Sánchez, su Muro y la Concordia Imposible

El resultado de la tercera investidura de Pedro Sánchez ha sido el previsto. Algo más de una hora ha dedicado el renovado presidente para actuar como oposición de la oposición.  Una infinita amalgama de insultos, medias verdades y bochornosas falacias fueron dirigidas al Partido Popular y a Vox con el único objetivo de minimizar las necesarias explicaciones sobre la amnistía y el reconocimiento, oficial u oficioso, de una Euskadi y una Cataluña separadas de España.

Mucho criticamos en su día la huida de Mariano Rajoy para no ver cómo le quitaban la presidencia  del gobierno en 2018. Continuando con esta tónica, Pedro Sánchez se erigió ayer en el primer presidente del gobierno de España que demuestra su valentía principesca entrando a hurtadillas por la puerta de atrás del Congreso de los Diputados. Todo un símbolo para quién, o quienes, van a gobernar realmente el país los próximos meses o años.

Defenestrada la social-democracia en el PSOE no se podía esperar otra actuación de éste sorpresivo «muro» neo-comunista. El país estará gobernado por el delinte huido Puigdemont, y por el condenado por terrorismo Otegui. En esta farsa democrática, a Pedro Sánchez sólo le queda actuar como la cara amable y visible de un separatismo que se ha quitado el disfraz de demócratas progresistas. Por desgracia para la nación, y en palabras del propio Sánchez, «Es lo que hay».

El tiempo que no dedicó a explicar los acuerdos secretos con JxC o Bildu lo dedicó a leer las notas manuscritas de Sumar sobre la Igualdad. Vuelve a prometer Sánchez la redacción de una Ley de Representación Paritaria que, empezando por el mismo PSOE, ningún partido político ha cumplido nunca. Romper con un inventado «techo de cristal» feminista es la otra promesa esgrimida. ¿Pero esto no fue un éxito cumplido en la pasada legislatura?

Para este renovado pseuo-presidente, la igualdad parte de la desigualdad de los españoles. Y se siente orgulloso de sus palabras. Deja al margen las concesiones y privilegios prometidos a los gobiernos independentistas de Cataluña y Vascongadas para centrarse en demostrar, con poco éxito la verdad, que se cumple la igualdad establecida en la Carta Magna ¡en todo el territorio nacional!, porque así lo afirma el líder socialista con impasible descaro en la Cámara Baja.

Naturalmente, muchos españoles, seguirán sin poder crear empresas rotuladas en español en esas comunidades; tampoco se podrá hablar o estudiar español libremente; la documentación autonómica oficial no llevará impreso ningún apartado en el idioma nacional. En definitiva que, los beneficios y las libertades sociales, continuarán siendo diferentes según nos dejen vivir dentro o fuera de ese «muro» prometido por Sánchez.

Pero ¡existe igualdad!. Progresista y asimétrica, pero igualdad al fin y al cabo.

Durante los debates, Pedro Sánchez, prometió en varias ocasiones que  defenderá «los ideales democráticos… con toda la fuerza del Estado». Difícil planteamiento este, cuando no imposible de llevar a cabo, para un presidente que vive a la deriva de los «cambios de opinión» personales y los deseos de quienes le han colocado “provisionalmente” en el sillón presidencial.

El presidente del gobierno, una vez más, volvió a vendernos la fanfarria de tener el mejor «poder adquisitivo» del mundo mundial para a continuación admitir que el empleo no es el idóneo, que los sueldos son inadecuados o que  los precios son altos, cuando no desorbitados, como justificación para sangrar a las supuestas «grandes fortunas» antes que vuelen fuera de España junto con sus empresas.

Sánchez, incluso se atrevió a hablar de patriotismo. No recuerdo que lo haya hecho anteriormente. Sin ruborizarse definió  el patriotismo como «saber que navegamos todos en el mismo barco». ¿En cuál? ¿En ese que desean destruir sus socios del PNV, Bildu, ERC o JxC? Nada que ver con la definición de «Amor a la Patria» y de «conducta propia del patriota, [entendido éste como la] persona que tiene amor a su patria y procura todo su bien» establecidas por la RAE y diversos diccionarios internacionales.

Claro está que, para Pedro Sánchez, todo en la vida es susceptible de «interpretación». Así, el artículo 2º de la Constitución que establece «la unión indivisible de la nación española» será «interpretado» por el nuevo ejecutivo siguiendo las directrices de los separatistas.

Mucho es de temer que, en realidad, el presidente del gobierno se refería al «patriotismo» que será  necesario para construir esa «Nación de Naciones» diseñada dentro de la Plurinacionalidad por los independentistas.

La convivencia, la reconciliación y la concordia, junto a la machacona cantinela de que «la amnistía es constitucional» fueron las consignas más repetidas a lo largo de las intervenciones de Pedro Sánchez, sus silentes súbditos y los nuevos amigos de «necesidad». Naturalmente, estos últimos dejaron claro a toda la Cámara Baja que No son socios de Sánchez, sino que se «aprovechan de esa necesidad» del presidente para continuar en la Moncloa.  

Alardear de convivencia, reconciliación y concordia siempre resulta inútil cuando sólo un contendiente enarbola dicha bandera. Realidad que ve aumentada su ineficacia cuando alguien levanta un «muro» divisor, aunque sea progresista, con la finalidad de encapsular a la población en dos cárceles diferenciadas por buenos y malos al 50%.

Dicha actuación escenifica en realidad la impotencia de su creador para defenderse cara a cara de los auténticos enemigos. Los muros, son utilizados como último refugio, como última defensa, de unos ideales y unas actuaciones indefendibles por métodos legales. Y, sobre todo, se suele olvidar que el levantamiento de dichos muros, como el levantado en Berlín por los comunistas en agosto de 1961, simboliza una «Represión» que, de inmediato, estimula la aparición de un irrefrenable deseo en la sociedad libre por derribarlo a toda costa.

Como no podía ser de otro modo, el renovado presidente vuelve a prometer otros «cuatro años más de estabilidad, convivencia y progreso». A tenor de lo manifestado por los grupos separatistas, la consecución de lo prometido por Sánchez pasa por engañar al independentismo y al resto de ciudadanos, o cumplir con sus exigencias. Cualquiera de las dos opciones, son negativas para la población que paga los desmanes firmados por el PSOE.

De todo lo expuesto por Pedro Sánchez durante los debates de  investidura sólo coincido, y defiendo, dos afirmaciones suyas. Dos auténticas, aunque menospreciadas, verdades: «Todos somos Españoles» y «Una España Unida es una España Mejor». Lástima que Sánchez, ni siquiera crea en las aseveraciones que lanza al viento dentro y fuera del centro de representación de la voluntad de los ciudadanos.

Rafa Montilla.

Publicado previamente en El Día Digital con fecha 17/11/2023.

Corregido y Ampliado el 20/11/2023, 21,00 h.

El Universo Como Excusa

La pedantería humana siempre ha pretendido explicar desde la ignorancia la conformación y el origen del universo. La Tierra, y por añadidura, el hombre, se convirtió en el centro del espacio  estrellado. Los filósofos, siempre curiosos ellos, diseñaron mil y una definición que alimentara la necesidad de dar sentido a la propia existencia del homo sapiens.

Tras la aparición de la astrología y el misticismo, la ciencia, como la entendemos hoy día, intentó hacerse con las riendas del estudio de ese universo encapsulando los ideales filosóficos, astrológicos y místicos, sin lograr la eliminación total de su influencia.

Transcurrido el tiempo, fueron los políticos y no los científicos quienes lograron maniatar y controlar subrepticiamente las investigaciones científicas que pudieran aclarar ese oculto origen y funcionamiento que tanto logra sorprender con cada descubrimiento estelar.    

Como es bien sabido, EEUU y la URSS (hoy Rusia) fueron los primeros países que comprendieron la importancia de viajar al espacio. La alocada carrera espacial por lograr la medalla en el pódium de la historia es bien conocida. Años después, China, les siguió con un inusitado ímpetu, sobre todo en aquellos aspectos que americanos y rusos habían mostrado poco o nulo interés. A este exclusivo club de países con capacidad para lanzar seres humanos al espacio se unirá la India en poco tiempo.

Perdida de facto las identidades nacionales, ningún país europeo sueña siquiera en poder colocarse en la lista de espera para esta aventura espacial. La Unión Europea, jugando a ser un «país unido y competitivo» no logra pasar de la publicidad que pueda dar la participación individual de algún que otro científico o astronauta en esta nueva carrera por colonizar el espacio.  

Dentro del marco publicitario diseñado por el gobierno de Pedro Sánchez durante su presidencia europea, los días 6 y 7 de noviembre se celebró en el Pabellón de la Navegación de Sevilla, una reunión ministerial de la UE que, con carácter «informal», aborda la «Competitividad en materia de Espacio» que tiene la UE respecto a los países mencionados anteriormente.

En medio del caos que representa para la vida de los europeos la implantación obligatoria de la Agenda 2030, las guerras de Ucrania, Palestina y la actual revolución socio-política en España, la ancestral necesitad de conocimiento del universo es utilizada como excusa para cuestiones que poco, o nada, tienen que ver con la ciencia y el conocimiento profundo del origen y funcionamiento del universo.

Así, desde la Unión Europea vuelven a levantarse voces contra su «dependencia tecnológica» argumentando la necesidad que tiene el sector espacial y su falta de «aprovechamiento de las oportunidades que ofrece este sector para la transición ecológica».

Los debates de los representantes ministeriales de Europa, con la excusa de favorecer «la cooperación espacial entre los países de la UE» han colado los mismos ideales de la agenda 2030 que tanto nos cuesta en impuestos. La supuesta «mejora de la vida de los ciudadanos» potenciando la «transición digital y ecológica» ha centrado los debates de los ministros europeos. Como es habitual, la propuesta no va más allá del eslogan publicitario.

Aristóteles, llegó casi a obsesionarse con la idea de que el Universo no está vacío sino que era un espacio finito conformado por esferas. Del mismo modo, la Unión Europea, lleva años ofuscada en aglutinar, al menos de cara a la opinión pública, conceptos altamente imposibles de fusionar. La carrera espacial y la resiliencia, o el bienestar de la población con dicha carrera tienen muy difícil encaje. Pero queda muy bien en los titulares de prensa. 

Como ocurre con las guerras tecnológicas, por mucha violencia que se ejerza desde la distancia, al final, deben ser las personas quienes pisen el terreno físicamente, al margen de tópicos políticos o utópicos ideales supremacistas de un ecologismo de tertulia. En este escenario de realidad científica y política, la Unión Europea, con sus restricciones económicas y empresariales siempre será menos competitiva. Siempre se verá forzada a depender de terceros países.

Aceptar que la conclusión final de los debates pasa por centrarse en el funcionamiento del sistema Galileo de posicionamiento y navegación por satélite; en el sistema Copernicus, usado para realizar «una observación de la Tierra» para luchar contra los problemas derivados de la emergencia climática y el calentamiento global; o continuar con el proyecto, ya iniciado, de implantación de los satélites IRIS 2, considerados «una infraestructura para la resiliencia, la interconectividad y la seguridad por satélite», sin plena inoperatividad hasta 2027, demuestra la escasa visión de futuro de los ministros europeos.

Por el contrario, continuamos sin conocer los aspectos fundamentales que los acuerdos silencian. ¿Cómo se relanzará la carrera espacial europea con las prohibiciones de los combustibles fósiles implantada en la UE? ¿Cuál será el incremento impositivo necesario para llevarlo a cabo? Y, principalmente, ¿cómo es posible mejorar la competencia restringiendo la investigación con las trabas empresariales, funcionales y legislativas establecidas sólo para los países europeos?

La realidad de la soberbia y la hipocresía política implantada en la Unión Europea logrará que las promesas se las lleve el viento cuando sea necesario. Se «cambiará de opinión» cuantas veces sea necesario pero no cabe duda que, la conclusión, pasa por la inviabilidad para alcanzar unos avances científicos, que estos sean competitivos, en una sociedad de permanentes revoluciones sociales, políticas y económicas.

Moción de Censura 21-22 marzo de 2023 -1ª Sesión-

Tres Días de Obsesiones y Precampaña Electoral

Nos encontramos en la semana de la manoseada moción de censura bis, de Vox contra Pedro Sánchez. Si bien, en principio, esta herramienta política podría tener toda la razón de ser a tenor del comportamiento del ejecutivo más totalitario que ha sufrido España desde el suicidio del anterior régimen, la moción llega demasiado tarde y perdida entre discursos de alabanza política con vista al 28 de mayo.

Imaginar una retirada prematura y forzada de Pedro Sánchez, ahora que deja enfriar su sillón parlamentario para calentar el europeo salvador, forma parte de la infantil ilusión de unos políticos cuasi noveles como los verdes. Los argumentos esgrimidos en la Cámara Baja en este primer día de debates han navegado entre la exposición de una realidad social, política y económica contemplada desde la minoría y la narración de unos sueños ilusorios sobre un país de las maravillas que, cada vez más población duda de su existencia.

Santiago Abascal, como líder del partido político que presentó la moción de censura, Vox, ha tenido una primera parte de su discurso anodino y confuso. Tras la penosa introducción, surgía el Mr. Abascal peleador en una segunda parte del discurso muy bien preparada, estructurada y matizando cada una de las razones ya conocidas por los lectores desde hace semanas por las que han dado el paso de la moción de censura.

Por el contrario, Pedro Sánchez ha debido sufrir el desliz de alguno de sus asesores o asistentes que le han preparado unas réplicas a Abascal diametralmente opuestas a las utilizadas en su alocución el líder de los verdes. Como consecuencia, las extensas parrafadas de Sánchez no han pasado de ser una repetición de los discursos de pre-pre-campaña electoral que le hemos escuchado en los últimos días o semanas en sus mítines socialistas.

A tal punto ha llegado la pérdida de papeles de Sánchez que, tanto Santiago Abascal como Ramón Tamames no han tenido problemas en acusarle, con toda la razón, de no contestar a los planteamientos enarbolados para justificar la moción de censura.

Ignorando los planteamientos de Vox y del candidato Ramón Tamames, Pedro Sánchez, se ha centrado en recordar, una y otra vez, los logros de su gobierno aderezados por una infinidad de promesas, regadas todas ellas con miles de millones de euros, que difícilmente serán ejecutables en los escasos meses que queda de legislatura. Y todo ello, aderezado con una sarta de mentiras del repertorio socialista que son sobradamente conocidas por los ciudadanos por lo que fueron fácilmente desmontadas por los avalistas de la moción, Abascal y Tamames.

La votación de Sánchez a favor de la «congelación de las pensiones» con Zapatero, la supuesta falta de «propuestas sanitarias de Vox durante la pandemia», «el coste económico» de esta moción de censura en horario laboral de los diputados, los datos de violencia callejera o «la agitación de las tribunas» orquestada supuestamente por Vox, han sido las más evidentes y negativas para la credibilidad de los argumentos defensivos de un Pedro Sánchez nervioso y en ocasiones descompuesto y sin respuestas coherentes.

Pero, quizás la peor metedura de pata del presidente Sánchez se ha producido con se ha referido a «la cercanía de Abascal a la corrupción del PP», a lo que el líder de los verdes le preguntaba «Pero, ¿en qué partido ha estado usted?» en referencia velada a los casos de corrupción socialista desde la época de Felipe González hasta Tito Berni, pasando por los presidentes condenados en Andalucía.

Por su parte, el discurso de Ramón Tamames ha sorprendido a más de uno. Sobre todo al propio Pedro Sánchez y a la Vicepresidenta 2ª y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, quienes se han visto obligados a reconocer que sus intervenciones «estaban preparadas» en base al borrador utilizado en febrero por Tamames y filtrado hace pocos días por la prensa amiga del ejecutivo sanchista, pero que no se correspondía con el leído en la Cámara Baja esta mañana.

Tamames, tras una breve alusión a su participación en “La Rebelión Estudiantil” de 1956 y el consecuente paso por la cárcel de Carabanchel en su búsqueda de la «Reconciliación Nacional» y «la libertad y la democracia»  que después significó la Constitución Española de 1978, pasó a relatar de forma pormenorizada los principales puntos que justifican la moción de censura.

Con vehemencia ha criticado el «sofisma» de que la Constitución no hay cumplirla porque la mayoría de los españoles actuales no la votaron; la ruptura con la Separación de Poderes; los ataques al idioma español hablado «por 600 millones de personas en el mundo», y que no es posible utilizarlo en gran parte del territorio nacional.

También ha atacado con vehemencia las leyes de Memoria Histórica definida como «muy perjudicial». Y la de Memoria Democrática, «aún más perjudicial», por «faltar a la verdad», por lo que ha pedido que «se deje la historia a los historiadores». En el ámbito económico-laboral, Tamames, ha criticado al presidente Sánchez por haber logrado que el gobierno se haya convertido en el principal «empresario y sindicato máximo, todo a la vez».

Sobre los cambios en la legislación fiscal y penal, el profesor Tamames, ha afirmado que «sólo por esto, se debería haber presentado entonces una moción de censura». En cuanto a la corrupción, con Tito Berni como último protagonista, ha criticado que, por primera vez, la corrupción se lleve a cabo desde los «despachos parlamentarios».

El esperpéntico teatrillo llevado a cabo por la censura bis de Abascal y los verdes, sobre todo durante su confección, las rondas publicitarias del salvador Tamames, los rechazos de políticos de renombre como  tentados en su orgullo patrio, y los dimes y diretes orquestados entre sus protagonistas en las últimas semanas, hacían prever lo que hemos visto en la primera sesión parlamentaria.

En cualquier caso, la moción, llega tarde y mal. El final de la obra está escrito y rubricado por adelantado. Mucho antes del inicio de las sesiones parlamentarias. Razón por las que el presidente Sánchez, incluso nos ha adelantado su resultado. A favor, los de parlamentarios de Vox y «dos tránsfugas de por allí arriba».

El Partido Popular absteniéndose en un banal intento de que se ignore su presencia. Y, por supuesto, en contra estará el gobierno en pleno, con sus socios y aliados, quienes votarán al unísono contra la medida en aras de culminar unos pactos grabados y firmados con el fuego de la traición, de los que depende la supervivencia política de la mayoría de la Cámara.

(Previamente Publicado en El Día Digital -21/03/2023-)

Entre Menstruaciones, Abortos, Prostituciones, y Otros Festivales Sexuales Anda el Juego

Entre Menstruaciones, Abortos, Prostituciones, y Otros Festivales Sexuales Anda el Juego

El filósofo griego Aristóteles, dentro de su defensa de la ética considera que, las principales virtudes, son actos racionales que dan sentido a la vida. Entre los antónimos de la virtud se encuentran la maldad, el vicio y la debilidad como signos evidentes de cobardía. Conocer la razón por la que el ser humano se decanta por una u otra vertiente de comportamiento es tan complejo que los filósofos llevan miles de años disertando sobre su voluble realidad.

La ministra de la supuesta Igualdad, Irene Montero, presenta la menstruación natural de las mujeres como un oculto misterio esclavizador del Siglo de las Luces, o incluso anterior. Resulta evidente que no se ha molestado en comprobar la ingente cantidad de redes sociales y páginas webs existentes sobre el tema. En todas ellas, sin temores, remordimientos, o coacciones, las mujeres expresan sus opiniones con total normalidad, sin que echen de menos los miedos y falsedades publicitadas por la temerosa ministra.

Para colmo del ridículo, Irene Montero, ha inventado una relación directa entre la menstruación y el aborto libre para las jóvenes menores de edad que ni tan siquiera pueden ir de excursión con el centro educativo sin el conocimiento y la autorización de los padres o tutores. Ideario queer que ha pretendido ocultar bajo el paraguas de una búsqueda heroica contra una prostitución ilegalizada que difícilmente verá la luz del BOE.

A lo largo de los años, la prostitución se ha negado, intentado ocultar, o se ha prohibido, pero siempre se ha utilizado. Decía la investigadora y sexóloga Valérie Tasso que, con la prostitución, «el cuerpo no se vende, se emplea». Por el contrario, esta semana hemos asistido a otra típica demagogia política del PSOE y de Podemos.

Mediante los divergentes anuncios relacionados con las costumbres sexuales del gobierno de la transparencia se pretende desviar el debate sobre la cuestión más importante reseñado en las próximas leyes de Igualdad. La “defensa de la vida versus aborto”, es una cuestión negada, ocultada, e ignorada sistemáticamente por el gobierno de Pedro Sánchez, a quien le produce urticaria la simple mención de la controversia.

En Twitter, Rafael Simancas, diputado y secretario de Estado por el PSOE, añorando los titulares que se le dedicaban antaño, ha tenido a bien defender la intención del gobierno de «acabar con la prostitución». Simancas, haría bien en informarse un poquito, y no caer en los mismos errores cometidos por otros dirigentes socialistas, como Felipe Sicilia.

La amenaza vertida, por el portavoz de la Ejecutiva del PSOE, contra los usuarios de los locales de la vida alegre, sobre que en el partido «No pararemos hasta verlos en el BOE, como muchos otros», provocó más risas y críticas que convencimientos entre la población.

En ambos casos, las declaraciones fueron muy poco acertadas. La reacción de los ciudadanos que disfrutan de la “memoria histórica” real no tardó en saltar a las redes sociales preguntándose si dichas afirmaciones se referían a los “camaradas del pueblo” que malversaron más de 600 millones de euros, destinados a los parados andaluces, en festejos sexuales del tipo que ahora prometen prohibir, contraviniendo de paso la legislación europea. ¡Ahí es nada!

Los dirigentes del PSOE, y de Podemos, con frecuencia suelen hablar de la profesión más antigua del mundo asimilándola a la «Trata de Blancas». Para cualquiera que no esté en el ejecutivo de Sánchez, es capaz de distinguir las diferencias entre ambas cuestiones. El Gobierno no. Que lo hagan a sabiendas o por ignorancia cultural es difícil de discernir. En ambos casos suelen quedar penosamente retratados.

En referencia a la prostitución podría entenderse y admitirse la crítica moral y ética aristotélica. Incluso se entendería que se elevara una enérgica condena por una parte importante de la población que no comulga en esa procesión ideológica, ni con el aborto. Pero no por ello dejará de ser plenamente legal en la mayoría de los países del mundo, cuando se lleva a cabo sin imposición o coacción.

Por el contrario, la «Trata de Blancas», siempre lleva aparejado el secuestro, la coerción, y la imposición, violenta en la mayoría de las ocasiones.  Razones por las que está ilegalizada en la totalidad los países considerados democráticos.

Resulta sorprendente el pensamiento trifásico del gobierno de Pedro Sánchez. Los mismos partidos y gobierno de coalición que calla y permite casos como los de Baleares y Valencia, pretende convencer a la población de que llevará a cabo la ilegalización de la prostitución, en la misma semana que hace su presentación oficial la imposición ideológica de la ministra Irene Montero sobre el aborto libre entre las jóvenes menores de edad, sin necesidad de contar con el conocimiento y la autorización paterna.

Y en toda esta feria sexual, ¿dónde queda la opinión y responsabilidad de los progenitores y del padre de la criatura?

Para desgracia de la España que intenta sobrevivir a la incertidumbre del día a día, el expresidente de los Estados Unidos, Ronald Reagan, dejó muy clara la razón por la que se producen comportamientos políticos como los anunciados por el gobierno de Pedro Sánchez. Decía Reagan que «La política es la segunda profesión más antigua de la historia. Y, a veces creo que se parece mucho a la primera».

(Publicado en El día Digital con fecha 22/05/2022)

Sánchez, el Desviador de Responsabilidades

Pedro Sánchez tras la nefasta gestión de la primera fase de la pandemia encontró la solución idónea, no sólo para ignorar los problemas que conlleva enfrentarse al COVID, sino los ponderables negativos de la propia responsabilidad en la gestión presidencial. Para lograrlo, nada mejor que repartir dicho compromiso entre comunidades, partidos políticos, agentes sociales, asociaciones, empresas y, por último, con Vladimir Putin y su invasión de Ucrania como único responsable de la crisis económica. ¿Y Por qué no?

A pesar de cómo se comporta nuestro presidente del gobierno, la responsabilidad no es ningún aspecto baladí para la existencia y las relaciones humanas. De hecho, nos permite ser autónomos, crecer, madurar y establecer vínculos. Gracias a la asunción de responsabilidades creamos compromisos, asumimos las consecuencias de nuestros actos y aprendemos de nuestros errores.

Pero no todos los gobernantes están dispuestos a asumir el compromiso social que les corresponde por su cargo. Durante su comparecencia en la Cámara Baja de la pasada semana, Pedro Sánchez, lanzó todos los balones fuera del campo de la responsabilidad presidencial que los diputados le permitieron. Su objetivo principalmente fue alejar al jinete del apocalipsis económico y energético de la presidencia del gobierno español. Y, al menos para la mayor parte de la prensa, lo consiguió.

Con el mayor de los descaros, el líder socialista, pretendió iluminarnos con una «conspiranoica» teoría energética orquestada por Vladimir Putin, nada menos. De forma reiterada insistió en que la evolución del precio del gas, de la electricidad y de la energía en general durante el último año al menos, se debe a que «Putin lleva más de unos meses preparando la guerra».

Tomando a la población por unos imbéciles manipulables, negó toda responsabilidad personal sobre la actual crisis económica y energética. De hecho, repitió el estilo y la fórmula que tanto éxito le ha dado con otros aspectos conflictivos de la vida nacional, desde la responsabilidad en la gestión de la pandemia, a la ruptura institucional, pasando por el incremento de precios y su negación a bajar impuestos para no mermar el necesario pago de las deudas políticas que le mantienen en el sillón presidencial.

Pedro Sánchez, se ha convertido en un experto “Desviador” de Responsabilidades. Lo hizo con  el apoyo al secesionismo y el independentismo en aras de la supuesta armonía entre las «nacionalidades históricas» que nunca existieron. Lo viene utilizando para justificar la limpieza de la historia de ETA en aras de «la concordia y el perdón», aunque los terroristas nunca hayan manifestado arrepentimiento ni perdón hacia sus víctimas.

En definitiva que ¡La culpa siempre será de otros! Nunca de Pedro Sánchez, y por extensión tampoco de los ministros bajo su dirección.

El pasado fin de semana hizo lo propio en Canarias durante la Conferencia de Presidentes. Otro gasto innecesario, sin resultados concretos, que podía haberse llevado a cabo por videoconferencia. Sánchez, denigró a los ministros asistentes fletando un vuelo chárter para no compartir Falcon con ellos. Pero sí que logró su objetivo principal. Implicar a todas las comunidades en la inexistente bajada de impuestos necesaria para afrontar la desorbitada subida de precios. ¡Ya lo veremos entre todos! No hay prisa

En esta línea de alejamiento de la responsabilidad, algunos miembros del gobierno han manifestado recientemente que la dependencia energética de España se debe a que carecemos de los necesarios recursos. Los ministrables que así se han expresado ocultan, sin embargo, que la negativa a construir centrales nucleares, a desarrollar planes estratégicos de desarrollo hidrológico a nivel nacional, o negarse a realizar prospecciones petrolíferas en las aguas de Canarias, o de gas en la península, son responsabilidad exclusiva del PSOE, de Podemos y del resto de aliados gubernamentales, con el cobarde apoyo del Partido Popular desde los gobiernos de Mariano Rajoy.

Los diferentes gobiernos “churriprogres” del cambio y los “cobardianos” del Partido Popular, han vendido a la población que ser los primeros ecologistas del mundo es “obligatorio y necesario” para alcanzar la felicidad social. Falacia que no ha impedido que, el mismo gobierno que impone esta nefasta ideología para el desarrollo de España, pague a los “amigos” de Francia, Argelia o Rusia, entre otros, la energía producida mediante tecnologías rechazadas en España, pagando el triple de su precio real, con la correspondiente subida de impuestos.

Por mucho que Pedro Sánchez intente ocultarlo, gran parte de la responsabilidad por el incremento del IPC, hasta el 6,5% de 2021. El 7,4% del IPC anterior a la invasión de Putin, y del 7,6% en febrero pasado es responsabilidad del ejecutivo social-comunista. Achacar lo anterior a la invasión de Ucrania significa tomar por idiotas a los ciudadanos de todo el país.

Lo peor de esta lapidación sistemática de los impuestos que pagamos con el dolor de nuestros bolsillos es que, dicho dispendio económico, resulta imposible de fiscalizar y de conocerse dónde, cómo y quién se llevará los “milloncejos” del ala, en su mayor parte. Despilfarro irresponsable únicamente válido para acrecentar la división ciudadana y la pobreza social, o mantener a Sánchez en la Moncloa.

En España tenemos los carburantes con un 60% de impuestos. El gas y la luz alcanzan casi el 45%. Cerca del 55% de las nóminas que paga cada empresa al trabajador son impuestos y retenciones fiscales. El aumento de la cuota del IBI, la matriculación de vehículos, transmisiones, herencias. Y no olvidemos la subida de las licencias de autónomos y de empresas, etc. etc.

En medio de este escenario caótico, Pedro Sánchez, ha venido ignorando todas las señales y los avisos de los economistas y organismos económicos nacionales e internacionales. Y su única solución pasa por descargar su responsabilidad en los presidentes de las comunidades y sobre todo en la guerra orquestada por Putin en Ucrania.

¡Menudo Desviador de Responsabilidades tenemos como Presidente!

SÁNCHEZ. PAN PARA HOY, HAMBRE PARA MAÑANA

Con frecuencia, el refrán que titula el artículo se ha utilizado para criticar las medidas económicas de los gobiernos. De este modo, fue utilizado contra Felipe González, durante la última etapa de sus gobiernos. Los sindicatos intentaron utilizarlo contra José María Aznar sin éxito. La bonanza económica que representó su gobierno no justificaba al refranero. Recuperado con rotundidad durante la crisis económica de 2008 y los desastrosos gobiernos de José Luis Rodríguez Zapatero y de Mariano Rajoy, por decreto, pasó al “baúl de los recuerdos” de Karina.

A pesar del esfuerzo llevado a cabo por el actual ejecutivo resulta chocante que, en estos momentos con crisis económica y subidas de precios nunca antes vistos, el refrán permanezca olvidado y en el más absoluto de los silencios, con la connivencia de los sindicatos, para beneficio exclusivo del gobierno más comunista desde 1936.

El doctor en economía y presidente del gobierno Pedro Sánchez, hace pocos días no dudó en  afirmar que España se encuentra en «niveles económicos anteriores a la pandemia». Como suele ser habitual estas declaraciones, manifiestan una verdad a medias. De hecho, tan sólo se ponen sobre la mesa los datos y la información sesgada que interesa para el bien político, que logre mantener a la población en la ignorancia.

Es cierto que la economía “de algunos”, los políticos y sus amigos, ha mejorado, y mucho. Pero no ha ocurrido así con la población en general. A primeros del año 2020, con los Presupuestos Generales del Estado (PGE) prorrogados, Sánchez, se aprovechó de la subida del 2% para los funcionarios de carrera pactada con el presidente Rajoy, para aplicarla también al gobierno y a los altos cargos de la administración. Poco le importó que dicha subida hubiera sido rechazada por el Senado y el Congreso en octubre de 2019.

No contento con ello, en octubre pasado, 2020, aprobó otra subida del 0,9% para estos mismos cargos. Y, como no hay dos sin tres, para este año 2021, la intención no ocultada por el ejecutivo es aplicar una subida para la presidencia del gobierno y Altos Cargos del ejecutivo del 33%. Es cierto que ésta medida aún no ha sido aplicada, pero tampoco se ha retirado de la propuesta de los PGE.

Por el contrario el salario medio de las empresas en 2020 subió un 1,89% y para 2021, no mejorará mucho esta cifra, rondando el 1,9%. Datos que serán tachados de demagógicos por los defensores de Sánchez a ultranza. Pero las cifras cantan por sí solas. Subida del 1,89% para sueldos de 1.000€ frente al 33% para “pequeños” sueldos que rondan entre los 85.000€ del presidente Sánchez a los 150.000€ de algunos altos cargos socialistas y comunistas.

Sin abandonar la economía, el tan cacareado incremento del Salario Mínimo Interprofesional (SMI) en 15€ con carácter retroactivo desde el 1 de septiembre pasado, suena más a tapadera publicista que a realidad económica para la población. Lo que calla Sánchez con su baño de honores personales es que ésta subida, hasta los 965€ brutos del SMI, tal y como ocurrió con la anterior, conllevará un aumento de los despidos de personal y cierre de PYMES y de Autónomos, que se encuentran, muchos de ellos, en suspensión de actividad.

Pero lo más bochornoso de toda esta demagogia, esta sí que lo es, viene significada por el aumento de recaudación, con subida impositiva, a beneficio del gobierno. Tanto el IRPF como los impuestos en las nóminas subirán, precisamente a las clases media y baja que tienen sus nóminas cerradas y sin posibilidad de acuerdos empresariales que puedan rebajar ese cercano  60% de descuento que cada trabajador ingresa a las arcas del gobierno sumando la cantidad que debe pagar cada la empresa por cada contrato realizado.

Por último, en las declaraciones citadas el presidente Pedro Sánchez se echó de menos una mínima explicación de porqué su anterior medida estrella a nivel económico, el Ingreso Mínimo Vital (IMV), que debería haber beneficiado a más de 2,3 millones de personas, unas 850.000 familias, después de 15 meses desde su implantación, tan sólo ha llegado a 350.000 familias, sólo el 37% del total de las familias beneficiarias.

En definitiva, que todas estas medidas y auto-felicitaciones económicas de Pedro Sánchez, como bien dice el refranero, tan sólo significa un poco más de “pan para hoy” pero un incremento sustancial del robo impositivo al que nos viene sometiendo el gobierno de Pedro Sánchez desde que llegó a la Moncloa. Y sino que se lo expliquen a quienes deben utilizar los comedores sociales por primera vez, a los jubilados engañados con promesas vanas, a los trabajadores en ERTE, a los parados de larga duración ocultos en cursos formación inútil, o a esos miles de autónomos a los que me refería anteriormente.

La PACIENCIA NO ES SUMISIÓN NI COBARDÍA

Decía recientemente el ministro de Sanidad, Salvador Illa, como antesala de su amenaza a la Comunidad de Madrid, que “La paciencia tiene un límite”, y por eso, confinan las localidades y autonomía enemiga del soñado socialismo de fin de semana y botellón. El ministro, tenía razón en cuanto a los límites de la paciencia. La misma no es eterna, pero más le hubiera valido comprobar antes la dirección del viento de tormenta que puede arrasar a quienes se sienten seguros en la poltrona del escaño.

La población española, cada día, pierde más la paciencia por el empeño del gobierno en fabricar realidades a su antojo. Ya no existe sospecha de que el ejecutivo sólo tiene “ojitos cariñosos” para quienes bailan al son de la flauta encantada rojo-morada. El abandono y los ataques contra las poblaciones gobernadas por los partidos de la derecha es un hecho imposible de camuflar con sonrisas, banderas tricolores y ataques a la corona.

Para desgracia del futuro de aquel PSOE moderado que surgió en el frío otoñal del ’78, las excepciones confirman la regla. José Luis Rodríguez Zapatero fue tachado por muchos socialistas como un líder “ocurrente”. Sin maldad, jugaba a filósofo internacional de ideología universalista. Sin pena ni gloria buscó la amistad del mundo musulmán. Le dejaron hacer y los compañeros que así opinaban erraron por completo.

A Pedro Sánchez, durante la guerra de sucesión interna, se le lanzaron verdades tergiversadas tras su victoria. Se le tachó de “gran estratega conciliador”, por lanzarse a los brazos de la ultraizquierda y los independentistas. De nuevo, le han dejado hacer y los socialistas de antaño son relegados a las catacumbas del partido. Y todo ello, para que Pedro Sánchez alcance el añorado título de “Caudillo Rojo”.

Mientras tanto, los ciudadanos y cada vez más políticos, han perdido la paciencia por el fusilamiento de la cacareada “Co-Gobernación”. Pisoteada por sus imaginativos padres, Pedro Sánchez y Pablo Iglesias, han logrado que las CCAA, sin un gobierno central que las dirija, se vean obligadas a cabalgar desamparadas hacia una hecatombe económica y sanitaria, como nunca antes hemos conocido los españoles.

Por la vía de los hechos consumados, se hace efectiva la “República Universalista” aún sin definir. Se implanta el ideal republicano e independentista bajo el epígrafe de una  “Democracia Comunitaria” que tampoco se molestan en explicar. Y todo ello, con el trasfondo de un cambio de régimen que nunca verá las urnas.

La eliminación de la independencia del Consejo General del Poder Judicial, supone que PSOE y Podemos, tendrán control absoluto sobre la justicia española. Ampliará el que ya tienen sobre la Fiscalía General del Estado gracias a la exministra Delgado. De salir bien la jugada, las causas judiciales socialistas de Andalucía; la financiación internacional de Podemos; el posible enjuiciamiento de Pablo Iglesias por los tres delitos del caso Dina, o las sentencias en marcha y las pendientes por el Golpe de Estado catalán, se verán obligadas a bailar al son de la flauta mágica de Sánchez e Iglesias.

El reciente toque de atención de Bruselas al presidente Sánchez, es la mejor muestra de la deriva totalitaria que ha puesto en marcha el actual gobierno. Ya no son “los fachas” quienes avisamos del camino totalitario emprendido por el PSOE y Podemos. A la U.E. se le ha erizado el vello de la nuca, por el evidente derrote totalitario que lleva el gobierno.

Las asociaciones profesionales de jueces, calladas desde hace años, ahora se escandalizan. Sólo la Asociación Progresista de Jueces y Juezas para la Democracia, afín al gobierno, aplaude la reforma del Consejo General del Poder Judicial. Estos jueces autodenominados “progresistas” deberían explicar a la opinión pública porqué desean ver a la justicia española regresar a los albores de la Edad Media.

Los ministros del gobierno de Sánchez huyendo en una alocada carrera. La población de Madrid, sufriendo controles de la policía y de la Guardia Civil, por órdenes políticas sin el aval del BOE. El desconcierto Judicial imperante. La desconfianza europea sobre el incierto futuro de España. La descomunal y evidente subida de impuestos que nos llega. La ocultación de los parados reales. El cierre encubierto de empresas…  Estas y otras muchas son imágenes de la puesta en marcha de unos ideales y de una forma de legislar desde el PSOE, que fueron ocultadas a la población durante la última campaña electoral.

Parafraseando a Roosevelt, “en política, nada ocurre por casualidad”. Las actuaciones falaces de un gobierno que se ve obligado a trabajar a diario, cuando sólo pensaban en las alfombras y la pasarela, está acabando con la paciencia, incluso de quienes les alzaron al pódium con sus votos marcados a fuego.

Como consecuencia, esta semana, además del mencionado toque europeo, Pedro Sánchez y Pablo Iglesias, ante las críticas recibidas, deberán lograr que la renovación del Estado de Alarma, inventado para Madrid no se note.  El circo político estará amenizado por la moción de censura presentada por Vox. A tenor de los ocultos preparativos, no debe ser tan inútil cuando el propio presidente Sánchez se ha recluido en la Moncloa para preparar su defensa.

Desde hace meses, la población española viene demostrando tener una capacidad de sufrimiento y de tolerancia ante las desgracias y las adversidades, extraordinarias. Ha hecho alarde de la característica paciencia ibérica hacia las cosas molestas u ofensivas. Por el contrario, Pedro Sánchez y Pablo Iglesias, como les ocurriera a los generales romanos, musulmanes, y franceses, en Numancia, Asturias y Madrid, han confundido “Paciencia y Fortaleza” con sumisión y cobardía.

Y como ocurriera en el pasado, los actuales presidentes del gobierno corren el riesgo de convertirse en mitos terroríficos con los que asustar a los niños del futuro en las noches de invierno.