Sánchez, el Desviador de Responsabilidades

Pedro Sánchez tras la nefasta gestión de la primera fase de la pandemia encontró la solución idónea, no sólo para ignorar los problemas que conlleva enfrentarse al COVID, sino los ponderables negativos de la propia responsabilidad en la gestión presidencial. Para lograrlo, nada mejor que repartir dicho compromiso entre comunidades, partidos políticos, agentes sociales, asociaciones, empresas y, por último, con Vladimir Putin y su invasión de Ucrania como único responsable de la crisis económica. ¿Y Por qué no?

A pesar de cómo se comporta nuestro presidente del gobierno, la responsabilidad no es ningún aspecto baladí para la existencia y las relaciones humanas. De hecho, nos permite ser autónomos, crecer, madurar y establecer vínculos. Gracias a la asunción de responsabilidades creamos compromisos, asumimos las consecuencias de nuestros actos y aprendemos de nuestros errores.

Pero no todos los gobernantes están dispuestos a asumir el compromiso social que les corresponde por su cargo. Durante su comparecencia en la Cámara Baja de la pasada semana, Pedro Sánchez, lanzó todos los balones fuera del campo de la responsabilidad presidencial que los diputados le permitieron. Su objetivo principalmente fue alejar al jinete del apocalipsis económico y energético de la presidencia del gobierno español. Y, al menos para la mayor parte de la prensa, lo consiguió.

Con el mayor de los descaros, el líder socialista, pretendió iluminarnos con una “conspiranoica” teoría energética orquestada por Vladimir Putin, nada menos. De forma reiterada insistió en que la evolución del precio del gas, de la electricidad y de la energía en general durante el último año al menos, se debe a que «Putin lleva más de unos meses preparando la guerra».

Tomando a la población por unos imbéciles manipulables, negó toda responsabilidad personal sobre la actual crisis económica y energética. De hecho, repitió el estilo y la fórmula que tanto éxito le ha dado con otros aspectos conflictivos de la vida nacional, desde la responsabilidad en la gestión de la pandemia, a la ruptura institucional, pasando por el incremento de precios y su negación a bajar impuestos para no mermar el necesario pago de las deudas políticas que le mantienen en el sillón presidencial.

Pedro Sánchez, se ha convertido en un experto “Desviador” de Responsabilidades. Lo hizo con  el apoyo al secesionismo y el independentismo en aras de la supuesta armonía entre las «nacionalidades históricas» que nunca existieron. Lo viene utilizando para justificar la limpieza de la historia de ETA en aras de «la concordia y el perdón», aunque los terroristas nunca hayan manifestado arrepentimiento ni perdón hacia sus víctimas.

En definitiva que ¡La culpa siempre será de otros! Nunca de Pedro Sánchez, y por extensión tampoco de los ministros bajo su dirección.

El pasado fin de semana hizo lo propio en Canarias durante la Conferencia de Presidentes. Otro gasto innecesario, sin resultados concretos, que podía haberse llevado a cabo por videoconferencia. Sánchez, denigró a los ministros asistentes fletando un vuelo chárter para no compartir Falcon con ellos. Pero sí que logró su objetivo principal. Implicar a todas las comunidades en la inexistente bajada de impuestos necesaria para afrontar la desorbitada subida de precios. ¡Ya lo veremos entre todos! No hay prisa

En esta línea de alejamiento de la responsabilidad, algunos miembros del gobierno han manifestado recientemente que la dependencia energética de España se debe a que carecemos de los necesarios recursos. Los ministrables que así se han expresado ocultan, sin embargo, que la negativa a construir centrales nucleares, a desarrollar planes estratégicos de desarrollo hidrológico a nivel nacional, o negarse a realizar prospecciones petrolíferas en las aguas de Canarias, o de gas en la península, son responsabilidad exclusiva del PSOE, de Podemos y del resto de aliados gubernamentales, con el cobarde apoyo del Partido Popular desde los gobiernos de Mariano Rajoy.

Los diferentes gobiernos “churriprogres” del cambio y los “cobardianos” del Partido Popular, han vendido a la población que ser los primeros ecologistas del mundo es “obligatorio y necesario” para alcanzar la felicidad social. Falacia que no ha impedido que, el mismo gobierno que impone esta nefasta ideología para el desarrollo de España, pague a los “amigos” de Francia, Argelia o Rusia, entre otros, la energía producida mediante tecnologías rechazadas en España, pagando el triple de su precio real, con la correspondiente subida de impuestos.

Por mucho que Pedro Sánchez intente ocultarlo, gran parte de la responsabilidad por el incremento del IPC, hasta el 6,5% de 2021. El 7,4% del IPC anterior a la invasión de Putin, y del 7,6% en febrero pasado es responsabilidad del ejecutivo social-comunista. Achacar lo anterior a la invasión de Ucrania significa tomar por idiotas a los ciudadanos de todo el país.

Lo peor de esta lapidación sistemática de los impuestos que pagamos con el dolor de nuestros bolsillos es que, dicho dispendio económico, resulta imposible de fiscalizar y de conocerse dónde, cómo y quién se llevará los “milloncejos” del ala, en su mayor parte. Despilfarro irresponsable únicamente válido para acrecentar la división ciudadana y la pobreza social, o mantener a Sánchez en la Moncloa.

En España tenemos los carburantes con un 60% de impuestos. El gas y la luz alcanzan casi el 45%. Cerca del 55% de las nóminas que paga cada empresa al trabajador son impuestos y retenciones fiscales. El aumento de la cuota del IBI, la matriculación de vehículos, transmisiones, herencias. Y no olvidemos la subida de las licencias de autónomos y de empresas, etc. etc.

En medio de este escenario caótico, Pedro Sánchez, ha venido ignorando todas las señales y los avisos de los economistas y organismos económicos nacionales e internacionales. Y su única solución pasa por descargar su responsabilidad en los presidentes de las comunidades y sobre todo en la guerra orquestada por Putin en Ucrania.

¡Menudo Desviador de Responsabilidades tenemos como Presidente!

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