exponer unas ideas distintas a las ya conocidas por los ciudadanos a través de la prensa diaria.

A falta de la debida reflexión, los resultados de la Moción de Censura, sobre todo para Vox, el Partido Popular y el PSOE, necesitará de un tiempo prudencial para poder ser contemplados. Tiempo que los partidos políticos no tienen. A pesar de ello, en los próximos días surgirán las consabidas encuestas, más o menos edulcoradas, que trataran de explicar unos resultados inexistentes.

El Nuevo Testamento narra como Jesús de Nazaret resucitó al tercer día. En esta ocasión, ningún político ni opción de gobierno resurgirá de la ultratumba parlamentaria pues, como lamentó el profesor Tamames en una de sus comparecencias, sólo hemos asistido a un «mitin espurio […] con presentación de un programa de gobierno que se llama “SUMAR”».

De modo que, una única conclusión parece evidente que surgirá con fuerza con el paso de los días. A pesar de todos los esfuerzos previos a la moción de censura por desprestigiar al candidato de Vox desde los partidos de la derecha, la izquierda y los diferentes medios de comunicación, parece evidente que, al menos a nivel dialéctico y de oratoria, debería ser proclamada la victoria del viejo comunista, profesor y parlamentario, Ramón Tamames, como único vencedor de la moción de censura. El resto de comparecencias, alegatos, insultos camuflados y comentarios, más o menos, jocosos, pasarán a la manipulada historia del parlamentarismo español sin pena ni gloria.

(versión corregida y ampliada del artículo publicado previamente en El Día Digital -23/03/2023-)

Moción de Censura 21-22 marzo de 2023 -1ª Sesión-

Tres Días de Obsesiones y Precampaña Electoral

Nos encontramos en la semana de la manoseada moción de censura bis, de Vox contra Pedro Sánchez. Si bien, en principio, esta herramienta política podría tener toda la razón de ser a tenor del comportamiento del ejecutivo más totalitario que ha sufrido España desde el suicidio del anterior régimen, la moción llega demasiado tarde y perdida entre discursos de alabanza política con vista al 28 de mayo.

Imaginar una retirada prematura y forzada de Pedro Sánchez, ahora que deja enfriar su sillón parlamentario para calentar el europeo salvador, forma parte de la infantil ilusión de unos políticos cuasi noveles como los verdes. Los argumentos esgrimidos en la Cámara Baja en este primer día de debates han navegado entre la exposición de una realidad social, política y económica contemplada desde la minoría y la narración de unos sueños ilusorios sobre un país de las maravillas que, cada vez más población duda de su existencia.

Santiago Abascal, como líder del partido político que presentó la moción de censura, Vox, ha tenido una primera parte de su discurso anodino y confuso. Tras la penosa introducción, surgía el Mr. Abascal peleador en una segunda parte del discurso muy bien preparada, estructurada y matizando cada una de las razones ya conocidas por los lectores desde hace semanas por las que han dado el paso de la moción de censura.

Por el contrario, Pedro Sánchez ha debido sufrir el desliz de alguno de sus asesores o asistentes que le han preparado unas réplicas a Abascal diametralmente opuestas a las utilizadas en su alocución el líder de los verdes. Como consecuencia, las extensas parrafadas de Sánchez no han pasado de ser una repetición de los discursos de pre-pre-campaña electoral que le hemos escuchado en los últimos días o semanas en sus mítines socialistas.

A tal punto ha llegado la pérdida de papeles de Sánchez que, tanto Santiago Abascal como Ramón Tamames no han tenido problemas en acusarle, con toda la razón, de no contestar a los planteamientos enarbolados para justificar la moción de censura.

Ignorando los planteamientos de Vox y del candidato Ramón Tamames, Pedro Sánchez, se ha centrado en recordar, una y otra vez, los logros de su gobierno aderezados por una infinidad de promesas, regadas todas ellas con miles de millones de euros, que difícilmente serán ejecutables en los escasos meses que queda de legislatura. Y todo ello, aderezado con una sarta de mentiras del repertorio socialista que son sobradamente conocidas por los ciudadanos por lo que fueron fácilmente desmontadas por los avalistas de la moción, Abascal y Tamames.

La votación de Sánchez a favor de la «congelación de las pensiones» con Zapatero, la supuesta falta de «propuestas sanitarias de Vox durante la pandemia», «el coste económico» de esta moción de censura en horario laboral de los diputados, los datos de violencia callejera o «la agitación de las tribunas» orquestada supuestamente por Vox, han sido las más evidentes y negativas para la credibilidad de los argumentos defensivos de un Pedro Sánchez nervioso y en ocasiones descompuesto y sin respuestas coherentes.

Pero, quizás la peor metedura de pata del presidente Sánchez se ha producido con se ha referido a «la cercanía de Abascal a la corrupción del PP», a lo que el líder de los verdes le preguntaba «Pero, ¿en qué partido ha estado usted?» en referencia velada a los casos de corrupción socialista desde la época de Felipe González hasta Tito Berni, pasando por los presidentes condenados en Andalucía.

Por su parte, el discurso de Ramón Tamames ha sorprendido a más de uno. Sobre todo al propio Pedro Sánchez y a la Vicepresidenta 2ª y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, quienes se han visto obligados a reconocer que sus intervenciones «estaban preparadas» en base al borrador utilizado en febrero por Tamames y filtrado hace pocos días por la prensa amiga del ejecutivo sanchista, pero que no se correspondía con el leído en la Cámara Baja esta mañana.

Tamames, tras una breve alusión a su participación en “La Rebelión Estudiantil” de 1956 y el consecuente paso por la cárcel de Carabanchel en su búsqueda de la «Reconciliación Nacional» y «la libertad y la democracia»  que después significó la Constitución Española de 1978, pasó a relatar de forma pormenorizada los principales puntos que justifican la moción de censura.

Con vehemencia ha criticado el «sofisma» de que la Constitución no hay cumplirla porque la mayoría de los españoles actuales no la votaron; la ruptura con la Separación de Poderes; los ataques al idioma español hablado «por 600 millones de personas en el mundo», y que no es posible utilizarlo en gran parte del territorio nacional.

También ha atacado con vehemencia las leyes de Memoria Histórica definida como «muy perjudicial». Y la de Memoria Democrática, «aún más perjudicial», por «faltar a la verdad», por lo que ha pedido que «se deje la historia a los historiadores». En el ámbito económico-laboral, Tamames, ha criticado al presidente Sánchez por haber logrado que el gobierno se haya convertido en el principal «empresario y sindicato máximo, todo a la vez».

Sobre los cambios en la legislación fiscal y penal, el profesor Tamames, ha afirmado que «sólo por esto, se debería haber presentado entonces una moción de censura». En cuanto a la corrupción, con Tito Berni como último protagonista, ha criticado que, por primera vez, la corrupción se lleve a cabo desde los «despachos parlamentarios».

El esperpéntico teatrillo llevado a cabo por la censura bis de Abascal y los verdes, sobre todo durante su confección, las rondas publicitarias del salvador Tamames, los rechazos de políticos de renombre como  tentados en su orgullo patrio, y los dimes y diretes orquestados entre sus protagonistas en las últimas semanas, hacían prever lo que hemos visto en la primera sesión parlamentaria.

En cualquier caso, la moción, llega tarde y mal. El final de la obra está escrito y rubricado por adelantado. Mucho antes del inicio de las sesiones parlamentarias. Razón por las que el presidente Sánchez, incluso nos ha adelantado su resultado. A favor, los de parlamentarios de Vox y «dos tránsfugas de por allí arriba».

El Partido Popular absteniéndose en un banal intento de que se ignore su presencia. Y, por supuesto, en contra estará el gobierno en pleno, con sus socios y aliados, quienes votarán al unísono contra la medida en aras de culminar unos pactos grabados y firmados con el fuego de la traición, de los que depende la supervivencia política de la mayoría de la Cámara.

(Previamente Publicado en El Día Digital -21/03/2023-)

XII Reunión de Alto Nivel Marruecos-España, 1-2 febrero de 2023

Ni Éxito, Ni Histórica

En el ágora de la Grecia clásica se desarrollaban las reuniones y asambleas que tenían una cierta relevancia para la población. Podría decirse que la democracia surgió  al aire libre y a la vista de los ciudadanos. Con el paso de los siglos, dichas actuaciones se han convertido en actos amañados en salones oscuros. Siempre a espaldas de la vigilancia y del conocimiento de la población. La posterior publicidad de los acuerdos establecidos en esos santuarios del apaño, condenan al oscurantismo su posterior análisis por quienes deberían ejercer la vigilancia de toda democracia, los ciudadanos y los medios de comunicación libres. 

Los pasados días 1 y 2 de febrero se celebró en Rabat las sesiones plenarias de la XII Reunión de Alto Nivel Marruecos-España. Catalogada por el presidente Pedro Sánchez como «Éxito» y de «Histórica», en realidad debería haber sido calificada como acto publicitario electoralista, marcado por un nivel de servilismo del presidente Sánchez y de la mitad del gobierno que asistió pasivamente a los actos, impropio de los representantes de una nación soberana como España.

En los comunicados oficiales de La Moncloa, y en las declaraciones del propio presidente Sánchez, se insiste en que la «Reunión de Alto Nivel» celebrada en la sede del Ministerio de Exteriores de Marruecos en Rabat, ha salido un acuerdo muy beneficioso para ambos gobiernos. De ellos, se entresaca que «vamos a evitar todo aquello que sabemos que ofende a la otra parte, especialmente, en lo que afecta a nuestras respectivas esferas de soberanía».

Así es afirmado contundentemente por la parte española, es verdad. Pero, por desgracia para Sánchez, los representantes marroquíes prefieren matizar o callar sobre las cuestiones más espinosas referidas a la soberanía territorial de Ceuta, Melilla o las Canarias. De hecho, las declaraciones marroquíes se han centrado en el éxito obtenido con la cuestión del Sahara y el regalo obtenido de Pedro Sánchez hace unos meses.

De modo que, mucho nos tememos que, esa letanía gubernamental sobre el supuesto «compromiso de respeto mutuo», en breve,  se convertirá en humo como ha hecho Marruecos con los acuerdos anteriores. A bien seguro que la aplicación real de dichos acuerdos la veremos en pocos días o meses. En cuanto llegue el buen tiempo, Marruecos sacará las pateras a pasear y, entonces, toda esta euforia sanchista volverá a saltar por los aires de la realidad.

El escritor británico, William Somerset Maugham, fallecido en 1965, refiriéndose en aquel momento a los filósofos, hizo una puntualización contra el comportamiento de algunos colectivos que bien podría ser aplicado en esta ocasión a las actuaciones de Pedro Sánchez con las supuestas reuniones comerciales mantenidas entre Marruecos y España en esa «Reunión de Alto Nivel» que ningún analista político comprende.

«Un filósofo, [aclaraba Maugham],  es un tipo que sube a una cumbre en busca del Sol; encuentra niebla, desciende y explica el magnífico espectáculo que ha visto». El enorme esfuerzo llevado a cabo por el ejecutivo socialista para minimizar la nueva ofensa del monarca alauita, Mohamed VI, hacia el magnánimo pro-marroquí nacido en el Tetuán de Madrid, Pedro Sánchez, hace sospechar que todo son acuerdos esplendorosos los que han surgido del desprecio de Mohamed VI.

¿Dónde está la verdad de esta descafeinada «Reunión de Alto Nivel»?  De momento, las especulaciones y las sospechas dominan entre la opinión pública. Desde La Moncloa sólo nos han hecho llegar un “borrador” de los acuerdos con mucha, muchísima, publicidad aderezada por radiantes acotaciones entresacadas de contexto. Habrá que esperar a los comunicados oficiales y a las filtraciones marroquíes habituales para conocer la letra pequeña de los «25 acuerdos» anunciados en un primer momento, como ocurrió con el escándalo de los teléfonos móviles de Sánchez, Señora y amigos ministrables.

Teniendo en cuenta los acontecimientos y las desastrosas actuaciones diplomáticas acaecidas durante la Cumbre Bilateral Hispano-Marroquí, habría que plantearse si realmente nos encontramos ante una cumbre económica entre países vecinos pero independientes o, por el contrario, asistimos a otra representación de pleitesía y servilismo, cuando no de sumisión al invasor, como era norma entre los señoritos feudales ante el rey soberano que debe conceder los ansiados regalos y el posicionamiento político y social que añora el señor feudal.

El Ejecutivo de Sánchez trata de vender por todos los medios publicitarios y periodísticos a su alcance que las reuniones presidencial y de cortesía de los once ministros españoles,  han sido un «Éxito» rotundo y sin precedentes. ¿Será por eso que el monarca Mohamed VI no se ha molestado en recibir al presidente del gobierno español como fue costumbre en las once ediciones anteriores?

En la Moncloa son conscientes de que el mensaje trasladado a la opinión pública dista mucho de ese momento «Histórico» al que se refirió nuestro presidente durante su comparecencia en Rabat. La imagen de ridículo de un Sánchez «descompuesto y sin novia» en la escalinata de su Falcón preferido nos acerca mucho más  a la realidad de lo acontecido. Resulta evidente que, Mohamed VI, no será contentado con el «Sahara Español», por mucho lacito progresista que lleve su concesión. Pero, Sánchez, ha dejado de ser ese interlocutor válido, y ésta podrá ser la primera muestra del desengaño, pero no será la última.

El arlequín que podría hacer realidad cualquier deseo político de cara a la soñada expansión marroquí, como ocurre con la separación territorial de Vascongadas o Cataluña, pierde fuelle rápidamente con cada actuación negligente del gobierno. Las excarcelaciones de terroristas y de delincuentes sexuales, a pesar de la modificación, en solitario, de la Ley del “Sí es Sí”, servirá de poco a estas alturas de la película. La recuperación del electorado, a pesar de la corta distancia que le separa de Feijóo, no será suficiente con unos socios morados en caída libre.

En cuanto a la soberanía española sobre Ceuta, Melilla, y Canarias, que nadie espere una declaración contundente por parte de ninguno de los interlocutores, y menos aún del presidente Sánchez, que no se atrevió a nombrar las provincias españolas en ninguna de sus declaraciones.

Tampoco está previsto que el gobierno de Marruecos haga ningún tipo de declaración oficial en este sentido. ¿Dónde radica pues el «Éxito» de las reuniones? A pesar de ello, Pedro Sánchez, vuelve a lanzarse al vacío con más falacias argumentativas anunciando, a bombo y platillo, que “él, en solitario” asume un supuesto e inexistente «compromiso» marroquí de no agresión, ni siquiera verbal, sobre las ciudades autónomas y el archipiélago canario.

Por su parte, Podemos, en plena guerra interna, intenta sacar algún beneficio político de toda esta feria publicitaria, oponiéndose con la boca pequeña a la Reunión de Alto Nivel Marruecos-España porque, en Marruecos, no rigen «los derechos humanos ». Ahora bien, sobre incluir en su crítica a Corea del Norte, Irán, Cuba o Venezuela, nada de nada, que son amigos y financiadores.

Lo sucedido esta semana en la sede de la diplomacia marroquí en Rabat, poco o nada, ha tenido  de «Reunión de Alto Nivel». Los acuerdos firmados estaban previamente consumados. Tampoco ha sido una «Cumbre» como algún pedante amigo ha tratado de matizar. Dado el escaso nivel de argumentaciones presentadas y de la inasistencia del rey Mohamed VI, ha reducido el acto a una simple “charleta” de conveniencia.

En cuanto a que  el nivel de los acuerdos pueda ser calificado de «Histórico» es de una pedantería semántica típica de los videntes nocturnos. La reunión va a pasar sin pena ni gloria a los anales de la historia. Otra cuestión son las consecuencias negativas de los acuerdos que, presumiblemente, vayamos a sufrirlas durante años, gracias a Pedro Sánchez y su gobierno de marionetas.

Por último, que el gobierno denomine como «Éxito» a toda esta amalgama de meteduras de pata diplomática, política, social y publicitaria, tiene visos de desesperación electoralista, de insulto a la inteligencia ciudadana, o del mantenimiento de intereses espurios no confesables.

Sospecho que, en esta ocasión, la actuación de Pedro Sánchez durante la XII Reunión de Alto Nivel Marruecos-España, tendría más sentido si le aplicamos las palabras de Publio Cornelio Tácito cuando afirmaba que, «Para quienes ambicionan el poder, no existe vía media entre la cumbre y el precipicio, pues nadie ejercitó jamás de forma correcta el poder conquistado maliciosamente».

La Economía Fantástica de Pedro Sánchez

El World Economic Forum 2022, fue el lugar elegido por Pedro Sánchez para lanzar a los cuatro vientos las supuestas maravillas económicas y sociales que disfrutamos en España. Con el aforo prácticamente vacío, los deseos del presidente, a falta de planes económicos coherentes, duraron menos que los imaginarios fuegos de artificio que utilizó el líder socialista para engatusar a la adormecida audiencia.

En algunas charlas, foros y cursillos suele decirse que «la economía es una ciencia muy relacionada con la condición humana». Incluso se afirma que, a través de la ciencia económica, pueden extraerse grandes conclusiones sobre dicha circunstancia humana. De ser cierto, se podría llegar a la conclusión de que el comportamiento errático e inconexo del gobierno en materia económica se explica por el indeterminismo que, alejado de la naturaleza y de la vida, justifica la condición humana, en opinión del filósofo Jean-Paul Sartre.

Como vimos durante el fórum económico, el gobierno pone más interés en aprobar la Ley Orgánica de Garantías de la Libertad Sexual; en atacar inútilmente a Vox por cualquier majadería que pase fugazmente por los periódicos, o por ceder a los secesionistas vascos y catalanes el control de las instituciones del Estado que en llevar a cabo las auténticas reformas que permitirían detener la caída del empleo y el crecimiento de los precios al consumo.

Pero, de esto último, nada mostró Pedro Sánchez durante su mitin publicitario en Davos. Esa «economía fuerte y resistente» a la que se refirió tan sólo sirvió para mostrar al mundo empresarial internacional que la capacidad de reacción del gobierno frente a las crisis económicas únicamente pasa por el lanzamiento a los cuatro vientos de ilusiones fantásticas únicamente válidas en los sueños imposibles de un presidente completamente alejado de la realidad social.

Cada vez con más frecuencia, al finalizar este tipo de Foros Internacionales, uno se pregunta si, la locura, se ha adueñado del planeta, o si los ciudadanos vivimos en realidades paralelas a los políticos. Confundir la cortesía con el apaño y la mentira es cada vez más frecuente en estos eventos. Y éste de Davos no ha sido una excepción.

De Pedro Sánchez era de esperar que no perdiera la ocasión para lanzar, sin ningún tipo de pudor, las soflamas características de «optimismo»; de «crecimiento económico» en una España desconocida y, sobre todo, de «éxito sin precedentes» gracias a su política de reformas. Todo esto y más, era de esperar en el ejecutivo del cambio.

Pero, lo que sorprende es observar que, el presidente de la World Economic Forum, el noruego Borge Brende, se suba al carro progresista de ese supuesto «éxito» del reinicio de la economía española, cuando menos resulta innecesario e imprudente.

¿Realmente Brende conoce los datos de la propia Unión Europea sobre España?

Las afirmaciones del presidente de la WEF se produjeron en las mismas fechas que la U.E., FUNCAS, y el Banco de España, criticaban la mayoría de los indicadores y pronósticos económicos utilizados por el gobierno, tachándolos de «irreales, ineficaces y costosos». A lo anterior, conviene añadir lo publicado por Libremercado sobre que, en términos cuantitativos, los españoles «somos un 15% más pobres» desde la llegada de Pedro Sánchez a la Moncloa.

En la misma línea, el mismo periódico económico, considera que, en términos cualitativos «aún somos más pobres» al tener en cuenta la pérdida de poder adquisitivo y el incremento desmedido de la inflación, como demuestra que, en el año 2018 la renta per cápita de los españoles se encontraba en los 30.374€ y que, al finalizar 2021, se encontraba ya en 25.460€.

Esta semana hemos asistido a uno de esos discursos absurdos típicos de Groucho Marx en la película Sopa de Ganso y no al análisis serio de la realidad económica de España y de la Unión Europea, que los analistas y bastantes ciudadanos hubiéramos deseado escuchar. Ni un solo dato de la economía real de nuestro país se atrevió a mostrar el presidente. Realidad que, salvando la economía madrileña, y un poco la andaluza, gracias a que vienen ignorando sistemáticamente las directrices del gobierno, muestra un país que se acerca a marchas forzadas hacia una repetición de la bancarrota griega, aunque de momento, los “regalitos” que reparte Sánchez lo oculten sibilinamente.

Escuchar a la viceministra económica Nadia Calviño alabando a su jefe porque es «un orgullo que Sánchez hable inglés» en un foro internacional de economía, al tiempo que calla los datos reales de paro, de inflación, y de creación de empleo es un insulto para la población y una tomadura de pelo para los posibles inversores y empresarios internacionales.

Los españoles, lejos de la fantasía mostrada en Davos por Sánchez, vivimos en una inmensa granja de George Orwell que, el presidente del gobierno, ha preferido ocultar para no espantar a los posibles compradores de la gallina de los huevos de oro que presentaba ante una audiencia tan escasa que el eco de la sala tenía mejor reverberación que sus palabras.

Que Pedro Sánchez vive en un mundo de fantasía y que, éste mundo, lleva tiempo desmoronándose es una realidad palpable para quienes se informan un poquito y realizan la compra cada día. Cosa que indudablemente, Sánchez, no hace.

El alejamiento de la autoconsciencia que ponía Erich Fromm como condición para que se dé una condición humana beneficiosa para el ser humano y la sociedad lleva al gobierno a una continua invención de realidades, tan fantásticas como ficticias. La cuestión económica, como ocurriera con Felipe González y con José Luis Rodríguez Zapatero, provocará la salida de Sánchez del gobierno. Pero sorprende que, a nadie en el PSOE, le preocupe que, a la par de lo anterior, el partido socialista deje de existir. Amén.

Entre Menstruaciones, Abortos, Prostituciones, y Otros Festivales Sexuales Anda el Juego

Entre Menstruaciones, Abortos, Prostituciones, y Otros Festivales Sexuales Anda el Juego

El filósofo griego Aristóteles, dentro de su defensa de la ética considera que, las principales virtudes, son actos racionales que dan sentido a la vida. Entre los antónimos de la virtud se encuentran la maldad, el vicio y la debilidad como signos evidentes de cobardía. Conocer la razón por la que el ser humano se decanta por una u otra vertiente de comportamiento es tan complejo que los filósofos llevan miles de años disertando sobre su voluble realidad.

La ministra de la supuesta Igualdad, Irene Montero, presenta la menstruación natural de las mujeres como un oculto misterio esclavizador del Siglo de las Luces, o incluso anterior. Resulta evidente que no se ha molestado en comprobar la ingente cantidad de redes sociales y páginas webs existentes sobre el tema. En todas ellas, sin temores, remordimientos, o coacciones, las mujeres expresan sus opiniones con total normalidad, sin que echen de menos los miedos y falsedades publicitadas por la temerosa ministra.

Para colmo del ridículo, Irene Montero, ha inventado una relación directa entre la menstruación y el aborto libre para las jóvenes menores de edad que ni tan siquiera pueden ir de excursión con el centro educativo sin el conocimiento y la autorización de los padres o tutores. Ideario queer que ha pretendido ocultar bajo el paraguas de una búsqueda heroica contra una prostitución ilegalizada que difícilmente verá la luz del BOE.

A lo largo de los años, la prostitución se ha negado, intentado ocultar, o se ha prohibido, pero siempre se ha utilizado. Decía la investigadora y sexóloga Valérie Tasso que, con la prostitución, «el cuerpo no se vende, se emplea». Por el contrario, esta semana hemos asistido a otra típica demagogia política del PSOE y de Podemos.

Mediante los divergentes anuncios relacionados con las costumbres sexuales del gobierno de la transparencia se pretende desviar el debate sobre la cuestión más importante reseñado en las próximas leyes de Igualdad. La “defensa de la vida versus aborto”, es una cuestión negada, ocultada, e ignorada sistemáticamente por el gobierno de Pedro Sánchez, a quien le produce urticaria la simple mención de la controversia.

En Twitter, Rafael Simancas, diputado y secretario de Estado por el PSOE, añorando los titulares que se le dedicaban antaño, ha tenido a bien defender la intención del gobierno de «acabar con la prostitución». Simancas, haría bien en informarse un poquito, y no caer en los mismos errores cometidos por otros dirigentes socialistas, como Felipe Sicilia.

La amenaza vertida, por el portavoz de la Ejecutiva del PSOE, contra los usuarios de los locales de la vida alegre, sobre que en el partido «No pararemos hasta verlos en el BOE, como muchos otros», provocó más risas y críticas que convencimientos entre la población.

En ambos casos, las declaraciones fueron muy poco acertadas. La reacción de los ciudadanos que disfrutan de la “memoria histórica” real no tardó en saltar a las redes sociales preguntándose si dichas afirmaciones se referían a los “camaradas del pueblo” que malversaron más de 600 millones de euros, destinados a los parados andaluces, en festejos sexuales del tipo que ahora prometen prohibir, contraviniendo de paso la legislación europea. ¡Ahí es nada!

Los dirigentes del PSOE, y de Podemos, con frecuencia suelen hablar de la profesión más antigua del mundo asimilándola a la «Trata de Blancas». Para cualquiera que no esté en el ejecutivo de Sánchez, es capaz de distinguir las diferencias entre ambas cuestiones. El Gobierno no. Que lo hagan a sabiendas o por ignorancia cultural es difícil de discernir. En ambos casos suelen quedar penosamente retratados.

En referencia a la prostitución podría entenderse y admitirse la crítica moral y ética aristotélica. Incluso se entendería que se elevara una enérgica condena por una parte importante de la población que no comulga en esa procesión ideológica, ni con el aborto. Pero no por ello dejará de ser plenamente legal en la mayoría de los países del mundo, cuando se lleva a cabo sin imposición o coacción.

Por el contrario, la «Trata de Blancas», siempre lleva aparejado el secuestro, la coerción, y la imposición, violenta en la mayoría de las ocasiones.  Razones por las que está ilegalizada en la totalidad los países considerados democráticos.

Resulta sorprendente el pensamiento trifásico del gobierno de Pedro Sánchez. Los mismos partidos y gobierno de coalición que calla y permite casos como los de Baleares y Valencia, pretende convencer a la población de que llevará a cabo la ilegalización de la prostitución, en la misma semana que hace su presentación oficial la imposición ideológica de la ministra Irene Montero sobre el aborto libre entre las jóvenes menores de edad, sin necesidad de contar con el conocimiento y la autorización paterna.

Y en toda esta feria sexual, ¿dónde queda la opinión y responsabilidad de los progenitores y del padre de la criatura?

Para desgracia de la España que intenta sobrevivir a la incertidumbre del día a día, el expresidente de los Estados Unidos, Ronald Reagan, dejó muy clara la razón por la que se producen comportamientos políticos como los anunciados por el gobierno de Pedro Sánchez. Decía Reagan que «La política es la segunda profesión más antigua de la historia. Y, a veces creo que se parece mucho a la primera».

(Publicado en El día Digital con fecha 22/05/2022)

¿Acabar con la Censura en las Redes Sociales?

La lucha entre libertad de expresión y la censura no es nueva, pero sí ha sido reavivada en los últimos años por la deriva censora de las plataformas que gestionan las Redes Sociales. El cierre de las páginas de Donald Trump, Morante de la Puebla o del partido Vox, son casos bien conocidos en nuestro país, pero no son los únicos. Asistimos a una involución de las Redes Sociales que podrían tener los días contados con el cambio de propietario en Twitter.

Como alteración o eliminación de la palabra, el discurso, el debate, la escritura o cualquier otra forma de comunicación, la censura, es el arma más utilizada en la actualidad por los gobiernos, la prensa afín a éstos, la educación y las grandes corporaciones de la comunicación. Convertidas las redes en campos virtuales de la batalla político-social, su línea de actuación se acerca más a centros de adoctrinamiento y control de masas que a medios o herramientas que favorezcan la libertad de expresión y de comunicación de la población.

La creación de la web Classmates de Randy Conrads, en 1995, suele considerarse como el inicio de las Redes Sociales virtuales en su concepción primigenia. Aquellos objetivos no pasaban de lograr que los antiguos amigos y compañeros de los colegios, institutos y universidades tuvieran la posibilidad de recuperar y mantener contactos más directos que los llevados a cabo desde la dirección de los centros educativos anglosajones.

Dos años después, Andrew Weinreich, creó SixDegrees. Web que suele definirse como la primera red social del mundo con carácter de globalidad y servicio a la población en general. Esta versión ya permitía localizar a otros miembros de la red y crear listas de amigos. Aunque su vida comercial fue efímera, sólo 4 años, podría decirse que estableció las bases de la siguiente generación de plataformas de comunicación social como Friendster, MySpace o LinkedIn.

El camino de las Redes Sociales masivas había sido liberado. El portal Facemash creado en 2004 por Mark Zuckerberg, únicamente pretendía conectar a los estudiantes de Harvard. Sin embargo, con el tiempo se convirtió en la polémica Facebook que todos conocemos. A partir de aquí, ninguna corporación deseó quedarse sin su parte del pastel de la comunicación social. Youtube, surgió en 2005; Twitter, en 2006; WhatsApp, en 2009; Instagram, en 2010 y Telegram, en 2013. Son las más conocidas, pero no las únicas.

La utopía de la Libertad de Expresión, principalmente en el mundo educativo, favoreció en aquellos tiempos que el funcionamiento de las redes sociales fuera considerado como el esperado y anhelado “refugio” de librepensadores, reformistas, autónomos, escritores, literatos y activistas de toda índole.

La sección 230 del Communications Act de los Estados Unidos estableció en 1996 que ningún proveedor o usuario de los servicios de comunicación interactivos debía ser tratado como «publicador, editor o emisor» de la información emitida por otro proveedor de contenido informativo. Por lo tanto, las plataformas que gestionan las redes sociales no serían consideradas “Editores” de información o de contenidos, sino “Herramientas” de intercambio de información entre particulares.

Esta norma, supone de hecho, que Facebook, Twitter, Google y el resto de plataformas consideradas “Redes Sociales”, sobre todo en Estados Unidos, careen de responsabilidad civil sobre lo publicado por los usuarios. Además, obtienen beneficios fiscales especiales porque no son considerados «editores de noticias y de información».

Rápidamente, en los ámbitos de la política, la publicidad, y las ventas on line, fueron conscientes de la enorme capacidad de influencia social de estas redes. Con relativa facilidad, el voto y las ideologías políticas cabalgan a velocidades nunca antes imaginadas entre los usuarios, salvando el espacio, el lugar y el tiempo.

Para lograr todo ello, en política, la nueva realidad censora de las plataformas, comenzó a encarcelar el pensamiento libre entre el fango del absoluto silencio. El control de masas se hizo tan familiar que la propia población solicitaba la implantación de nuevas sanciones y limitaciones, sin apenas ser conscientes de lo que significaban. Como resultado, es suficiente que sea lanzado un mensaje ideológico cualquiera por las plataformas de redes, la mayoría de las veces ficticio o literalmente falso, para que millones de personas lo tomen por una verdad absoluta y lo asuman como propio sin preguntarse qué o quién se encuentra oculto o qué intenciones hay detrás del mismo.

Las plataformas gestoras de las Redes Sociales, sin apenas crítica de los usuarios y sin abandonar los enormes beneficios que les proporciona la legislación redactada ad hoc, aplican la censura y el control sobre las publicaciones en función de los intereses políticos y comerciales que consideran más generosos por sus empresas.

La guerra entre Libertad de Expresión de los usuarios y las actividades de generación de información por razones subjetivas, ideológicas y políticas está a la orden del día. El punto culminante de esta censura subjetiva, sin duda alguna, lo marcó el cierre de las cuentas de Donald Trump, a nivel mundial, por cuestiones meramente políticas. La acusación contra Trump de promover la violencia entra la población nunca ha sido demostrada, pero sirvió para acabar con su carrera política y facilitar la llegada del progresista Joe Biden.

Dentro de la falacia e incongruencia de las principales redes sociales como Facebook, Instagram o Twitter, al mismo tiempo que se censuraban a Trump por su oposición a la política censora de las redes, las mismas mantenían abiertas, sin ninguna penalización, miles de páginas eróticas, de publicidad confusa, de información y justificación del terrorismo, los totalitarismos de izquierdas, o activistas revolucionarios de toda índole. Páginas en las que, abiertamente, se anima a la violencia sobre todo aquel que no comulgue con ideales políticos, naturalistas, cambio climático, o modernas ideologías de comportamiento social.

Pero esta situación podría cambiar de forma radical tras la reciente adquisición de Twitter por el magnate ruso Elon Musk. Su intención de potenciar al celeste “monarca nuquinegro” desde la plena libertad de expresión así parece señalarlo. El hombre más rico del mundo, según la revista Forbes, ha invertido en Twitter porque cree que Twitter tiene el potencial necesario para «ser la plataforma ideal para la libertad de expresión en todo el mundo».

Musk, está convencido de que «la libertad de expresión es un imperativo social para una democracia funcional. Sin embargo, […] la empresa no prosperará ni servirá para este imperativo social en su forma actual. Twitter necesita transformarse». De llevarse a cabo la reforma anunciada, Twitter acabaría con la censura de lo políticamente correcto que tanto temen el resto de redes sociales y la clase política dirigente de la mayoría de países.

Según ha informado el Daily Mail, Musk baraja la posibilidad de despedir a Vijaya Gadde, responsable de los sistemas de censura de Twitter, junto a más de mil empleados dedicados a los mismos procesos, una vez que haya finalizado el proceso de compra y cambio de propietario. Parece pues que el tiempo de libertinaje disfrutado por la progresía y la infinidad de “ideologías clasistas” subvencionadas podrían tener los días contados.

Como ocurrió con la caída de usuarios en WhatsApp a raíz de las modificaciones del sistema llevadas a cabo el pasado año, la propuesta de Elon Musk para «la eliminación de los Bots, los trolls, las estafas», y todo aquello que «engaña» o coarta la libertad de los usuarios producirá, a medio plazo, una obligada reconsideración de la operativa en el resto de plataformas sociales si desean mantener su competitividad frente a Twitter.

La prueba más evidente de lo anterior se encuentra en el “boom noticiero” de las últimas horas informando, o desinformando, sobre que Musk ha paralizado la compra de Twitter hasta que la actual dirección no garantice que el número de “cuentas falsas” no supera el 5% prometido en los acuerdos. A partir de aquí se está lanzando mensajes contradictorios insinuando que la compra ha fracasado. Pero, por muy progre que uno quiera ser, ¿Cómo se van a pagar más de 40 mil millones sin garantías sobre el precio real de un producto?   

Si Musk alcanza «la libertad de expresión en todo el mundo» como «imperativo social para una democracia funcional», sin duda, logrará recuperar a los millones de usuarios desencantados que abandonaron el nido del pájaro azul con la política de censura mantenida hasta el momento. Una operación histórica que también permitirá la vuelta hacia la esperada Libertad de Expresión de los inicios en las redes sociales, logrando hacer realidad esa «plaza del pueblo digital donde los asuntos importantes para el futuro de la humanidad sean debatidos» sin coacciones de nadie, como afirmó Musk recientemente.

Sr. Sánchez, Con Pegasus, Mejor Sin Comentarios

Desde la creación del Jardín del Edén o de las Hespérides, según se prefiera, los ciudadanos y los gobernantes vienen siendo espiados por quienes ostentan el poder, por los supuestos amigos y sobre todo por los enemigos. Puede decirse que es ley de vida. En las últimas semanas, la cantinela del espionaje moderno a través del sistema Pegasus nos bombardea tratando de demostrar la realidad, su supuesta certeza, y/o su falacia para gloria de los chantajistas y escarnio de la población.

La acusación de espionaje al independentismo catalán vertida desde CitizenLab ha quedado muy descafeinada. Los casos enarbolados por las facciones secesionistas, más de sesenta según ellos, han quedado reducidos a sólo 18, confirmados y con “autorización judicial”. La directora del CNI, Paz Esteban, así lo demostró durante su comparecencia en la Comisión de Secretos Oficiales.

Con el mejor estilo de las novelas negras de espías asistimos a una retahíla de mentiras y medias verdades que únicamente busca la extorsión política interna y/o la geopolítica internacional. Así, el gobierno catalán del CESICAT y el programa italiano RCS9 Galileo, similar a Pegasus, se hace el mártir y logra otra «reunión de Estado» con Pedro Sánchez, que en Cataluña ya se vende como “Reunión de Naciones” independientes.

La pantomima orquestada desde el propio ejecutivo de Sánchez del supuesto espionaje sufrido en su teléfono móvil “particular”, no sólo es novedoso, sino que resulta insólito y altamente peligroso. Por mucha cortina de humo que pretenda venderse, es inaudito que el propio Gobierno sea quien más interés está poniendo en airear “supuestos” trapos sucios y deficiencias de los Servicios de Inteligencia y de Seguridad en España. Esta cuestión Sí que es de una gravedad tal que raya la temeridad y la ineptitud, al incrementar el descrédito nacional en un mundo altamente globalizado y competitivo.

El activista del pensamiento radical de izquierdas Noam Chomsky decía que, cuando se tiene la oportunidad de echar un vistazo al archivo que guarda el FBI sobre ti, es cuando se descubre que las agencias de inteligencia en general, son extremadamente incompetentes. Esto es lo que ha evidenciado Pedro Sánchez culpando alegremente al CNI y admitiendo públicamente el espionaje que, supuestamente insisto, sufrió a través del programa Pegasus, ¡hace un año!

Un año de silencio que, de ser cierto, debería explicar ampliamente el ejecutivo socio-comunista que gobierna España. Con esta actitud, Pedro Sánchez, ha convertido a los Servicios de Inteligencia y de Seguridad españoles en unos incompetentes “oficialmente reconocidos”. Y todo ello, a escasas fechas de la Cumbre de la OTAN en nuestro país.

Los políticos españoles de cualquier signo adolecen de la capacidad de “discreción” debida por el cargo o la posición pública que ostentan. Cuando se encuentran frente a un micrófono sienten una obligación innata para comentar, más que responder, las cuestiones que se les plantea. Incluso la utilización de la mentira más descarada, o la revelación de cuestiones reservadas o secretas es aceptada y consentida. El silencio, la retórica afirmativa pero evasiva y la discreción no se contemplan nunca.

Razones estas por las que, continuamente, los políticos españoles se ven envueltos en mil y un escándalos. Escándalos que suelen evitarse en los países con menor tendencia al parloteo de cantina recurriendo al recurso más sencillo posible. Responder mediante la fórmula “Sin Comentarios”, o el más solemne, “el Gobierno no opina sobre esa cuestión” es muy eficaz, pero no crea los titulares preferidos por el ejecutivo. De modo que, el político español, se empeña en demostrar, una y otra vez, su falta de solvencia dialéctica y de credibilidad profesional hablando en demasía.

A la par ocurre que, en España, no hay secretos. Es una evidencia palpable. En la lucha por las exclusivas de “la caja tonta”, durante la comparecencia de Paz Esteban en la Comisión de Secretos Oficiales del pasado jueves, TVE, hacía público los mismos documentos “secretos” y las conclusiones que mostraba la directora del CNI a los comparecientes en dicha comisión, ¡casi en el mismo minuto!

Gabriel Rufian, diputado en la misma comisión por ERC, para no ser menos que TVE, abandonó la reunión antes de finalizar esta para exponer a los “telemiradores” catalanes los mismos datos “secretos”, aunque bien aderezados con el habitual victimismo independentista.

¿Qué interés pudo tener la retirada de los móviles a los diputados de la Comisión de Secretos Oficiales? Lamentablemente, sólo sirvió para mostrar al mundo entero que, en España, los diputados designados para la Comisión de Secretos Oficiales “no son de fiar”. 

El adalid de Sánchez, Félix Bolaños, responsable directo de la falta de seguridad en el ejecutivo, imitando al cesado Pablo Casado en el PP, no sabe que más inventar para lograr la caída de Margarita Robles y el ministerio de Defensa a través de la directora del CNI, Paz Esteban. Que su fin pase por ocultar la “ineficacia” demostrada con la seguridad de las comunicaciones del gobierno, o lograr el perdón independentista porque el CNI haya hecho “legalmente” su trabajo, aún está pendiente de confesión política.

De momento, los enemigos tradicionales de España, y no me refiero a Marruecos, que también, han logrado tener asientos privilegiados en la Comisión de Secretos Oficiales. Así, ya no tendrán que informarse por TVE o la TV3. Ya veremos que más sorpresas nos depara el futuro, más o menos, inmediato.

Desde la discreción y el anonimato, sr Sánchez, el espionaje existe, principalmente, para beneficio y tranquilidad de los ciudadanos. Esto es así excepto cuando los gobernantes convierten a los profesionales de los Servicios de Inteligencia en marionetas de feria para deleite político, popular o de la prensa.

Que los gobiernos juegan con la posibilidad de ser espiados resulta evidente. Como consecuencia, surge la necesidad de espiar a los enemigos, sean estos internos o externos. Y, para soslayar el efecto adverso de dichas acciones de espionaje, denominadas eufemísticamente en la actualidad de “Inteligencia”, se toman, o se deberían tomar, las medidas necesarias y adecuadas, dentro de la legalidad, con el fin de minimizar los efectos de las misiones de espionaje orquestadas por terceros.

Nada de esto es novedoso en la geopolítica de las relaciones internacionales, diplomáticas, empresariales, o de seguridad interna de un país. Sorprende pues que el gobierno de Sánchez salga en pleno a la palestra mostrándose sorprendido y enfundado en su mejor traje victimista. Ningún gobierno debería olvidar que los Servicios de Inteligencia son la punta de lanza de la “Defensa Nacional” de cualquier nación. Y pobre de aquel gobierno que los ningunee, los ignore o los elimine sin más.

(Artículo publicado previamente en El Día Digital)

La España de las “Paguitas”

Huelgas en el transporte por carretera. Huelga en defensa del campo. La flota pesquera amarrada. Amenaza de huelga de los colectivos del taxi, las ambulancias, las peluquerías, y los inspectores de trabajo. Todas abocadas al fracaso pues, Pedro Sánchez, cuenta con UGT, CCOO y las patronales como ariete desestabilizador de las huelgas, gracias a las “paguitas”.

Diferentes países europeos comenzaron a tomar medidas directas contra la crisis energética y la subida de precios hace semanas. El gobierno español juega a la rueda de la fortuna repartiendo la calderilla que se le cae de los atiborrados bolsillos gracias a una recaudación que nunca pudieron soñar los partidos del ejecutivo frankenstein.

Como buen socialista, Pedro Sánchez, endeuda sin medida al Estado mediante la aprobación de un sinfín de “paguitas temporales”. Estas, deberán ser reembolsadas por la vía de la invención de nuevos impuestos en las próximas legislaturas, pero esto poco importa hoy. Futuros gobiernos deberán hacer frente al problema, pero que estos sean socialistas, comunistas, independentistas, o de la ultraderecha “pepera, poco importa a este ejecutivo, que sólo tiene miras y soluciones ingeniosas cortoplacistas.

La ingeniera social aplicada en España durante las últimas décadas ha logrado convertir al fiero toro nacional en un osito de peluche que permanece adormilado al calor de los festejos subvencionados y las “paguitas” de fin de semana. En esto, PSOE, Podemos, PP y los independentistas, no tienen confrontaciones. Las diferencias entre ellos podrán ser posturales o ideológicas, pero se abrazan como buenos hermanos de armas en pos de los mismos objetivos.

En 2020, el diario digital Voz Populi publicó un análisis de Francisco Núñez, en el que se denunciaba que los PGE de entonces contemplaban un gasto superior a los «122.000 millones de euros en concepto de subvenciones», sólo para «autonomías, ayuntamientos, empresas públicas y privadas, organizaciones, colegios profesionales, academias, ONG o fundaciones de todo tipo».

Medidas que, Núñez considera, «sólo merecen el calificativo de sorprendentes, superfluas e improductivas». Pues bien, la previsión del gasto en estas mismas partidas para 2022 superan los 500.000 millones. Despilfarro al que habría que añadir los 21.319 millones aprobados para que Irene Montero y su sectario ministerio de “des-Igualdad”, puedan continuar repartiendo “paguitas” sin fiscalización.

Aunque la propia existencia de los “piquetes informativos” es una incongruencia en el siglo del móvil y las telecomunicaciones, su deriva violenta continúa ejerciéndose según los parámetros establecidos en el siglo XIX por las ideologías comunista, anarquista y socialista. En este ambiente, ha resultado irónico que el gobierno de Sánchez se haya sentido amenazado por la utilización de las mismas medidas de despenalización de la actuación de los piquetes violentos con el objetivo de amedrentar la supuesta “libertad de huelga”, que fueron aprobadas por el ejecutivo socialista y podemita el pasado año.

Como unos pocos denunciamos en su día, la despenalización de la violencia de los piquetes por PSOE y Podemos, principalmente, ha demostrado ser un error mayúsculo. Bien es cierto que, por la cabeza de estos partidos políticos y los grandes sindicatos, no cabía que fueran a dejar de ser los amos absolutos de las calles y de las reivindicaciones laborales y sociales.

Nunca antes las “paguitas” habían sido tan cuantiosas e improductivas como hoy día. Y, a pesar de ello, los partidos, sindicatos y colectivos de la izquierda se equivocaron de plano y la calle ha dejado de ser su “manifestódromo” privado. Dichas “paguitas” abarcan a todos los sectores productivos, políticos y sociales. Incluso los más impensables participan del festín marisquero, como ha quedado demostrado durante las actuales huelgas de camioneros, de pescadores o del taxi.

Realmente el gobierno ¿no puede bajar los impuestos? Indudablemente Sí. Pero estas rebajas impositivas serian acosta de un sustancioso recorte de las “paguitas”. Y esto, sí que sería imperdonable en el mundo de la progresía de izquierdas.

Para Benjamín Tucker, fundador del diario anarquista Liberty en 1881, las huelgas demuestran que la gente «empieza a conocer sus derechos y, conociéndolos, se atreven a mantenerlos». Hoy día, tal afirmación ha quedado obsoleta. Incluso ridícula si tenemos en cuenta la actuación de los nuevos visionarios subvencionados de la izquierda.

Tucker, desde su ideología anarcoindividualista, nunca pudo imaginar que, rozándose una inflación cercana al 10% y un déficit en los PGE del 120%, los gobiernos, la población y los trabajadores, con los sindicatos al frente, se mantendrían mudos, sordos, y bien quietecitos gracias a los festejos, los manjares, las mariscadas y las “paguitas” subvencionadas que disfrutan esos sindicatos abrazados a la patronal y en connivencia de una parte importante de la población.

Sánchez, el Desviador de Responsabilidades

Pedro Sánchez tras la nefasta gestión de la primera fase de la pandemia encontró la solución idónea, no sólo para ignorar los problemas que conlleva enfrentarse al COVID, sino los ponderables negativos de la propia responsabilidad en la gestión presidencial. Para lograrlo, nada mejor que repartir dicho compromiso entre comunidades, partidos políticos, agentes sociales, asociaciones, empresas y, por último, con Vladimir Putin y su invasión de Ucrania como único responsable de la crisis económica. ¿Y Por qué no?

A pesar de cómo se comporta nuestro presidente del gobierno, la responsabilidad no es ningún aspecto baladí para la existencia y las relaciones humanas. De hecho, nos permite ser autónomos, crecer, madurar y establecer vínculos. Gracias a la asunción de responsabilidades creamos compromisos, asumimos las consecuencias de nuestros actos y aprendemos de nuestros errores.

Pero no todos los gobernantes están dispuestos a asumir el compromiso social que les corresponde por su cargo. Durante su comparecencia en la Cámara Baja de la pasada semana, Pedro Sánchez, lanzó todos los balones fuera del campo de la responsabilidad presidencial que los diputados le permitieron. Su objetivo principalmente fue alejar al jinete del apocalipsis económico y energético de la presidencia del gobierno español. Y, al menos para la mayor parte de la prensa, lo consiguió.

Con el mayor de los descaros, el líder socialista, pretendió iluminarnos con una «conspiranoica» teoría energética orquestada por Vladimir Putin, nada menos. De forma reiterada insistió en que la evolución del precio del gas, de la electricidad y de la energía en general durante el último año al menos, se debe a que «Putin lleva más de unos meses preparando la guerra».

Tomando a la población por unos imbéciles manipulables, negó toda responsabilidad personal sobre la actual crisis económica y energética. De hecho, repitió el estilo y la fórmula que tanto éxito le ha dado con otros aspectos conflictivos de la vida nacional, desde la responsabilidad en la gestión de la pandemia, a la ruptura institucional, pasando por el incremento de precios y su negación a bajar impuestos para no mermar el necesario pago de las deudas políticas que le mantienen en el sillón presidencial.

Pedro Sánchez, se ha convertido en un experto “Desviador” de Responsabilidades. Lo hizo con  el apoyo al secesionismo y el independentismo en aras de la supuesta armonía entre las «nacionalidades históricas» que nunca existieron. Lo viene utilizando para justificar la limpieza de la historia de ETA en aras de «la concordia y el perdón», aunque los terroristas nunca hayan manifestado arrepentimiento ni perdón hacia sus víctimas.

En definitiva que ¡La culpa siempre será de otros! Nunca de Pedro Sánchez, y por extensión tampoco de los ministros bajo su dirección.

El pasado fin de semana hizo lo propio en Canarias durante la Conferencia de Presidentes. Otro gasto innecesario, sin resultados concretos, que podía haberse llevado a cabo por videoconferencia. Sánchez, denigró a los ministros asistentes fletando un vuelo chárter para no compartir Falcon con ellos. Pero sí que logró su objetivo principal. Implicar a todas las comunidades en la inexistente bajada de impuestos necesaria para afrontar la desorbitada subida de precios. ¡Ya lo veremos entre todos! No hay prisa

En esta línea de alejamiento de la responsabilidad, algunos miembros del gobierno han manifestado recientemente que la dependencia energética de España se debe a que carecemos de los necesarios recursos. Los ministrables que así se han expresado ocultan, sin embargo, que la negativa a construir centrales nucleares, a desarrollar planes estratégicos de desarrollo hidrológico a nivel nacional, o negarse a realizar prospecciones petrolíferas en las aguas de Canarias, o de gas en la península, son responsabilidad exclusiva del PSOE, de Podemos y del resto de aliados gubernamentales, con el cobarde apoyo del Partido Popular desde los gobiernos de Mariano Rajoy.

Los diferentes gobiernos “churriprogres” del cambio y los “cobardianos” del Partido Popular, han vendido a la población que ser los primeros ecologistas del mundo es “obligatorio y necesario” para alcanzar la felicidad social. Falacia que no ha impedido que, el mismo gobierno que impone esta nefasta ideología para el desarrollo de España, pague a los “amigos” de Francia, Argelia o Rusia, entre otros, la energía producida mediante tecnologías rechazadas en España, pagando el triple de su precio real, con la correspondiente subida de impuestos.

Por mucho que Pedro Sánchez intente ocultarlo, gran parte de la responsabilidad por el incremento del IPC, hasta el 6,5% de 2021. El 7,4% del IPC anterior a la invasión de Putin, y del 7,6% en febrero pasado es responsabilidad del ejecutivo social-comunista. Achacar lo anterior a la invasión de Ucrania significa tomar por idiotas a los ciudadanos de todo el país.

Lo peor de esta lapidación sistemática de los impuestos que pagamos con el dolor de nuestros bolsillos es que, dicho dispendio económico, resulta imposible de fiscalizar y de conocerse dónde, cómo y quién se llevará los “milloncejos” del ala, en su mayor parte. Despilfarro irresponsable únicamente válido para acrecentar la división ciudadana y la pobreza social, o mantener a Sánchez en la Moncloa.

En España tenemos los carburantes con un 60% de impuestos. El gas y la luz alcanzan casi el 45%. Cerca del 55% de las nóminas que paga cada empresa al trabajador son impuestos y retenciones fiscales. El aumento de la cuota del IBI, la matriculación de vehículos, transmisiones, herencias. Y no olvidemos la subida de las licencias de autónomos y de empresas, etc. etc.

En medio de este escenario caótico, Pedro Sánchez, ha venido ignorando todas las señales y los avisos de los economistas y organismos económicos nacionales e internacionales. Y su única solución pasa por descargar su responsabilidad en los presidentes de las comunidades y sobre todo en la guerra orquestada por Putin en Ucrania.

¡Menudo Desviador de Responsabilidades tenemos como Presidente!

Contra los Panegíricos del “No, Según qué Guerra”

Vladimir Putin, como buen sátrapa ruso, está haciendo ostentación de su gobierno despótico y aplicando sus ideales absolutistas contra la población de Ucrania. Las decisiones arbitrarias que le caracterizan evidencian, sin embargo, la debilidad, la credulidad y el ridículo sentido del “buenismo” que impera en la Unión Europea. La anexión forzosa y violenta de Ucrania camina por la vía del exterminio, pero los amigos del «No, Según qué Guerra», permanecen escondidos en las cloacas del falso pacifismo que le son propias.

La guerra y los enfrentamientos armados son actividades intrínsecas del ser humano. Por el contrario, la Paz, es un concepto creado por las mentes más evolucionadas socialmente. Su confusa concepción se une a la casi imposible aplicación y a la dificultad que entraña convertirla en un axioma global y permanente de forma voluntaria.

A pesar de lo expresado, la guerra, no debería ser utilizada por los mandatarios y ciudadanos en las relaciones humanas de forma caprichosa. Pero no cabe duda que se trata de la acción más habitual llevada a cabo por los dirigentes totalitarios y dictatoriales para someter a la población y adueñarse, de forma ilícita, de nuevos territorios que no le pertenecen. La invasión de Ucrania, ordenada por Vladimir Putin sin provocación directa previa, es el último ejemplo, pero no el único que se está desarrollando actualmente.

La totalidad de los conflictos armados que se encuentran hoy día activos por el mundo (entre diez y veinte según los últimos informes de 2021) tienen unas características similares. Los activistas o iniciadores de dichas guerras se amparan, se financian, o han mamado las doctrinas de la dictadura del proletariado de Marx y Hengel. Es decir, son hijos del comunismo bolchevique ruso. Su metodología siempre es la misma. Imposición de un estatus militarista, totalitario y dictatorial con el que conseguir el dominio y control absoluto de la población afectada, así como de su territorio. 

Los falsos pacifistas del «No Según qué Guerra» permanecen silentes en las cavernas de la complicidad contra la agresión rusa con el pueblo ucraniano. Su ideología sectaria les impide pisar la calle para protestar por las agresiones bélicas unilaterales que su principal valedor, amigo, y exKGB comunista, Vladimir Putin, está llevando a cabo en Ucrania.

Durante la eufemística “Guerra Fría”, el régimen comunista de la URSS puso en marcha un proyecto de desestabilización de los países considerados liberales y capitalistas. Aquellas naciones con capacidad nuclear fueron los principales objetivos, pero no los únicos.  Para lograrlo, entre otras medidas, el gobierno rojo inició un plan de adoctrinamiento y financiación de miles de estudiantes, grupos sociales y de presión, asociaciones, sindicatos y partidos políticos, por todo el mundo.

Apoyo ruso que no ha cesado tras la caída, entre 1990 y 1991, del gobierno bolchevique de la URSS, hasta nuestros días. Iniciativa que impulsó la aparición y permanencia de una ingente mayoría de movimientos pacifistas, ecologistas, y grupos supuestamente humanistas, que vienen luchando desde entonces ¡únicamente contra los ideales occidentales y la OTAN!

El espíritu traicionero de la clase dirigente de nuestro país nunca tuvo reparos, ni tiene, en traicionar o cambiar de opinión, o de bando según le convenga en cada momento. De este modo, Felipe González pasó del grito «OTAN, de Entrada NO», para contentar al amigo ruso, a enviar fuerzas armadas no profesionales del antiguo servicio militar obligatorio a la Primera Guerra del Golfo, después de germinar la entrada de España en la OTAN.

Convertidos en «Soldados del Amor» por el gobierno socialista fueron gratamente animados a luchar con los ritmos y contoneos de una patriótica Marta Sánchez, su grupo Olé Olé  y, sobre todo, de la inestimable ayuda publicitaria de RTVE y el grupo PRISA. Los grupos pacifistas, antinucleares y ecologistas de España se quedaron en casa bien muditos para no molestar al gobierno socialista.

Para desgracia de la humanidad, cuando Isaac Newton afirmó que «los hombres construimos muchos muros, pero pocos puentes…», tenía toda la razón. Con la actual invasión rusa de Ucrania, los amigos del «No, Según qué Guerra» se encuentran en una disyuntiva difícil de ocultar. Otro presidente socialista, Pedro Sánchez, desea fervientemente ser protagonista de una guerra que oculte o justifique la caída en picado de la economía española y el desmantelamiento del Estado de Derecho y de las Instituciones Nacionales.

Contra José María Aznar, los amigos del «No a la Guerra» carecieron de escrúpulos a la hora de lanzar críticas o insultos contra las decisiones del gobierno popular. Llegaron a tildar de «asesino» al presidente Aznar por enviar cascos azules en ayuda humanitaria y de interposición de seguridad a Irak “una vez finalizada” la contienda armada. Pero hoy tenemos otro gobierno socialista, y el agresor es ruso, aunque no se sepa a ciencia cierta si continúa siendo bolchevique, comunista, capi-comunista, imperialista, o sencillamente totalitario «putinista”, tiene licencia de corso de los pacifistas y amigos del «No a la Guerra».

Podemos, persevera en disimular su apoyo a Putin y a la invasión rusa mediante la utilización de absurdos eufemismos que nada significan. Los morados, forman parte del gobierno y, por lo tanto, son partícipes de las decisiones del mismo por mucho que se esfuercen en ocultarlo. De cara a los escasos votantes que les queda lanzan a los cuatro vientos banales consignas, supuestamente en defensa de la paz y del dialogo. Eso sí, son expresiones abstractas, sin lamento sincero por la invasión rusa a Ucrania.

Tampoco ha salido de las filas moradas una sola llamada de atención, ni petición imperativa, para que Vladimir Putin cese en su pretensión imperialista o del exterminio del pueblo ucraniano. Por el contrario, los dirigentes de Podemos y los ministros afines de Pedro Sánchez, actúan más como colaboradores propagandistas al servicio de Putin que contrarios a la guerra iniciada por el amigo ruso. 

Como era de esperar el voluble presidente Pedro Sánchez, ha vuelto a llegar tarde al concierto internacional. En cuestión de horas, ha pasado de una quimérica firmeza contra Vladimir Putin, cuando afirmaba que la invasión rusa no se produciría nunca, a remitir un escueto remanente de armas al gobierno de Ucrania. En medio de estas dos decisiones, tampoco no tuvo reparo en lanzar su particular mensaje de “No a la Guerra” disfrazado de paupérrimo envío de ayuda humanitaria y de material de protección personal.

Bajo una falsa retórica del “pacifismo armado y selectivo” la desvergüenza de los amigos del «No, Según qué Guerra», ha pasado de la utilización publicitaria de la invasión llevada a cabo por actores comunistas en España y capitalistas en el resto del mundo, como Javier Bardem, a las cobardes soflamas del jefe de Podemos en la sombra, Pablo Iglesias, y su propuesta de rendición incondicional para que la población ucraniana no tenga que luchar con «escopetas de caza contra profesionales» de la guerra. 

Tampoco les va a la zaga la ridícula justificación de la invasión dentro de un «nuevo zarismo», propuesto por el ministro Alberto Garzón, y diligentemente copiado por Barden. Cualquier absurdo mensaje es válido para defender la ignominia del amigo Vladimir Putin. Para no tener que hacer referencia al comunismo ni a Rusia como únicos culpables de la invasión. Otra indigna acción propagandística al ser servicio de Putin. Para estos innobles servidores públicos, lo mejor que puede hacer la población de Ucrania es  convertirse en esclavos de Putin, o morir en el intento por mantener su libertad nacional y personal.

El escritor romano de finales del siglo IV dC, Vegecio, escribió en el libro III de su obra Epítoma Rei Militaris, que «Igitur qui desiderat pacem praeparet bellum», esta imperiosa llamada a mantenerse armado «si realmente» se desea la paz viene perfectamente a colación en estos momentos. A la caída de la antigua URSS, Ucrania, era la tercera potencia nuclear del mundo. Las presiones políticas y el éxito de una falsa promesa de no agresión, llevaron a esta antigua república comunista a desmantelar dicho arsenal. De haberse mantenido firme en la máxima de Vegecio como, por otro lado hace la propia Rusia, Putin, no hubiera actuado tan a la ligera en su deseo de anexión de una Ucrania democrática y libre por la vía de la imposición armada.

¿Supone esto que la guerra es la única solución? Indudablemente no. Pero mientras existan líderes políticos, y los falsos pacifistas seguidores de estos, que actúen sin escrúpulos, contra la vida, la convivencia humana y la libertad, mantener un ejército profesional con un material bélico de última generación parece ser la única vía eficaz como parapeto intimidatorio contra los dictadores imperialistas y sus acólitos seguidores bajo las banderas sectarias del «No Según qué Guerra».

Después, indudablemente deberían llegar las conversaciones, los acuerdos, el amiguismo, la solidaridad, la colaboración, la comprensión, los cánticos, las alabanzas, los abrazos y las risas, pero no antes. Lanzar al viento un «No a la Guerra» en medio del huracán provocado, al tiempo que se reciben las treinta monedas de la traición, es una ignominia aún mayor que la llevada a cabo por los agresores directos. Esta es la situación actual provocada por el dictador ruso, Putin, en Ucrania, y no otra diferente.

El Papa Juan Pablo II manifestó en su día que «La Paz exige cuatro condiciones esenciales: Verdad, justicia, amor y libertad». Vladimir Putin con su intervención en Ucrania, sistemáticamente ha fulminado de un plumazo todas y cada una de las locuciones enunciadas por el Santo Padre. Mientras tanto, los amigos del falsario y traicionero pacifismo del «No según qué Guerra», justifican, amparan, o directamente ayudan al sátrapa ruso. El resto de actuaciones teatrales, lanzamiento de consignas manipuladas o acciones banales propuestas, únicamente forman parte de la retórica política centrada en los titulares de prensa típica de la extrema izquierda en todo el mundo.

Un Paso más hacia la España Bananera

La calidad democrática decae en una alocada carrera hacia el desastre más absoluto. Pedro Sánchez ha convertido la política y la sociedad española en un ridículo vodevil. El pasado día 3, durante la sesión de ratificación de la escuálida reforma laboral, Meritxell Batet, presidenta del Congreso, autonombrada directora del desprecio parlamentario fulminó la escasa credibilidad que le quedaba, no sólo al gobierno de Sánchez, sino al país entero.

La expresión peyorativa “país o república bananera” describe aquellas naciones, repúblicas, o estados, políticamente inestables. Sus dirigentes políticos demuestran características partidistas, totalitarias y dictatoriales en su forma de gobernar. A nivel económico, estos países, suelen ser considerados industrialmente atrasados; empobrecidos, tercermundista, altamente dependiente de algún lobby o entidad económica foránea. O de varios al mismo tiempo. Sus gobiernos y gobernantes, llevan a cabo una política corrupta a costa del bienestar de los ciudadanos.

En una sesión desconcertante y bochornosa como nunca se había visto en el parlamento español desde 1936, la presidenta del Congreso, Meritxell Batet, de motu propio, e ignorando la imparcialidad que el cargo le impone, decidió obviar la petición de audiencia del diputado del Partido Popular, Alberto Casero. Este diputado deseaba utilizar la norma parlamentaria que le permite modificar un voto emitido por vía telemática, antes del comienzo de la votación presencial.

La indigna comedia tuvo como improvisados protagonistas a García Adanero y Sergio Sayas de UPN, y a Alberto Casero del Partido Popular. Seguramente, éste último, crédulo como buen militante popular, creyó estar en su derecho parlamentario para modificar su voto telemático. La Reglamentación del Congreso así lo ampara. En cuanto a los diputados de UPN, cometieron el gravísimo error de “votar en conciencia”. Terminantemente prohibido para toda “partitocracia” como la española.

En 2020, bajo la misma presidencia de Meritxell Batet, ya se dio un caso similar al de Casero. Entonces fue resuelto sin dilación alguna a favor del diputado solicitante. Pero Alberto Casero, quizás obnubilado por su enfermedad, olvidó tres cuestiones de máxima importancia para entender este vodevil dirigido por Batet. Primero, la presidenta del Congreso viene demostrando un acatamiento muy partidista de las leyes y los reglamentos cuando puede ser perjudicado el Gobierno, el PSOE, Podemos, o los socios separatistas de Sánchez.

Segundo, el diputado agraciado en 2020 con la misma medida que Casero enarbola durante la votación del citado día 3 de febrero, pertenece a Podemos, y no a la parte “facciosa” del Parlamento. Y Tercero, la escuálida reforma de la legislación laboral debía salir victoriosa a cualquier precio para mantener el juego de trilero callejero que lleva a cabo Pedro Sánchez con las autoridades bancarias y económicas de Bruselas.

Las intrigas palaciegas, falsedades y enredos, típicos de este gobierno de coalición han incluido en esta ocasión el chantaje característico de la piratería de los siglos XVI al XVIII. Llevado a cabo contra la dirección de UPN, lograron la promesa de su voto afirmativo de la modificación laboral. 27 millones de los fondos europeos y la retirada de la moción de censura contra el alcalde de UPN en el ayuntamiento de Pamplona fueron las flamígeras espadas utilizadas para lograrlo.

La petición de rectificación del diputado popular, como ocurrió en 2020, debería haber sido trasladada, atendida y estudiada por los miembros de la Mesa del Congreso. Según el punto sexto de la Resolución la Mesa de los Diputados, de fecha 21 de mayo de 2012, por la que se regula el voto telemático de los diputados, así debería haber sido. Pero el vodevil del enredo parlamentario estaba en su momento culminante, y una mentirijilla más de la presidenta Batet podría salvar el honor de la ministra Yolanda Díaz, y del comediante, metido a empresario teatral, Sánchez.

La decisión de Meritxell Batet de no convocar la Mesa, después de mentir a Cuca Gamarra, portavoz del PP, afirmando que ésta, la mesa, había tomado una resolución sobre «la cuestión técnica que me va a plantear», ¡¿sin reunirse?!, ha dado un giro imprevisto. De hecho, puede llevar a la presidenta del Congreso ante los tribunales por prevaricación, en caso de que la denuncia presentada en los juzgados de Madrid, el pasado día 4, prospere al margen de las solicitudes de amparo a la Mesa del Congreso y al Tribunal Constitucional, anunciadas por el PP y Vox.

El resto de los actos de vileza política que pudo contemplarse durante la jornada forma parte de las características del vodevil sanchista. Las carreras al puro estilo de los Hermanos Marx. Las suplicas nerviosas de audiencia. Las llamadas telefónicas no atendidas. Las prohibiciones de entrada al hemiciclo del diputado Casero. Los sustos y los desconciertos ante la declaración de «revocación» y posterior «aprobación» del Real Decreto, cometido por la propia Batet.

Escenas vividas que, no sólo, forman parte de la farsa del vodevil socialista, sino de la tónica implantada en la vida social y política con la era renovadora. La música de fondo incorporaba letras capciosas de falsas acusaciones de compra de diputados de UPN, que mitigaron el silencio impuesto al chantaje sufrido por la dirección del mismo partido.

Los errores humanos o informáticos, que Batet se niega a investigar desde el seno del Congreso, tienen poca importancia ante tanto desprecio legal. La imagen de un Pedro Sánchez, indudablemente conocedor previo de la trama teatral, llamando a la calma de sus vicepresidentas Calviño y Díaz, se ha convertido en la negra bandera pirata que ahuyentará a los inversores y empresarios que deseen afincarse en España.

Los pucherazos y la manipulación política forman parte de la pantomima diaria del actual gobierno. En este enrarecido ambiente la pérdida de la escasa credibilidad de las instituciones nacionales a nivel internacional, carece de importancia. Y sobre todo, ¡qué importa la credibilidad de un país como España! Cuando está en juego la búsqueda de la nueva pobreza reformista. Para distraernos, a falta de Franco o el Valle de los Caídos, Pedro Sánchez tiene la baza de las mascarillas, para adornar el sendero hacia la “España Bananera”.

Saludos y Gracias por Estar Ahí

Contra el Expolio Fiscal

Los temidos impuestos se refieren a esa cantidad de dinero que, cada persona, viene obligado a desembolsar a las diferentes administraciones para contribuir a la hacienda pública. Durante la época de la monarquía arcaica, el ciudadano que deseaba participar y tener derechos políticos debía contribuir con sus propios bienes a determinados gastos públicos. Hoy día ocurre todo lo contrario. Los impuestos se han convertido en un expolio sin fin. Y los políticos viven y se enriquecen a su costa.

La propia Agencia Tributaria, a través del Instituto de Estudios Fiscales, afirma en su guía sobre los orígenes de los impuestos que «Los gastos corrientes del Estado se iban cubriendo con los productos del patrimonio real, y sólo en ocasiones extraordinarias se acudía a las contribuciones». En la Grecia clásica del siglo V aC., los atenienses comenzaron a cobrar el 2% de todo lo importado y exportado como complemento a los aranceles y a las rentas con las que, los reyes, financiaban los gastos públicos. De aquí, en la misma Grecia clásica, se pasó a los “impuestos indirectos” que gravan los gastos y los consumos familiares, conocidos hoy día por IVA.

Pero ¿Qué hacer cuando el arancel y el impuesto se convierte en expolio de la población?

El pasado domingo 30 de enero, la organización civil organizada en torno a la asociación “Junta Democrática”, presidida por Rubén Gisbert, promovió una manifestación popular en la capital de España para protestar contra la subida indiscriminada de impuestos que está llevando el ejecutivo de Pedro Sánchez desde su llegada a la Moncloa. La manifestación contó con el apoyo y presencia de la asociación de autónomos AUPA.

En torno al lema «Ningún Impuesto Sin Control», alrededor de 15.000 personas según algunas fuentes, se dieron cita en la emblemática Plaza de España para protestar contra «el expolio» de los ciudadanos puesto en marcha para pagar las ocurrencias, no consultadas a la población, en torno a los ideales de la Agenda 2030 y el desembolso de favores y sobornos para los partidos y “amiguetes” que mantienen al presidente Sánchez en esta alocada carrera contra la sensatez económica, como ya han puesto en marcha bastantes países del marco europeo para salir de la actual crisis financiera.

Cabecera de la Manifestación (imagen cedida por la organización)

Entre los objetivos de la manifestación se encontraban la visibilización del «derroche y excesivo gasto político» del actual ejecutivo. También, las referidas subidas de impuestos, que han sido tachadas de «abusivas» por los organizadores. Aunque quizás lo más importante del acto fue la exigencia de «Transparencia» del gasto y el «control de nuestros impuestos».

Aglutinando estos objetivos en un único pensamiento, Rubén Gisbert, ha venido manifestando en diversos foros que «ha llegado la hora de decir ¡BASTA!». Y es que, como han declarado desde la Junta Democrática en más de una ocasión, resulta imposible afirmar que en España existe una verdadera democracia cuando el gasto público, es decir, los impuestos son dedicados a pagar favores y «chiringuitos» autonómicos, locales o grupales, en lugar de solventar las deficiencias y carestías, que la sociedad y el comercio libre, por sí mismos, no pueden proporcionar.

La profesión periodística, una vez más, ha sorprendido el escaso interés demostrado por los medios de comunicación. Ni siquiera una leve reseña ha merecido en la mayoría de los medios. Y no sólo me refiero a los que se encuentran acomodados bajo el paraguas de “Papá Sánchez” y sus suculentas subvenciones a fondo perdido.

Representantes de AUPA durante la manifestación (imagen cedida por la organización)

En definitiva, en estos momentos de análisis de la iniciativa emprendida desde la Junta Democrática, «Contra el Expolio Fiscal», y sin olvidar mi espíritu apolítico liberal, se hace imprescindible traer a colación el aforismo del economista Milton Friedman cuando afirmaba que «Estoy a favor de reducir impuestos bajo cualquier circunstancia, y por cualquier excusa, por cualquier razón, en cualquier momento en que sea posible».

Por desgracia, la pesimista sensación que me embarga es que, una mayoría de la población, a pesar de la desastrosa situación en la que vivimos, y viviremos, prefiere acatar ideales ajenos en silencio, antes que luchar contra los opresores, aunque ello suponga sufrir expolio, opresión y pérdida de la libertad, como ha denunciado la sociedad civil este domingo en las calles madrileñas.

Vista panorámica de la Manifestación (video e imágen de cabecera cedidas por la organización)
Actividades de Seguridad Privada en Peligro de Desaparecer

De Broma a los Vigilantes a la Cruda Realidad

El personal de seguridad privada vive una realidad enquistada en el despropósito de los gobiernos, los partidos políticos, algunos sindicatos y más de una empresa del sector. Cuando se analiza su situación profesional o laboral suele caerse en la demagogia facilona y en el insulto. Una crítica exhaustiva se hace necesaria en defensa de un colectivo perdido entre el desaire, la desilusión y la confusión profesional.

Aunque con el artículo Los Vigilantes Vuelven a Ser Agentes de la Autoridad hicimos una crítica camuflada de “broma” cínica por el Día de los Santos Inocentes. La “Cruda Realidad” es que se está produciendo una bochornosa situación legal y laboral con el colectivo de la Seguridad Privada desde hace años. Y, mucho nos tememos que se continuará padeciendo en los años venideros.

Mucho se ha avanzado en la gestión, organización y control de la seguridad privada desde los organismos oficiales y las empresas del sector. Los diferentes gobiernos han legislado, la mayoría de las veces, obligados por las circunstancias, las realidades de los servicios y/o la adaptación a las imposiciones de los organismos internacionales, sobre todo de la Unión Europea.

Por su parte, las empresas de seguridad han puesto todo su empeño en la modernización tecnológica y una “supuesta” formación exigente del personal de cara a buscar nuevos nichos de negocio. Todo esto es cierto. Pero, como suele ocurrir a menudo, los grandes “olvidados” entre tanta modernización han sido los Vigilantes de Seguridad, sobre todo en cuanto a sus condiciones laborales y profesionales se refiere.

Para el propio ministro del interior Grande-Marlaska, todo lo relacionado con “la Seguridad” en mayúsculas, “le viene al pairo”. Le repele, o simplemente intenta encadenarla todo lo posible al capricho político. Lo viene demostrando con los desprecios hacia las FCSE, y con los retrasos en la publicación del Reglamento de Seguridad de la Ley 5/2015 por la pretendida modificación o eliminación de determinados artículos de esta ley. Precisamente aquellos que conceden una mayor capacidad profesional a los vigilantes.

El gobierno, a instancias del ala morada, los partidos independentistas y “bilduetarras”, tiene en proyecto “la eliminación” de toda posibilidad para que los VS sean considerados Agentes de la Autoridad, incluso cuando sean requeridos por las FCSE, o sufran agresiones durante su servicio. El proyecto de modificación de la Ley Orgánica 10/1995, de 23 de noviembre del Código Penal, así lo contempla mediante la conversión del “delito de agresión”, en una simple “falta” cuando se produzca hacia los VS.

La razón que argumenta Podemos y “sus amigos”, para coartar a la seguridad privada, no puede ser más paupérrima y demagógica. Consideran que las empresas de seguridad son «fascistas», y están gestionadas por «gente de mucho dinero próxima al Partido Popular». Por estas razones, los vigilantes de seguridad han pasado de ser considerados “trabajadores desvalidos” que podían convertirse en una buena fuente de voto adoctrinado, a convertirse en una molestia que no merecen tener respaldo oficial de ningún tipo.

En cuanto a los sindicatos, sobre todo los mayoritarios, silenciados por los millones de euros que vienen recibiendo del gobierno, únicamente actúan tímidamente, cuando las circunstancias les desbordan y corren peligro las suculentas subvenciones estatales. Pocos ejemplos considerados “tabú” y que nunca se tratan en los convenios bastan para contemplar esta situación.

El caótico horario de trabajo que produce desequilibrios físicos, psicológicos, y/o trastornos del sueño. Las consecuencias físicas de unas nefastas infraestructuras y de un mobiliario totalmente inadecuado. ¿Cuántos vigilantes son abandonados en medio de las naves de logística sin un espacio adecuado para desarrollar su trabajo bajo el crudo frío o el intenso calor?

¿Cuántos controles de acceso o de vigilancia están “bellamente” amueblados a base de tableros de desecho, palets de madera, o mesas y sillas rotas? ¿Por qué el VS es el único trabajador de España sin derecho al descanso/café/comida estipulado dentro durante las largas jornadas laborales, o su compensación económica? En cuanto al tema de los habituales pluses por los turnos de trabajo, ni siquiera merece una mínima referencia o comentario sindical.

En cuanto a la jubilación del personal en este sector. Las prestaciones por Jubilación a la edad legal de los VS son de las más bajas de los sectores profesionales del país. Prestaciones que se ven mermadas en caso de solicitarse la jubilación anticipada voluntaria entre el 6% y el 8%, dependiendo de los trimestres que resten hasta la edad legal de jubilación. El sector de la seguridad privada es el que menos jubilados de forma anticipada o por contrato de relevo produce en España.

¿Cómo es posible que los actores y artistas en general puedan jubilarse antes de los 65 años, sin penalización y el personal de seguridad No?

El nuevo convenio anual para 2022, (art. 69 y 69bis), expone que se recupera la modalidad de jubilación con relevo. La duda se encuentra en conocer sí existirá otro acuerdo “oculto y secreto” para limitarlo o no aplicarlo, más allá de la publicidad, como ya se hizo anteriormente, y podría desprenderse de la Disposición Adicional Cuarta, punto II del citado convenio.

¿Por qué los sindicatos del sector no abrieron la boca cuando se conoció la intención del gobierno para alargar la vida laboral, incluyendo a los VS, hasta los 70 ó 75 años?

El sueldo base para 2022 se encuentra en “27 euros” por encima del actual SMI. Las paupérrimas subidas de los últimos convenios no pronostican una mejoría sustancial acorde a los riesgos profesionales que se asumen en los próximos años. Incluso podría ocurrir que en unos meses, con la subida del SMI prevista para este año, el sueldo base de los VS quede por debajo del mismo. Un nuevo varapalo para la nómina que conllevaría una subida de impuestos y/o la desaparición de algún que otro plus para compensar dicha modificación del SMI.

El último informe de Fiscalización de las Contrataciones de los organismos oficiales afirma que, entre 2016 y 2019, fue habitual que se ignoraran las políticas de igualdad, incumpliendo los artículos 33 y 34 de la Ley Orgánica 3/2007, «principalmente, entre los trabajadores de la seguridad privada».

Podrían escribirse varios libros con cientos de páginas sobre los desmanes laborales y legislativos que sufre el sector. El abandono de las administraciones públicas, tanto españolas como europeas, hacia el colectivo de la Seguridad Privada es evidente en este juego de cínica normalidad laboral y legislativa, en la que vive el colectivo de la Seguridad Privada.

¿SEGURO QUE LA LSC NO VA CON LOS VIGILANTES?

Los pasados días 24 y 27 de noviembre asistimos a una serie de protestas de los profesionales de las FCSE, a raíz de la nefasta reforma de la Ley Orgánica 4/2015, de 30 de marzo, de Protección de la Seguridad Ciudadana. La mayoría de la prensa y en las redes sociales, las opiniones se centraron únicamente en los aspectos más superficiales, morbosos o populistas de la cuestión. Afloraron rencillas y odios nada disimulados contra dichos profesionales. Por su parte, la Seguridad Privada, ni siquiera se sintió aludida, declarando que no iba con ellos.

Es cierto que algunas de las reivindicaciones planteadas en poco o nada afecta “directamente” al personal de la Seguridad Privada. A pesar de ello, unos pocos, mostramos nuestra sorpresa al comprobar la escasa repercusión y el nulo apoyo demostrado por las asociaciones y sindicatos de este sector hacia las FCSE en sus reivindicaciones. La modificación de 23 de los 54 artículos de la actual LSC podría suponer un vuelco total a las pretensiones futuras de los VS. ¿Y no hay nada que decir?

El eslogan, «La Ley de Seguridad Ciudadana no va con nosotros», fue lanzado a los cuatro vientos, para dar carpetazo al asunto. Que estuviera motivado por un escaso análisis de los cambios legislativos propuestos, o por un desconocimiento de la legislación de “obligado” conocimiento para el personal de seguridad privada, poco importa a esta altura de la película. La realidad es que, salvo algún caso concreto a nivel personal, la Seguridad Privada, No respondió a la llamada de apoyo de las FCSE, contra cuestiones que afectarán de lleno a toda la ciudadanía y, por descontado, también a los profesionales de la seguridad.

Todo VS está obligado a conocer y aplicar los aspectos que le incumben de la Ley Orgánica 4/2015, de 30 de marzo, de Protección de la Seguridad Ciudadana. En el capítulo I, del Preámbulo I, (art. 7.2 y 7.3) establece «el Deber de Colaboración» cuando las FCSE lo «precisen y seguir sus instrucciones, en los términos previstos en la normativa de seguridad privada». Este deber no sólo implica a los empleados públicos, sino también para los ciudadanos, las empresas «y el personal de seguridad privada».

La mencionada colaboración deriva de una perspectiva «integral de la seguridad pública», con el fin de alcanzar, entre otras cuestiones, esa «protección de las personas y bienes», de obligado cumplimiento para el personal de la SP. En su art. 26, también se constituye «la necesidad de adoptar medidas de seguridad» en diferentes establecimientos públicos y privados. Posteriormente la legislación de SP, sencillamente concreta “el modo” en que se llevará a término, «con la finalidad de prevenir la comisión de actos delictivos o infracciones administrativas…».

El Capítulo II de la misma LSC regula «la documentación e identificación de los ciudadanos españoles, el valor probatorio del Documento Nacional de Identidad y del pasaporte y los deberes de los titulares de estos documentos […y] la exigencia de exhibirlos a requerimiento de los agentes de la autoridad de conformidad con lo dispuesto en la Ley».

Aunque de motu propio un VS no ostenta el carácter de Agente de la Autoridad, la actual Ley 5/2015 de Seguridad Privada, en el art. 31.1.b, le faculta entre otros para «efectuar controles de identidad […] donde presten servicio, sin que, en ningún caso, puedan retener la documentación personal, pero sí impedir el acceso a dichos inmuebles o propiedades» en caso de producirse una negativa de terceros a «exhibir la identificación» requerida.

Por lo tanto, esta cuestión es de vital importancia para las labores de los VS, pues establece el modus operandi de los VS mas realizado en su día a día. Por lo tanto, sería un error garrafal creer que esta autorización de identificación de los ciudadanos reseñada en la LSP, no está supeditada a los márgenes definidos en la Ley de Seguridad Ciudadana.

Cada vez que un VS solicita los datos personales, aún sin cotejar los datos con el dni está llevando a cabo una identificación. ¿Cuántas identificaciones llevan a cabo los VS cada día, sobre todo en accesos y en logística? ¿Miles? Por lo tanto, ¿cómo se puede pensar que una modificación en este aspecto de la LSC, “No va con los VS”?

La Ley de Seguridad Ciudadana representa el centro neurálgico de toda actuación del personal de Seguridad Privada. Es la base de la pirámide de seguridad y protección de los ciudadanos. Razón ésta por la que es de obligado conocimiento y aplicación para las FCSE, pero también para el personal de la SP.

Los planes de formación obligatorios para obtener la correspondiente TIP establecen su estudio. En el “Módulo de Derecho Administrativo Especial”, temas 1 y 2, entre otras cuestiones trata la «Normativa reguladora de la policía estatal y de las policías autonómicas», así como algunos aspectos penales y administrativos relacionados con la seguridad ciudadana.

Como ya he mencionado, la legislación de Seguridad Privada está supeditada a la de Seguridad Ciudadana, y no al revés. Así quedó establecido desde la Disposición Final Cuarta de la Ley Orgánica 1/1992, de 21 de febrero, sobre Protección de la Seguridad Ciudadana.

En la misma línea, la actual Ley 5/2015 de Seguridad Privada, establece en su Preámbulo la «consideración de la seguridad privada como una actividad con entidad propia, pero a la vez, como parte integrante de la seguridad pública». Más aún, el reglamento en vigor aprobado por el Real Decreto 2364/1994, de 9 de diciembre, establece que «el art. 13 de Ley Orgánica sobre Protección de la Seguridad Ciudadana, determina los servicios y sistemas de seguridad que habrán de adoptar las distintas clases de establecimientos e instalaciones».

¿Seguro que una sustancial modificación de la LSC no afecta a los VS? Con esta misma línea argumental podría ir desgranando cada artículo de la Ley de Seguridad Ciudadana que todo VS está OBLIGADO a conocer y a aplicar en el desarrollo de sus funciones. Desde las posibles infracciones a la LSC, a las cuestiones relacionadas con las drogas, la alteración del orden público en eventos multitudinarios; el destrozo de inmuebles; o el consumo de bebidas alcohólicas en trenes, metro o autobús, etc. (art. 35, 36 y 37), viene reflejado en la LSC, y no es lo único.

El régimen de protección de las infraestructuras críticas (Disp. Adic. 2ª). La definición de las infraestructuras e instalaciones de servicios básicos para la comunidad (Disp. Adic. 6ª) protegidas en su mayoría por VS. Las Cuestiones sobre documentación e identificación personal (Cap. 2º). La seguridad relacionada con los espectáculos, el control administrativo de las armas reglamentarias, los explosivos, la cartuchería, y los artículos pirotécnicos (art. 26, 27, 28, y 29), o su portabilidad en centros comerciales (art. 37), etc., etc. Así podría seguir varias páginas más.

A nivel más específico, pondré sólo un ejemplo práctico. ¿Qué ocurrirá con la llorada recuperación del carácter de Agente de la Autoridad para los VS? Una de las reformas planteadas para la LSC, modificará y limitará el uso de este carácter por parte de los agentes de las FCSE. De llevarse a cabo tal modificación, la esperanza para que los VS puedan alcanzarlo se convertirá en un liviano “sueño de verano”. ¿O es que alguien puede creer que los VS volverán a ser Agentes de la Autoridad una vez que se le coarte tal condición a los propios funcionarios de la Seguridad del Estado?

Por último, podría apelar al compañerismo con los agentes de las FCSE, pero esta es una cuestión ilusoria. El colectivo de la Seguridad Privada, es incapaz de apoyar sus propias reivindicaciones. Resultaría pues, inaudito que apoyaran a otros colectivos de la profesión. El intento de las FCSE por integrar a la SP como un “compañero” más de la Seguridad Ciudadana es evidente, pero desgraciadamente, los problemas concretos y puntuales de muchos VS con miembros “específicos” de la seguridad pública suelen ser engrandecidos hasta convertirlos en problemas generalistas inexistentes que favorece la aparición de una ceguera visceral.

En la actualidad, la seguridad pública no se entiende sin la privada, de igual modo que ésta es impensable sin la existencia de aquella. La Seguridad Privada ha perdido una ocasión de oro para demostrar ese “profesionalismo corporativo” del que tanto alardea, pero que escasamente demuestra. Ante lo expuesto, no logro entender que ningún profesional de la seguridad pueda afirmar que «La Ley de Seguridad Ciudadana no va con nosotros». Y sólo el tiempo dirá si estoy errado en mi análisis.

Saludos y Gracias por Estar Ahí

MÁS ALLÁ DEL INFIERNO DE COBARDES

Para el escritor y filósofo francés de finales del siglo XVI, Michel de Montaigne, la cobardía es la madre de la crueldad. En los últimos días, una familia de españoles viene sufriendo todo tipo de vejaciones e insultos por parte de sus convecinos alentados por las propias autoridades catalanas. Una mayoría de la sociedad española se muestra pasiva y silenciosa, para no enfrentarse a la ignominia de los gobernantes de Cataluña y de España entera.

En 1973 se estrenó la película High Plains Drifter (El Vagabundo de las Altas Llanuras) dirigida y protagonizada por el múltiple ganador de los premios Oscar, Clint Eastwood. En España, quizás por la tendencia a estropear las sorpresas, se tituló “Infierno de Cobardes”.  Considerada con el paso del tiempo como una obra de arte, en los años setenta levantó ampollas entre el emergente movimiento feminista, aunque no tanto entre los educadores sociales y la población en general.

Tan ciega y sectaria como lo es hoy día, parte de la crítica, aleccionada por dicho feminismo, ignoró la profundidad y la advertencia que integraba la película. Eastwood, considera que la línea entre el bien y el mal nunca está bien definida. Así lo ha plasmado en varias de las películas que ha dirigido. Para el actor, director, guionista y productor californiano, las actuaciones más deplorables del ser humano suelen ser consentidas, cuando no alentadas, por la sociedad ideologizada, en connivencia secreta o mediante el miedo que suele cabalgar libremente entre sus miembros.

En este “Infierno de Cobardes” en el que se ha convertido la sociedad española, la localidad de Canet de Mar, viene recreando el mismo dramatismo traicionero, con sus dosis de indignidad correspondiente. Tampoco faltan las peticiones de linchamiento de un niño junto a sus padres que recuerda la cobardía de los habitantes de esa imaginaria población fronteriza de “Lago” en la que Clint Eastwood, muestra crudamente las consecuencias de permitir jubilosamente la apertura de cualquier Caja de Pandora sin pensar en las consecuencias futuras de los actos.

Para quienes viven gozosamente la vida de falso paraíso dibujado por Pedro Sánchez, sólo voy a plasmar una pincelada de los sucesos que vienen sucediéndose en la localidad catalana de Canet de Mar.

Una familia entera está siendo vilipendiada, insultada, y amenazada con todo tipo de ataques, incluido la solicitud de apedreamiento físico y su expulsión de Cataluña, por haber cometido el mayor de los delitos que esta pávida sociedad en la que vivimos puede permitirse asumir. Estos “indeseables” a los ojos del independentismo totalitario, y del gobierno de Sánchez, pretende sin más que su hijo menor, ¿de cinco escasos años?, pueda estudiar en español ¡6 horas a la semana!, como ha declarado recientemente, en sentencia firme y de obligado cumplimiento, el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña.

Abandonados por los vecinos, los compañeros de clase, los profesores y responsables del centro educativo, los políticos con sus gobiernos de fantasía, y la mayor parte de la población española que forman este Infierno de Cobardes en el que convive ciegamente nuestra sociedad española, los miembros de la familia de Canet de Mar, se han visto obligados a solicitar el amparo judicial como último recurso de supervivencia.

El gobierno en pleno, con la desfachatez que les caracteriza, declara su más absoluto desconocimiento de los sucesos. ¿Desconoce lo que hace impunemente su socio para mantenerse en la Moncloa? Un solo dato delata la desfachatez e ignominia de un Pedro Sánchez que reniega de su obligación en defender “A todos los Españoles”.

Como recordaran los lectores, el pasado mes de septiembre, fue notoria la denuncia por una supuesta agresión llevada a cabo por un “inventado” grupo de encapuchados que habrían grabado la palabra «maricón» en el glúteo de la persona denunciante. Pocos días después, el propio denunciante admitiría ante los investigadores del CNP que, en realidad, había sido una «agresión Fake» (falsa). En realidad la grabación de la mencionada palabra se produjo durante un acto consentido de prácticas masoquistas. A pesar de ello, el propio Sánchez no tuvo ningún reparo en declarar que pondría en marcha de manera fulminante «todas las herramientas del Estado de Derecho [… con las que] combatir los discursos y actitudes» que  promueven el odio.

Por el contrario, como denuncian algunos medios de prensa, muy escasos por cierto, el gobierno, se niega a convocar la Comisión de Seguimiento del Plan de Lucha Contra los Delitos de Odio, por el caso de la acosada familia de Canet de Mar. El ejecutivo de Sánchez evita así que dichas agresiones de odio y amenazas sean investigadas, y sus promotores y ejecutores sean puestos ante la justicia.

Mientras que esta familia recibe tantas vejaciones, presiones y muestras de acoso, incluyendo el “apedreamiento oficial y oficioso”, ¿Dónde se encuentra nuestro presidente Pedro Sánchez? Al tiempo que niega toda la  ayuda posible a esta familia, cabalga en falcón por las colinas gallegas, para autoproclamarse «vanguardia de lo que está por venir en Europa».

¿Dónde está el Ministerio de Igualdad de Irene Montero? Repartiendo millones a los amiguetes. ¿Y dónde está la ministra Ione Belarra de Derechos Sociales y Agenda 2030? Mirando hacia las próximas elecciones y la caída de Podemos. ¿Y la ministra de Educación y Formación Profesional, Pilar Alegría? Levantando los hombros y echando balones fuera.

Las Comunidades Autónomas tampoco están libres de pecado. Cómplices silenciosas y necesarias en la fabricación del infierno catalán y español, declaran calladamente que eso no va con ellos. Y parece que tampoco va con la población española en su conjunto.

En cuanto a la sociedad civil de la que tanto se alardea a la hora de recoger subvenciones, ¿Dónde están los sindicatos, asociaciones y profesionales de la Educación? Seguramente, planificando las próximas vacaciones. ¿Y los miles de profesionales de la Educación Social y/o Trabajo Social, con sus costosos e inútiles colegios y asociaciones profesionales? Esto No va con ellos. Además, ocurre en otro en país, no en el mío.

¿Dónde se hallan todos aquellos que enarbolan, y consumen febrilmente lecturas sobre el pacifismo, la solidaridad, el humanismo, el bienestar social, el progresismo, el milenarismo y otros tantos miles de “ismos” típicos de la ingeniería social? Tampoco debe ir con ellos pues no les ha llegado al adorado whatsapp ninguna convocatoria para movilizarles en las calles contra la ignominia catalana o la dejadez gubernamental socialista y comunista. ¿Dónde queda la libertad de las personas y la tan cacareada empatía social?

Y, ¿Qué me dicen de tantos Defensores del Pueblo, Defensores del Menor o supuestos Defensores de las Familias, repartidos por la toda la geografía nacional?, para su vergüenza, ninguno de ellos ha tenido la valentía, la honradez o la profesionalidad para alzar su voz de forma contundente para denunciar, incluso ante la justicia, tamaño agravio.

Cuando una sociedad acepta alegremente el laconismo del “Sí señor, lo que vuecencia desee”. Cuando se acepta, sin réplica, la arrogancia y el desprecio de ciudadanos y gobernadores que sólo pueden ser calificados de “dictadores ideológicos”. Cuando los ciudadanos dejan de exigir lo que les corresponde para regalarlo a sus carceleros. La pobreza de la sociedad en la que vivimos se ha ganado a golpe de silencios, la mayor de las desgracias liberadas por Pandora.

Cuando los ciudadanos aceptan con una sonrisa la humillación, el maltrato y el abuso de las personas, los grupos partidistas, los políticos y sus gobernantes, la caída de la propia sociedad está demasiado cerca para poder mirar hacia otro lado o huir cobardemente. Este cerote no sirve para unir a las personas. Por el contrario, esta indignidad de la sociedad española en su conjunto, favorece y alimenta las humillaciones, las ofensas y los maltratos indiscriminados como los que viene sufriendo la familia de Canet de Mar.

Como en la película de Clint Eastwood, España entera se ha convertido en un “Infierno de Cobardes”, y tarde o temprano, la misma actitud pasiva que hoy les convierte en colaboradores imprescindibles de tanta iniquidad, mañana les hará beneficiarios de los mismos ataques orquestados por otros dictadores del pensamiento y la esclavitud social.

La actual atmósfera de convivencia infernal, perversa, y casi apocalíptica, que se respira en Canet de Mar, y en Cataluña entera, sólo representa la antesala de lo que vendrá. Pero no en Europa como alardea Pedro Sánchez, sino en nuestros hogares.  Que tanta nómina agradecida permanezca callada no es de extrañar cuando “el amo” ideológico ordena silencio, pero no por ello lo convierte en ético y solidario.

Por lo tanto, como persona antes que periodista o educador, baste este panegírico para negarme a ese “silencio colaborador” al que me refería. Alzo mi voz contra ésta, y otras ignominias de similares características, cometidas por esta sociedad violenta e insolidaria, que permanece callada ante tamaño atropello que viene sufriendo la familia de esa engañosa Cataluña que solicitaba, no hace mucho,  con engañosas y bífidas palabras las visitas turísticas, en el mismo idioma español que aborrece.

Quienes consienten, alientan, o participan directamente en esta infamia, sólo merecen que, en un futuro próximo, se haga nuevamente realidad aquel, “Infierno de Cobardes”, denunciado en su día por Martin Niemöller en su poema, “Guardé Silencio”, ante los avisos de peligro por la llegada del Partido Nacional Socialista de Adolf Hitler, al gobierno de la Alemania del siglo pasado.

En cuanto a los escasos ciudadanos que se convierten por un momento en pequeños “Niemöller”, solicitando “Justicia y Libertad” a los cuatro vientos y, sobre todo, a la familia que tanto está sufriendo en Canet de Mar, sólo puedo dedicarle mi apoyo y las palabras del poeta y dramaturgo español Miguel Hernández: «Una gota de pura valentía vale más que un océano cobardes». Gracias por esa “gota de valentía” que venís demostrando para vergüenza de muchos.

NO A LA ESPAÑA INSEGURA 2

Como vimos en la primera parte del artículo, la plataforma “No a la España Insegura”, auspiciada en un primer momento por JUSAPOL, JUPOL y JUCIL, salieron a la calle bajo el lema “No a la Inseguridad Ciudadana”. La iniciativa estuvo arropada por más de cuarenta organizaciones de similares características, y un número nada despreciable de la población española. Aunque hubiera sido deseable una asistencia mayor, es indudable que Los participantes en la manifestación del día 27 en Madrid fueron muchos más que esos ridículos veinte mil que la delegación del gobierno ha hecho público.

Las modificaciones conocidas sobre la Ley de Protección de la Seguridad Ciudadana de 2015, podrían conllevar aparejada una serie de consecuencias negativas, cuando no antidemocráticas, que dejarían a los miembros de las FCSE, al personal de Seguridad Privada, y a los ciudadanos, bajo el capricho de quienes tienen la violencia como modus operandi para obtener intereses partidistas, sean estos económicos, políticos o grupales.

Mucho se ha hablado estos días sobre la coacción o la eliminación del Principio de Autoridad que debe regir en los cuerpos policiales de cualquier estado democrático. De llevarse a cabo, esta modificación convertiría de facto al personal de la Seguridad del Estado en meros registradores de incidentes, sin capacidad de actuación real.

Por extensión, el carácter de Agente de la Autoridad de estos profesionales también se vería afectado. Bastaría contemplar lo ocurrido en su día con el personal de seguridad privada, cuando se le despojó por completo de dicha condición, para sospechar que se avecina un futuro incierto en el que acabar con la escasa independencia profesional de las FCSE democrática de nuestro país sería el principal objetivo del ministerio del interior.

Aunque no suele ser de dominio público, el Principio de Autoridad va mucho más allá de la consideración de Agentes de la Autoridad que ostentan los miembros de las FCSE. Quienes lo exhiben tienen la capacidad de “ser escuchado”, y sus palabras tenidas en cuenta por los interlocutores. Se trata pues de un principio fundamental para los funcionarios que tienen la competencia y la formación adecuada para enfrentarse a diferentes hechos, aunque éstos sean negativos, violentos, o vayan en contra de los propios intereses personales de los agentes.

En definitiva, me refiero a que estos profesionales de la seguridad, como ocurría al menos desde la Edad Media, son considerados por la sociedad como portadores del “Argumentum ad Verecundiam” (de argumento o de veracidad válida). Es cierto que, en la actualidad, esta consideración no es absoluta pues, los hechos, deben ser siempre probados por quienes los investigan, pero esta normalidad no impide que los Servidores de la Ley mantengan dicha capacidad argumentativa ante la sociedad.

Además, gracias al prestigio y a la buena reputación que mantienen los agentes de las FCSE en la sociedad española del siglo XXI, son considerados “ciudadanos de pro”, y respetados como Autoridad, más allá del título oficial que puedan ostentar por su cargo.

Todo este semblante profesional es el que corre peligro de ser eliminado de un plumazo con la reforma de la actual LSC orquestada por el gobierno de Pedro Sánchez. Supondría “encadenar y anular” operativamente a las FCSE, que vienen demostrando su imparcialidad a diario, para beneficio exclusivo de quienes cabalgan en el límite, o más allá de la legalidad, con estrechos lazos de coincidencia con personas que deberían realizar sus actuaciones públicas y sociales sin tacha.

Bajo esta misma argumentación, y a pesar de que pocos se salvan de la quema del desprestigio público, resulta difícil no pensar que las modificaciones planteadas se encuentran relacionadas de algún modo con los pasados y actuales problemas políticos, económicos y judiciales del PSOE, Podemos, y del resto de partidos y “partidetes” que están apoyando al actual gobierno de concentración de izquierdas, e independentistas.

En este escenario, se trataría de establecer la falta de credibilidad y de ética, con la eliminación de ese “Argumentum ad Verecundiam” aludido antes, con el fin de prostituir el trabajo de las FCSE, antes incluso, de iniciarse cualquier instrucción judicial que afecte dichos intereses políticos, económicos o grupales. Todo es válido para alcanzar los objetivos ingeniería social pactados.

Sobre la posibilidad de celebrar Manifestaciones Sin Comunicación Previa a la subdelegación del gobierno, la medida lleva aparejada otra trampa legislativa que acarreará, como expresé al comienzo, un aumento de la inseguridad para el ciudadano, para los miembros de las FCSE, y para el personal de la Seguridad Privada en su conjunto.

En cada manifestación anticapitalista contra determinados centros comerciales, huelgas de carácter reivindicativo o laboral, y con la utilización de los modernos escraches, hemos visto como la legalidad ha sido pisoteada por actos violentos, rotura de material urbano, escaparates rotos, piquetes intimidadores, y agresiones directas a vigilantes de Seguridad durante su trabajo.

Con estas circunstancias, los ciudadanos no han podido librarse de tales acciones violentas. Quienes acudían pacíficamente a  mítines políticos, han sido apaleados e insultados, por cometer el delito de interesarse por otras opciones políticas. En realidad, todos estos ejemplos son actos que van en contra de la propia libertad de las personas, aunque las reuniones hubieran sido supervisadas y/o autorizadas previamente.

Por lo expresado antes, resulta inaudito que, a tenor de estos antecedentes de batalla campal, el gobierno, en lugar de plantearse la minimización o eliminación de estas acciones violentas,  disminuyan la capacidad que tienen las FCSE para planificar y garantizar la seguridad del ciudadano en estos casos. Pedro Sánchez, y su ministro del interior Grande-Marlaska, han decidido favorecer la violencia callejera y empresarial, eliminando por completo las notificaciones previas y autorizando las reuniones multitudinarias sin ningún control, al tiempo que limita las actuaciones legales de las FCSE.

A los políticos, sobre todo entre quienes ostentan cargos públicos, se les suele llenar la boca de palabras grandilocuentes sobre la preocupación que sienten por la seguridad de los ciudadanos. Pues bien, aquí está la “prueba del delito” cometido. De la mentira más atroz de esos “supuestos” defensores del bienestar ciudadano. En caso de aprobarse la medida en las condiciones conocidas hoy día, la violencia podría campar a sus anchas por las calles. Los cortes de calles, las barricadas, los asaltos a establecimientos callejeros o las agresiones personales, se convertirían en la tónica habitual, siendo prácticamente imposible que puedan ser evitadas de modo preventivo por las FCSE.

En esta misma línea argumental, ya avanzada en la primera parte de este artículo, no habría ningún impedimento para que sean recuperadas actuaciones de grupos organizados típicos de tiempos pasados. Aunque no aparezca explícitamente reseñado en las modificaciones de la LSC, de facto, el gobierno estaría aprobando, autorizando o permitiendo, la reinvención de las Chekas de los años treinta, o las acciones de los cachorros de la banda terrorista ETA o Kale Borroca, típicas de los años del hierro.

Tampoco aclara el gobierno cómo garantizará la economía y la creación de empresas si, en cualquier momento, los sindicatos pueden paralizar la producción de una empresa simplemente situando los denominados eufemísticamente “piquetes informativos”, la mayoría con actuaciones coercitivas y violentas,  en los accesos de los centros de trabajo, de forma supuestamente improvisada y sin tener obligación de comunicar previamente sus intenciones a las autoridades civiles o laborales.

¿Realmente cree Pedro Sánchez que los inversores extranjeros vendrán a un país de estas características?

El gobierno no se digna explicar nada de esto. Es la patata caliente que prefiere pasar a otros, como está haciendo con la gestión de la pandemia. En este caso, el problema será endosado a las FCSE, bajo el silencio o la crítica más severa del ministro del interior, Grande-Marlaska, como viene haciendo hasta la fecha.

En España, el derecho de reunión está garantizado por la Constitución de 1978. La actual legislación únicamente establece que, aquellas reuniones o manifestaciones que puedan entorpecer la vida social, deben ser “comunicadas”, lo que no significa “autorizadas”. Ahora bien, excepcionalmente, es cierto que la celebración de alguna reunión con un número importante de asistentes en la vía pública podría ser prohibida, limitada o modificada, pero siempre bajo estrictas y objetivas razones de seguridad. 

¿Son necesarias las reformas que han suscitado tantas protestas?. Con ellas se modifican 23 de los 54 artículos de la actual ley aprobada por el PP de Mariano Rajoy en 2015. La práctica totalidad de la normativa que fue denominada “Ley Mordaza” por los partidos de la izquierda para ganarse la confianza y el apoyo del movimiento contestatario del 15M.

Tras los años transcurridos resulta evidente que dicha Ley Orgánica 4/2015, de 30 de marzo, de Protección de la Seguridad Ciudadana, necesita ser actualizada. Pero la reforma planteada no pretende “mejorarla” de cara a las actuales, o futuras, necesidades sociales y policiales. La redacción planteada va mucho más allá que la actual LSC en cuanto al control de los ciudadanos y la politización de las acciones policiales.

Aquí radica el principal problema. Se llevan a cabo por odio al Partido Popular y a beneficio de los partidos independentistas que han sacado a la calle grupos violentos para lograr sus intereses secesionistas. Como he expresado en otros medios, los mayores perjudicados de estas modificaciones serán los propios ciudadanos, quienes perderán todas las garantías de asistencia, apoyo y protección que les proporciona las FCSE.

Entonces… ¿Qué busca Pedro Sánchez y sus socios de gobierno con esta modificación cargada de tintes tan oscuros? Esta es la pregunta que los ciudadanos deberían hacerse antes de criticar u opinar tan a la ligera las razones por las que protestan tanto los miembros de las FCSE como los ciudadanos que se consideran partícipes de un estado libre y democrático.

(Acceso a la Primera Parte del Artículo)

NO A LA ESPAÑA INSEGURA 1

Como colofón a unas semanas de protestas callejeras, más o menos acalladas por el régimen sanchista, la mayoría de las organizaciones sindicales y asociaciones profesionales de las FCSE, se unieron por primera para lanzar el mismo mensaje de protesta contra la reforma de la Ley de Seguridad Ciudadana: “No a la Inseguridad Ciudadana”.

Las concentraciones del día 24, ante las delegaciones y subdelegaciones de Gobierno de todo el país, y la multitudinaria manifestación en Madrid del 27, organizadas por la plataforma “No a la España Insegura”, es el signo más evidente de que la tranquilidad y la libertad de los ciudadanos se encuentra en grave peligro de desaparecer o ya han sido fulminadas.

En todo este baile de opiniones y manifestaciones contradictorias conviene, al menos, analizar de manera pormenorizada cada punto señalado por los organizadores de las manifestaciones, Justicia Salarial Policial (Jusapol), el sindicato Justicia Policial (Jupol), y la asociación profesional Justicia Guardia Civil (Jucil), más los representantes de 40 los sindicatos y asociaciones profesionales, que se unieron a la plataforma “No a la España Insegura”.

Libre difusión de las imágenes grabadas a los agentes durante su actividad profesional. El gobierno, con Marlaska al frente, favorece que estas imágenes puedan ser publicadas en las redes, internet o la prensa “amiga”, sin tener en cuenta el consiguiente riesgo de violencia o coacciones que podrían sufrir los agentes y sus familias. Y, si ellos son desprotegidos por ley ¿cómo podrán proteger al resto de ciudadanos?

Ya no se habla de ello, pero España continúa en el Nivel 4 (de cinco) de Alerta por amenaza terrorista. Bajo esta premisa, no sólo esta reforma significa entorpecer, cuando no impedir, las actuaciones de las FCSE en aras de la protección de los ciudadanos ante agresiones y atentados terroristas. Además, la medida va en la dirección opuesta de las recomendaciones manifestadas por EUROPOL en cuanto a la “Protección de la Identidad” de los policías que debe ser garantizada por los gobiernos comunitarios, como punto fundamental para la seguridad de los agentes.

La eliminación de la Presunción de Veracidad en las declaraciones de los agentes de Seguridad del Estado. Supone de hecho poner al mismo nivel la declaración de los delincuentes y las realizadas por los agentes de las FCSE. Los atestados e investigaciones policiales dejarían de gozar de la presunción de veracidad “imprescindible” en cualquier proceso judicial. Además, la medida se encuentra íntimamente relacionada con la condición de Autoridad como garantes de la separación de los tres poderes necesarios en toda democracia (Legislativo, Ejecutivo y Judicial).

Resulta obvio que el fracaso del ministro Grande-Marlaska por convertir a los profesionales de la seguridad española en marionetas que bailen al son de la música de Moncloa, está detrás de esta modificación de la LSC. Los escándalos financieros que persiguen al PSOE y a Podemos, principalmente, se verían mermados si la valoración y la veracidad del trabajo de los funcionarios de la Policía Nacional y de la Guardia Civil quedaran desacreditados antes incluso de iniciar las investigaciones llevadas a cabo.

La reducción de seis a dos horas del Tiempo Máximo de Retención para Identificación de una persona para su identificación, junto a la exigencia de devolver a dicha persona hasta el punto donde fue interceptada antes de ser trasladada a la comisaría hará imposible dicha identificación y la toma de declaración de los presuntos delincuentes o indocumentados sospechosos quizás sea la función más habitual que se lleva a cabo, sobre todo en las grandes ciudades.

Teniendo en cuenta la dispersión de las comisarías y dependencias de la Guardia Civil, junto a la enorme falta de medios, la reducción de la identificación a dos horas, es una trampa legislativa perfecta que sólo beneficia al delincuente. Pero por encima de estos, quienes saldrán más beneficiados serán los manifestantes violentos tan característicos de cualquier manifestación sindicalista, o política orquestada desde la izquierda.

¿Alguien conoce una manifestación distinta de la izquierda donde se hayan producido actos violentos contra las FSE, los ciudadanos, el mobiliario urbano y los establecimientos comerciales?

Esta idiotez legislativa obligará a las Unidades de Intervención de las FCSE a dedicar vehículos y personal al traslado «urgente» a la comisaria más cercana de los manifestantes violentos, agresores, violadores, atracadores y/o ladrones de guante más o menos blanco que sean localizados. A partir de su aprobación, las estaciones y vagones de metro de todo el país se convertirán en las zonas más inseguras del país, en auténticas zonas de guerra, dada la imposibilidad de instalar comisarías en cada estación.

En el siguiente artículo, seguiré analizando el principio de autoridad que debe regir en los cuerpos policiales de cualquier estado democrático. La posibilidad de celebrar manifestaciones sin comunicación previa a la subdelegación del gobierno. Además de otras cuestiones que han pasado furtivamente entre tanta declaración de intenciones institucionales para minimizar la importancia de las últimas protestas de los agentes de las FCSE y de los ciudadanos la pasada semana.

Actualizado, 04/12/2021, 11:30 h. (Acceder a la Segunda Parte del Artículo)

12 de octubre, Fiesta Nacional de España 2021

DE TODO MENOS UNIDAD EN LA FIESTA NACIONAL

Hace seis siglos, Cristóbal Colón escribió: «Siguiendo la luz del sol, dejamos el Viejo Mundo». Lo que no pudo adivinar el descubridor de América fue que la España de ese viejo mundo, siguiendo su estela, uniría ambos continentes en una hermandad social que permanece viva en nuestros días. Y todo ello, a pesar de las falacias argumentadas y del sistemático borrado de todo recuerdo que tenga que ver con los logros alcanzados por la Madre Patria, España.

Aquel hito histórico representado por la llegada el 12 de octubre de 1492 a tierras americanas puede que no sea el mayor, ni el más importante, de los realizados por España a lo largo de su historia. Esta es una cuestión muy subjetiva. Pero, como se menciona en la exposición de motivos de la Ley 18/1987, de 7 de octubre, por la que se declara «Fiesta Nacional de España, a todos los efectos, el día 12 de octubre […] simboliza la efemérides histórica en la que España, a punto de concluir un proceso de construcción del Estado a partir de nuestra pluralidad cultural y política, y la integración de los reinos de España en una misma monarquía, inicia un período de proyección lingüística y cultural más allá de los límites europeos».

Hace pocas fechas, el escritor Arturo Pérez Reverte, manifestó que «Cuando alguien camina al futuro sin la luz del pasado, camina a oscuras». Sabias palabras que son ignoradas sistemáticamente en esta España quebrantada.

En los últimos años, “políticos de medio pelo”, bolivarianos, socialistas y comunistas de diseño a conveniencia personal, en ambos lados del “charco”, y que nada tienen que ofrecer a los ciudadanos, gastan ingentes recursos públicos para convencer a los ciudadanos que, ese memorable 12 de octubre, significó el comienzo de un inexistente genocidio. En una renovación de la Leyenda Negra Española, que alimenta el odio y la descalificación contra todo lo que representó y “debería” representar España y el mundo hispano a nivel internacional.

El objetivo final de todos ellos está bien definido. Aunque no sea el único, acabar con la unidad de España, mediante su ruptura geográfica, política y social, permitirá eliminar de paso la fuerza moral que representa para la mayoría de la población hispana del continente americano. Paso imprescindible para la implantación definitiva de ese totalitarismo mundialista que representa la Agenda 2030, ahora ampliada al 2050, gracias a la creación de una infinidad de “mini estados” sumisos y maniatados a los deseos de grupos económicos globalistas.

Que el presidente Sánchez, continúa fielmente los pasos de su predecesor de partido, José Luis Rodríguez Zapatero en la Moncloa no es ninguna novedad. La eliminación de España como unidad territorial, fusionada a los descalabros económicos y subida masiva de impuestos, fueron y son, las herramientas utilizadas por el PSOE más comunista de la historia, en connivencia con Podemos y todos los partidos separatistas y secesionistas, incluido quienes abogan por la violencia y el asesinato como medida de presión política y social.

No es de extrañar pues que, por cuarto año consecutivo, Pedro Sánchez haya sido abucheado y silbado a conciencia durante los recuperados actos oficiales de la Fiesta Nacional, en la Avenida de la Castellana en Madrid. Rompiendo el protocolo, como suele ser habitual en él, nuestro presidente del gobierno nacional permaneció “escondido” en una calle lateral de la Castellana obligando a la comitiva real a ralentizar al máximo su entrada por el recorrido oficial ante los aplausos y vítores del público asistente a los actos oficiales hacia el Rey Felipe VI y su familia.

Sin ser anunciado previamente por megafonía, Sánchez, se unió al séquito segundos antes que el Rey comenzara a saludar a la ministra de Defensa, Margarita Robles, a la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, al alcalde de la capital, José Luis Martínez Almeida, al JEMAD, almirante general Teodoro López Calderón y al resto de miembros del gobierno y de las comunidades autónomas.

Acto de cobardía infantil que de bien poco le sirvió para mitigar o eliminar las críticas públicas a su nefasta gestión gubernativa. Los abucheos y silbidos rápidamente se unieron a los gritos, que rallaban el insulto. Las denuncias de «okupa», «parásito», o de «paleto», se mezclaban con los gritos de «¡fuera, fuera!». Y por encima de todos ellos, los vítores hacia el Rey, arreciaban a cada paso del monarca.

Suele decirse que este tipo de críticas “les va con el cargo”. Tal vez sea verdad. Pero indudablemente, como defendía Pablo Iglesias antes de que le tocara a él recibirlas, «son muestras de jarabe democrático», que demuestran el estado de ánimo de una población muy decepcionada con la deriva separatista y totalitaria que ha decidido tomar Pedro Sánchez para mantenerse bien agarrado a su querido “colchón” de la Moncloa.

La celebración del día de la Fiesta Nacional en cualquier país, y mucho más en los autodenominados “civilizados” supone un día festivo lleno de actividades oficiales, oficiosas, culturales y sociales. En todas ellas, autoridades, políticos y la sociedad civil se hermanan para conmemorar el Día Grande que representa para los ciudadanos. En estos días, poco importan las diferencias sociales y políticas. Se busca simbolizar la UNIDAD de la Nación con todo lo que ello representa.

En España ¡NO!

En nuestro país la degradación, el odio, la separación y la confrontación se han impuesto a todo lo expresado anteriormente sobre lo que representa la Fiesta Nacional de España para los ciudadanos de cualquier país. Empezando por Pedro Sánchez y su semblante desencajado durante los actos oficiales en evidente signo de desgana, hasta los representantes autonómicos que buscan mil y una excusa para no asistir en representación de los ciudadanos que les han votado, todo son signos inconfundibles de la ruptura social y política existente en España. De la falsedad, el engaño y la traición que es la tónica habitual en este país de la mentira.

Resulta hilarante e hiriente que debamos trasladarnos al continente americano para escuchar una defensa vehemente de lo que significó y debería significar el 12 de octubre como origen de lo que hoy día conocemos por “Hispanidad”. El Senador por el Cabildo Abierto de Uruguay, Guillermo Doménecch, con motivo de esta celebración histórica, pronunció un discurso que sería inaudito e imposible de escuchar a ningún político, con cargo o no, de nuestro país.

El senador Doménech no tuvo reparos en denominar a la realeza española como «esos Grandes Reyes». Pero más sorprendente fue escuchar como defendía a ultranza que «Soy orgullosamente hispano» ante los asistentes en la Cámara Alta de su país. Y fue mucho más allá de lo concebible en España al afirmar que, “los hispanos”, «Fuimos parte de ese enorme imperio [… del que], a veces se habla con un sentido despreciativo de la hispanidad. Y fuimos grandes. Y fuimos unidos porque Carlos I, en 1919, emitió una cédula de “unidad eterna” de Hispanoamérica que se opone a la división del reino. A esa España, que es nuestra España, yo le rindo hoy homenaje».

A solicitud de la presidenta del Senado y de su autor, y por unanimidad, se aprobó remitir el discurso a todas las embajadas españolas para que fuera conocido por todos los organismos culturales y por la población. ¿Por qué no ha sido hecho público por nuestro gobierno? La respuesta resulta tan obvia como innecesaria su explicación. Resulta evidente que, en esta España de “traidores a la nación”, las palabras del poeta y dramaturgo español, perteneciente a la Generación del 27, Federico García Lorca, «El español que no ha estado en América, no sabe qué es España», son más realistas y actuales que nunca.

(Artículo publicado previamente en El Día Digital)