Misterios de los Reyes Magos y la Estrella de Belén

El Misterio Celeste de los Reyes Magos

Cada año, al acercarse la Epifanía del Señor, más conocida por “El Día de Reyes”, se repiten una serie de actuaciones sociales, comerciales y periodísticas, cuando menos curiosas. Los niños de más corta edad se ponen nerviosos esperando los regalos que traerán unos personajes más místicos que reales. Otras personas, aceleran los trabajos que culminaran en actuaciones comerciales o en actos socioreligiosos que reunirá a la comunidad de cada pueblo o ciudad.

Un número nada despreciable de medios de comunicación rescatan apresuradamente notas de otros años con las que preparar nuevas versiones de artículos ya publicados sobre los Reyes Magos. Los detractores de la Navidad y los buscadores del misterio, por su parte, volverán a participar en mil y una tertulia de la televisión y de la radio con el objetivo de convencer a la audiencia de la inutilidad de la Natividad del Señor, de su inexistencia histórica, de su realidad misteriosa o, incluso, del origen extraterrestre de los hechos narrados por San Marcos.

Los menos, intentaran en vano ignorar el simbolismo y las consecuencias personales y/o religiosas que este período conlleva. Nadie podrá sustraerse por completo a la influencia de esos tres bonachones reyes y magos, que reparten ilusión y esperanza, sin preguntar las opiniones, la situación social, o los ideales personales de quienes reciben los nuevos presentes, en las nuevas ediciones de la narración bíblica.

Los misterios que envuelven a la Epifanía, el viaje de los Magos de Oriente, y su posterior desaparición de las narraciones una vez cumplida su misión anunciadora, perviven entre los sinuosos pliegues del tiempo y el espacio recordando el nacimiento de un Jesús de Nazaret, de existencia tan misteriosa, o más, que la de los propios Reyes Magos. Lejos de desaparecer, la función, la creencia y su regreso cada año, lleno de ilusión, se hacen más arcanos y permanentes.

Pero, ¿Quiénes eran los Reyes Magos? El evangelista Mateo, o Leví hijo de Alfeo y el primero que escribió sobre la vida del “Maestro”, es el único apóstol que habla sobre ellos. Los presenta en unas breves líneas como «Magusàioi» llegados de Oriente hasta la corte del rey Herodes, en Jerusalén (Mt 2:1-2:12).

El acontecimiento, según los historiadores debió ocurrir hacia el siglo VI o VII aC. Los Magos, con una inocencia típica de los niños, comunicaron al monarca israelí su pretensión de rendir honores al recién nacido que, según la tradición judaica, se le concedería el título de “Rey de los Judíos”, por encima del propio Herodes. No hay constancia escrita de este hecho fuera de la narración de Mateo en las Sagradas Escrituras.

A partir de aquí los misterios sobre dichos personajes, desde sus orígenes a su destino final, pasando por la realidad de la Estrella, se ha multiplicado a lo largo de los siglos en un maremágnum de puntillosos y retorcidos datos históricos, de creencias religiosas, de leyendas, mitos y deseos infantiles.

Sobre el lugar de su origen los documentos más antiguos hallados discrepan entre sí. Unos los hacen proceder de Persia, otros los sitúan en la antigua Babilonia, en Arabia, Egipto e, incluso, Etiopía. De ser personajes históricos, lo más probable es fueran originarios del territorio conocido como la Media o Babilonia, en la zona que hoy integran a Irán e Iraq. Pero quien sabe a ciencia cierta…

En cualquier caso, la creencia más difundida desde hace siglos acepta que estos magos constituyeron una clase sacerdotal propia llegando a tener gran influencia en la población y la realeza babilónica. Los siglos de permanencia del pueblo judío en el territorio babilónico sería una buena razón para admitir el conocimiento de la existencia de estos «Magusàioi» y su inclusión en la narración bíblica.

La característica principal de las creencias de estos magos radicaba en la adivinación mediante la influencia de los astros, gracias al estudio de la Astrología y la observación astronómica. Por lo tanto, hubiera sido plausible que, gracias a la observación de una “Estrella” de especiales características, pudieran determinar el regreso del Mesías esperado por los judíos.

La Estrella, en sí misma representa de los principales misterios relacionados con los Reyes Magos más debatidos. ¿Una estrella que les guía, día a día, durante cientos de kilómetros y les señala el lugar exacto donde se encontraba el Mesías?

En el relato de San Mateo, la estrella juega un papel importante. En la narración, los magos afirman que «Hemos visto su estrella en Oriente y hemos venido a adorarle» (Mt. 2,2). Los magos la observaron por primera vez en Oriente. Los acompañó en su viaje hasta las puertas de Jerusalén. Volvió a aparecer a la salida de la ciudad santa tras el encuentro con Herodes. Y, no les abandonó hasta su llegada a Belén. Siempre delante de ellos en dirección norte-sur. Finalmente, se detiene sobre la casa donde estaba el Mesías.

¿De qué astro o luz celestial podría tratarse?

La narración de Mateo no aclara de qué fenómeno astronómico se trataba. La observación de una «Estrella» de semejantes características debería haber sido reconocida como la “Kaiwanu”, el planeta Saturno para los sabios de Babilonia. O bien,  como la Estrella Polar; el Régulo (La Estrella Rey); o posiblemente Sirio, para los griegos, romanos o egipcios. Pero ninguna de estas identificaciones aparece en la Biblia como tales.

El astrónomo Michael R. Molnar, teniendo en cuenta la inscripción de «una estrella y un cordero» en varias monedas de la época, creyó identificar la estrella como el fenómeno de ocultación de Júpiter tras la Luna ocurrido durante el siglo VI aC. Para otros autores, simplemente, se trataría de la observación de una «Nova», reconocida como “cometa”.

Para el autor de “Nowtilus”, Francisco José Gómez, la Estrella de Belén sería, junto a otros de similares características, un «símbolo» pagano adoptado para hacer coincidir la festividad de la Navidad con el solsticio de invierno. En el extremo opuesto, para Juan José Benítez, en su obra “El OVNI de Belén”, y tras él muchos de los autores que defienden la teoría de los extraterrestres ancestrales, reinterpreta los textos bíblicos y concluye que, la Estrella de Belén, habría sido una nave, o fenómeno, de los conocidos hoy día por OVNIs.

En definitiva, miles de teorías y ninguna demostración fehaciente de la realidad histórica o astronómica de la narración de San Marcos en la Biblia católica. A pesar de todo lo expuesto, el mayor misterio relacionado con los Reyes Magos, con esos misteriosos «Magusàioi», que aparecen levemente, únicamente, en los escritos del evangelista Marcos, es el hecho de que, su recuerdo y su adoración permanece a lo largo de los siglos a pesar de todos los intentos que, gobernantes y enemigos en general, han llevado a cabo en pos de una desaparición que se haya casi imposible de lograr mientras exista un solo niño que crea, con ilusión, en la llegada de los Reyes Magos, por Navidad.

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