Protagonistas en la Moción de Censura de Vox contra Pedro Sánchez -2ª Sesión

Tres Días de Obsesiones y Precampaña Electoral 2. La inexistente Reflexión

A pesar de las apariencias, el título de este artículo no contiene error alguno. Más bien, se trata de una crítica a la incongruencia de la política española. El “Tercer Día” expresado en el título representa la inexistente reflexión antes de votar una cuestión tan trascendente como el cambio de gobierno y de modelo político en nuestro país.

En las elecciones locales, autonómicas y nacionales se mantiene la vieja y caduca costumbre del “día de reflexión” antes de proceder a las votaciones. Entonces, ¿Por qué los senadores, congresistas y diputados están exentos de esta imposición reglamentaria? La respuesta surge de las sombras de la propia vida política. No existe tal reflexión, sólo obediencia ciega al partido.

Siguiendo un guion previamente establecido la Moción de Censura de Vox contra Pedro Sánchez fue defenestrado sin sorpresas. Cuca Gamarra ha intentado, sin éxito, justificar la abstención del Partido Popular y la ausencia de su líder Alberto Núñez Feijóo. Difícil cometido éste pues significa de facto un apoyo encubierto a Pedro Sánchez y la inseguridad en el resultado de las próximas elecciones. En situaciones tan dramáticas y peligrosas como las expresadas por la oposición sobre el  comportamiento del gobierno, recurrir a la abstención sólo es un signo de cobardía.

Y, ¿qué hace Alberto Núñez Feijóo? Retomando la costumbre de Mariano Rajoy, no muestra un mínimo interés por la moción de censura y lo que se va decir en la Cámara Baja. Escudándose en su condición de senador, ha preferido permanecer en las sombras de las redes a la espera de que sean otros, los posibles votantes de mayo y diciembre, quienes le encumbren hasta la Moncloa sin esfuerzo, manteniendo abierta la puerta de los pactos con un partido, Vox, al que no se cansa de enviar mensajes de odio y desprecio.

También se pudo ver a un exaltado Patxi López que, lejos de responder adecuadamente a Ramón Tamames, se escudó en la vieja cantinela del PSOE para evitar la confrontación dialéctica sobre la necesidad o no de una moción de censura. Exactamente igual hizo su jefe de filas, Sánchez, durante sus eternas intervenciones copiadas a Fidel Castro o Nicolás Maduro en la primera sesión.

Para López, con su nueva historia en el bolsillo, el PSOE, no tuvo ninguna culpa en la Guerra Civil de 1936, ni en los años previos de acoso al propio gobierno republicano. ¿Y los ciudadanos? Para el portavoz socialista, continuamos siendo esos niños desvalidos que, sin capacidad de raciocinio ni de libre decisión, deben ser cuidados y mimados por el PSOE, pues sólo los socialistas progresistas conocen «lo que necesitan los españoles» (López dixit). Por lo tanto, la conclusión del portavoz socialista fue que, Tamames, ha sido «el señuelo» de quienes «hablan mucho» de una libertad que «no es la misma para nosotros». Para el PSOE.

Como no existió oratoria ni controversia dialéctica ésta cuestión quedó en el limbo del olvido sin una adecuada respuesta parlamentaria. Pero dicha manipulación de la “Libertad” no es un hecho banal. La adjetivación y la apropiación partidista del término destruyen la esencia misma de la Democracia en mayúsculas. Matiz que supone la peor cadena que atenaza la auténtica Igualdad Social pues, como expresaba John Stuart Mill, principal defensor del Liberalismo, se corre el peligro de sacrificar la propia Libertad, entregándola en bandeja de plata a sus enemigos.

Sobre el resto de “mitineros” que decidieron presentar sus réplicas precocinadas a un discurso de Ramón Tamames escasamente oído y mucho menos escuchado, poco merece la pena analizar o reflexionar sobre ellos. Las mismas quejas, los mismos lamentos e insultos de costumbre que vienen saturando la paciencia de cada vez más ciudadanos sobre la decadencia política y argumentativa de la clase política española.

Las respuestas de Ramón Tamames en la segunda jornada de supuestos debates llegaron con evidentes signos de cansancio y aburrimiento por la falta de la debida oratoria. Aun así, tuvo tiempo para recriminar al Partido Popular su abstención, anunciada días antes de escuchar las razones expuestas por el viejo profesor. Consideró Tamames que «no apoyar esta moción es un error». A los vascos que continúan pensando que «están todavía oprimidos» les preguntó de forma retórica, «¿pero qué cosa es esa?» La enumeración pormenorizada de cada prerrogativa que disfruta la autonomía vasca y el resto de comunidades no, fue su respuesta.

Sobre España, recordó las palabras de Pau Gasol sobre que «Cataluña es un pedazo de España», afirmando a continuación que «esa es la mejor definición». Poco después, volvió a recordar a la cámara que «no se puede hacer historia desde el BOE» en referencia a la excesiva utilización de un pasado falseado y manipulado. En esta línea llegó a preguntar a la Cámara: «¿Por qué tanta mención al término fascista como en el 36?».

Por último, culpó a los asistentes  de buscar «la separación, y la división». Al PSOE le inquirió por su obstinada costumbre de «utilizar a las mujeres como si fueran moneda de cambio», cuando en realidad «ahora tenemos más violaciones que antes del feminismo». Y lamentó que «el deseo de erradicar al candidato» fuera superior a la «lucha didáctica y a la cortesía».

En definitiva, la falta de una adecuada y eficaz oratoria de los opositores al candidato de Vox a la presidencia del gobierno, el profesor Ramón Tamames, sobrevoló por el hemiciclo para vergüenza de unos políticos adoctrinados incapaces de exponer unas ideas distintas a las ya conocidas por los ciudadanos a través de la prensa diaria.

A falta de la debida reflexión, los resultados de la Moción de Censura, sobre todo para Vox, el Partido Popular y el PSOE, necesitará de un tiempo prudencial para poder ser contemplados. Tiempo que los partidos políticos no tienen. A pesar de ello, en los próximos días surgirán las consabidas encuestas, más o menos edulcoradas, que trataran de explicar unos resultados inexistentes.

El Nuevo Testamento narra como Jesús de Nazaret resucitó al tercer día. En esta ocasión, ningún político ni opción de gobierno resurgirá de la ultratumba parlamentaria pues, como lamentó el profesor Tamames en una de sus comparecencias, sólo hemos asistido a un «mitin espurio […] con presentación de un programa de gobierno que se llama “SUMAR”».

De modo que, una única conclusión parece evidente que surgirá con fuerza con el paso de los días. A pesar de todos los esfuerzos previos a la moción de censura por desprestigiar al candidato de Vox desde los partidos de la derecha, la izquierda y los diferentes medios de comunicación, parece evidente que, al menos a nivel dialéctico y de oratoria, debería ser proclamada la victoria del viejo comunista, profesor y parlamentario, Ramón Tamames, como único vencedor de la moción de censura. El resto de comparecencias, alegatos, insultos camuflados y comentarios, más o menos, jocosos, pasarán a la manipulada historia del parlamentarismo español sin pena ni gloria.

(versión corregida y ampliada del artículo publicado previamente en El Día Digital -23/03/2023-)

Moción de Censura 21-22 marzo de 2023 -1ª Sesión-

Tres Días de Obsesiones y Precampaña Electoral

Nos encontramos en la semana de la manoseada moción de censura bis, de Vox contra Pedro Sánchez. Si bien, en principio, esta herramienta política podría tener toda la razón de ser a tenor del comportamiento del ejecutivo más totalitario que ha sufrido España desde el suicidio del anterior régimen, la moción llega demasiado tarde y perdida entre discursos de alabanza política con vista al 28 de mayo.

Imaginar una retirada prematura y forzada de Pedro Sánchez, ahora que deja enfriar su sillón parlamentario para calentar el europeo salvador, forma parte de la infantil ilusión de unos políticos cuasi noveles como los verdes. Los argumentos esgrimidos en la Cámara Baja en este primer día de debates han navegado entre la exposición de una realidad social, política y económica contemplada desde la minoría y la narración de unos sueños ilusorios sobre un país de las maravillas que, cada vez más población duda de su existencia.

Santiago Abascal, como líder del partido político que presentó la moción de censura, Vox, ha tenido una primera parte de su discurso anodino y confuso. Tras la penosa introducción, surgía el Mr. Abascal peleador en una segunda parte del discurso muy bien preparada, estructurada y matizando cada una de las razones ya conocidas por los lectores desde hace semanas por las que han dado el paso de la moción de censura.

Por el contrario, Pedro Sánchez ha debido sufrir el desliz de alguno de sus asesores o asistentes que le han preparado unas réplicas a Abascal diametralmente opuestas a las utilizadas en su alocución el líder de los verdes. Como consecuencia, las extensas parrafadas de Sánchez no han pasado de ser una repetición de los discursos de pre-pre-campaña electoral que le hemos escuchado en los últimos días o semanas en sus mítines socialistas.

A tal punto ha llegado la pérdida de papeles de Sánchez que, tanto Santiago Abascal como Ramón Tamames no han tenido problemas en acusarle, con toda la razón, de no contestar a los planteamientos enarbolados para justificar la moción de censura.

Ignorando los planteamientos de Vox y del candidato Ramón Tamames, Pedro Sánchez, se ha centrado en recordar, una y otra vez, los logros de su gobierno aderezados por una infinidad de promesas, regadas todas ellas con miles de millones de euros, que difícilmente serán ejecutables en los escasos meses que queda de legislatura. Y todo ello, aderezado con una sarta de mentiras del repertorio socialista que son sobradamente conocidas por los ciudadanos por lo que fueron fácilmente desmontadas por los avalistas de la moción, Abascal y Tamames.

La votación de Sánchez a favor de la «congelación de las pensiones» con Zapatero, la supuesta falta de «propuestas sanitarias de Vox durante la pandemia», «el coste económico» de esta moción de censura en horario laboral de los diputados, los datos de violencia callejera o «la agitación de las tribunas» orquestada supuestamente por Vox, han sido las más evidentes y negativas para la credibilidad de los argumentos defensivos de un Pedro Sánchez nervioso y en ocasiones descompuesto y sin respuestas coherentes.

Pero, quizás la peor metedura de pata del presidente Sánchez se ha producido con se ha referido a «la cercanía de Abascal a la corrupción del PP», a lo que el líder de los verdes le preguntaba «Pero, ¿en qué partido ha estado usted?» en referencia velada a los casos de corrupción socialista desde la época de Felipe González hasta Tito Berni, pasando por los presidentes condenados en Andalucía.

Por su parte, el discurso de Ramón Tamames ha sorprendido a más de uno. Sobre todo al propio Pedro Sánchez y a la Vicepresidenta 2ª y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, quienes se han visto obligados a reconocer que sus intervenciones «estaban preparadas» en base al borrador utilizado en febrero por Tamames y filtrado hace pocos días por la prensa amiga del ejecutivo sanchista, pero que no se correspondía con el leído en la Cámara Baja esta mañana.

Tamames, tras una breve alusión a su participación en “La Rebelión Estudiantil” de 1956 y el consecuente paso por la cárcel de Carabanchel en su búsqueda de la «Reconciliación Nacional» y «la libertad y la democracia»  que después significó la Constitución Española de 1978, pasó a relatar de forma pormenorizada los principales puntos que justifican la moción de censura.

Con vehemencia ha criticado el «sofisma» de que la Constitución no hay cumplirla porque la mayoría de los españoles actuales no la votaron; la ruptura con la Separación de Poderes; los ataques al idioma español hablado «por 600 millones de personas en el mundo», y que no es posible utilizarlo en gran parte del territorio nacional.

También ha atacado con vehemencia las leyes de Memoria Histórica definida como «muy perjudicial». Y la de Memoria Democrática, «aún más perjudicial», por «faltar a la verdad», por lo que ha pedido que «se deje la historia a los historiadores». En el ámbito económico-laboral, Tamames, ha criticado al presidente Sánchez por haber logrado que el gobierno se haya convertido en el principal «empresario y sindicato máximo, todo a la vez».

Sobre los cambios en la legislación fiscal y penal, el profesor Tamames, ha afirmado que «sólo por esto, se debería haber presentado entonces una moción de censura». En cuanto a la corrupción, con Tito Berni como último protagonista, ha criticado que, por primera vez, la corrupción se lleve a cabo desde los «despachos parlamentarios».

El esperpéntico teatrillo llevado a cabo por la censura bis de Abascal y los verdes, sobre todo durante su confección, las rondas publicitarias del salvador Tamames, los rechazos de políticos de renombre como  tentados en su orgullo patrio, y los dimes y diretes orquestados entre sus protagonistas en las últimas semanas, hacían prever lo que hemos visto en la primera sesión parlamentaria.

En cualquier caso, la moción, llega tarde y mal. El final de la obra está escrito y rubricado por adelantado. Mucho antes del inicio de las sesiones parlamentarias. Razón por las que el presidente Sánchez, incluso nos ha adelantado su resultado. A favor, los de parlamentarios de Vox y «dos tránsfugas de por allí arriba».

El Partido Popular absteniéndose en un banal intento de que se ignore su presencia. Y, por supuesto, en contra estará el gobierno en pleno, con sus socios y aliados, quienes votarán al unísono contra la medida en aras de culminar unos pactos grabados y firmados con el fuego de la traición, de los que depende la supervivencia política de la mayoría de la Cámara.

(Previamente Publicado en El Día Digital -21/03/2023-)

¿Acabar con la Censura en las Redes Sociales?

La lucha entre libertad de expresión y la censura no es nueva, pero sí ha sido reavivada en los últimos años por la deriva censora de las plataformas que gestionan las Redes Sociales. El cierre de las páginas de Donald Trump, Morante de la Puebla o del partido Vox, son casos bien conocidos en nuestro país, pero no son los únicos. Asistimos a una involución de las Redes Sociales que podrían tener los días contados con el cambio de propietario en Twitter.

Como alteración o eliminación de la palabra, el discurso, el debate, la escritura o cualquier otra forma de comunicación, la censura, es el arma más utilizada en la actualidad por los gobiernos, la prensa afín a éstos, la educación y las grandes corporaciones de la comunicación. Convertidas las redes en campos virtuales de la batalla político-social, su línea de actuación se acerca más a centros de adoctrinamiento y control de masas que a medios o herramientas que favorezcan la libertad de expresión y de comunicación de la población.

La creación de la web Classmates de Randy Conrads, en 1995, suele considerarse como el inicio de las Redes Sociales virtuales en su concepción primigenia. Aquellos objetivos no pasaban de lograr que los antiguos amigos y compañeros de los colegios, institutos y universidades tuvieran la posibilidad de recuperar y mantener contactos más directos que los llevados a cabo desde la dirección de los centros educativos anglosajones.

Dos años después, Andrew Weinreich, creó SixDegrees. Web que suele definirse como la primera red social del mundo con carácter de globalidad y servicio a la población en general. Esta versión ya permitía localizar a otros miembros de la red y crear listas de amigos. Aunque su vida comercial fue efímera, sólo 4 años, podría decirse que estableció las bases de la siguiente generación de plataformas de comunicación social como Friendster, MySpace o LinkedIn.

El camino de las Redes Sociales masivas había sido liberado. El portal Facemash creado en 2004 por Mark Zuckerberg, únicamente pretendía conectar a los estudiantes de Harvard. Sin embargo, con el tiempo se convirtió en la polémica Facebook que todos conocemos. A partir de aquí, ninguna corporación deseó quedarse sin su parte del pastel de la comunicación social. Youtube, surgió en 2005; Twitter, en 2006; WhatsApp, en 2009; Instagram, en 2010 y Telegram, en 2013. Son las más conocidas, pero no las únicas.

La utopía de la Libertad de Expresión, principalmente en el mundo educativo, favoreció en aquellos tiempos que el funcionamiento de las redes sociales fuera considerado como el esperado y anhelado “refugio” de librepensadores, reformistas, autónomos, escritores, literatos y activistas de toda índole.

La sección 230 del Communications Act de los Estados Unidos estableció en 1996 que ningún proveedor o usuario de los servicios de comunicación interactivos debía ser tratado como «publicador, editor o emisor» de la información emitida por otro proveedor de contenido informativo. Por lo tanto, las plataformas que gestionan las redes sociales no serían consideradas “Editores” de información o de contenidos, sino “Herramientas” de intercambio de información entre particulares.

Esta norma, supone de hecho, que Facebook, Twitter, Google y el resto de plataformas consideradas “Redes Sociales”, sobre todo en Estados Unidos, careen de responsabilidad civil sobre lo publicado por los usuarios. Además, obtienen beneficios fiscales especiales porque no son considerados «editores de noticias y de información».

Rápidamente, en los ámbitos de la política, la publicidad, y las ventas on line, fueron conscientes de la enorme capacidad de influencia social de estas redes. Con relativa facilidad, el voto y las ideologías políticas cabalgan a velocidades nunca antes imaginadas entre los usuarios, salvando el espacio, el lugar y el tiempo.

Para lograr todo ello, en política, la nueva realidad censora de las plataformas, comenzó a encarcelar el pensamiento libre entre el fango del absoluto silencio. El control de masas se hizo tan familiar que la propia población solicitaba la implantación de nuevas sanciones y limitaciones, sin apenas ser conscientes de lo que significaban. Como resultado, es suficiente que sea lanzado un mensaje ideológico cualquiera por las plataformas de redes, la mayoría de las veces ficticio o literalmente falso, para que millones de personas lo tomen por una verdad absoluta y lo asuman como propio sin preguntarse qué o quién se encuentra oculto o qué intenciones hay detrás del mismo.

Las plataformas gestoras de las Redes Sociales, sin apenas crítica de los usuarios y sin abandonar los enormes beneficios que les proporciona la legislación redactada ad hoc, aplican la censura y el control sobre las publicaciones en función de los intereses políticos y comerciales que consideran más generosos por sus empresas.

La guerra entre Libertad de Expresión de los usuarios y las actividades de generación de información por razones subjetivas, ideológicas y políticas está a la orden del día. El punto culminante de esta censura subjetiva, sin duda alguna, lo marcó el cierre de las cuentas de Donald Trump, a nivel mundial, por cuestiones meramente políticas. La acusación contra Trump de promover la violencia entra la población nunca ha sido demostrada, pero sirvió para acabar con su carrera política y facilitar la llegada del progresista Joe Biden.

Dentro de la falacia e incongruencia de las principales redes sociales como Facebook, Instagram o Twitter, al mismo tiempo que se censuraban a Trump por su oposición a la política censora de las redes, las mismas mantenían abiertas, sin ninguna penalización, miles de páginas eróticas, de publicidad confusa, de información y justificación del terrorismo, los totalitarismos de izquierdas, o activistas revolucionarios de toda índole. Páginas en las que, abiertamente, se anima a la violencia sobre todo aquel que no comulgue con ideales políticos, naturalistas, cambio climático, o modernas ideologías de comportamiento social.

Pero esta situación podría cambiar de forma radical tras la reciente adquisición de Twitter por el magnate ruso Elon Musk. Su intención de potenciar al celeste “monarca nuquinegro” desde la plena libertad de expresión así parece señalarlo. El hombre más rico del mundo, según la revista Forbes, ha invertido en Twitter porque cree que Twitter tiene el potencial necesario para «ser la plataforma ideal para la libertad de expresión en todo el mundo».

Musk, está convencido de que «la libertad de expresión es un imperativo social para una democracia funcional. Sin embargo, […] la empresa no prosperará ni servirá para este imperativo social en su forma actual. Twitter necesita transformarse». De llevarse a cabo la reforma anunciada, Twitter acabaría con la censura de lo políticamente correcto que tanto temen el resto de redes sociales y la clase política dirigente de la mayoría de países.

Según ha informado el Daily Mail, Musk baraja la posibilidad de despedir a Vijaya Gadde, responsable de los sistemas de censura de Twitter, junto a más de mil empleados dedicados a los mismos procesos, una vez que haya finalizado el proceso de compra y cambio de propietario. Parece pues que el tiempo de libertinaje disfrutado por la progresía y la infinidad de “ideologías clasistas” subvencionadas podrían tener los días contados.

Como ocurrió con la caída de usuarios en WhatsApp a raíz de las modificaciones del sistema llevadas a cabo el pasado año, la propuesta de Elon Musk para «la eliminación de los Bots, los trolls, las estafas», y todo aquello que «engaña» o coarta la libertad de los usuarios producirá, a medio plazo, una obligada reconsideración de la operativa en el resto de plataformas sociales si desean mantener su competitividad frente a Twitter.

La prueba más evidente de lo anterior se encuentra en el “boom noticiero” de las últimas horas informando, o desinformando, sobre que Musk ha paralizado la compra de Twitter hasta que la actual dirección no garantice que el número de “cuentas falsas” no supera el 5% prometido en los acuerdos. A partir de aquí se está lanzando mensajes contradictorios insinuando que la compra ha fracasado. Pero, por muy progre que uno quiera ser, ¿Cómo se van a pagar más de 40 mil millones sin garantías sobre el precio real de un producto?   

Si Musk alcanza «la libertad de expresión en todo el mundo» como «imperativo social para una democracia funcional», sin duda, logrará recuperar a los millones de usuarios desencantados que abandonaron el nido del pájaro azul con la política de censura mantenida hasta el momento. Una operación histórica que también permitirá la vuelta hacia la esperada Libertad de Expresión de los inicios en las redes sociales, logrando hacer realidad esa «plaza del pueblo digital donde los asuntos importantes para el futuro de la humanidad sean debatidos» sin coacciones de nadie, como afirmó Musk recientemente.

La PACIENCIA NO ES SUMISIÓN NI COBARDÍA

Decía recientemente el ministro de Sanidad, Salvador Illa, como antesala de su amenaza a la Comunidad de Madrid, que “La paciencia tiene un límite”, y por eso, confinan las localidades y autonomía enemiga del soñado socialismo de fin de semana y botellón. El ministro, tenía razón en cuanto a los límites de la paciencia. La misma no es eterna, pero más le hubiera valido comprobar antes la dirección del viento de tormenta que puede arrasar a quienes se sienten seguros en la poltrona del escaño.

La población española, cada día, pierde más la paciencia por el empeño del gobierno en fabricar realidades a su antojo. Ya no existe sospecha de que el ejecutivo sólo tiene “ojitos cariñosos” para quienes bailan al son de la flauta encantada rojo-morada. El abandono y los ataques contra las poblaciones gobernadas por los partidos de la derecha es un hecho imposible de camuflar con sonrisas, banderas tricolores y ataques a la corona.

Para desgracia del futuro de aquel PSOE moderado que surgió en el frío otoñal del ’78, las excepciones confirman la regla. José Luis Rodríguez Zapatero fue tachado por muchos socialistas como un líder “ocurrente”. Sin maldad, jugaba a filósofo internacional de ideología universalista. Sin pena ni gloria buscó la amistad del mundo musulmán. Le dejaron hacer y los compañeros que así opinaban erraron por completo.

A Pedro Sánchez, durante la guerra de sucesión interna, se le lanzaron verdades tergiversadas tras su victoria. Se le tachó de “gran estratega conciliador”, por lanzarse a los brazos de la ultraizquierda y los independentistas. De nuevo, le han dejado hacer y los socialistas de antaño son relegados a las catacumbas del partido. Y todo ello, para que Pedro Sánchez alcance el añorado título de “Caudillo Rojo”.

Mientras tanto, los ciudadanos y cada vez más políticos, han perdido la paciencia por el fusilamiento de la cacareada “Co-Gobernación”. Pisoteada por sus imaginativos padres, Pedro Sánchez y Pablo Iglesias, han logrado que las CCAA, sin un gobierno central que las dirija, se vean obligadas a cabalgar desamparadas hacia una hecatombe económica y sanitaria, como nunca antes hemos conocido los españoles.

Por la vía de los hechos consumados, se hace efectiva la “República Universalista” aún sin definir. Se implanta el ideal republicano e independentista bajo el epígrafe de una  “Democracia Comunitaria” que tampoco se molestan en explicar. Y todo ello, con el trasfondo de un cambio de régimen que nunca verá las urnas.

La eliminación de la independencia del Consejo General del Poder Judicial, supone que PSOE y Podemos, tendrán control absoluto sobre la justicia española. Ampliará el que ya tienen sobre la Fiscalía General del Estado gracias a la exministra Delgado. De salir bien la jugada, las causas judiciales socialistas de Andalucía; la financiación internacional de Podemos; el posible enjuiciamiento de Pablo Iglesias por los tres delitos del caso Dina, o las sentencias en marcha y las pendientes por el Golpe de Estado catalán, se verán obligadas a bailar al son de la flauta mágica de Sánchez e Iglesias.

El reciente toque de atención de Bruselas al presidente Sánchez, es la mejor muestra de la deriva totalitaria que ha puesto en marcha el actual gobierno. Ya no son “los fachas” quienes avisamos del camino totalitario emprendido por el PSOE y Podemos. A la U.E. se le ha erizado el vello de la nuca, por el evidente derrote totalitario que lleva el gobierno.

Las asociaciones profesionales de jueces, calladas desde hace años, ahora se escandalizan. Sólo la Asociación Progresista de Jueces y Juezas para la Democracia, afín al gobierno, aplaude la reforma del Consejo General del Poder Judicial. Estos jueces autodenominados “progresistas” deberían explicar a la opinión pública porqué desean ver a la justicia española regresar a los albores de la Edad Media.

Los ministros del gobierno de Sánchez huyendo en una alocada carrera. La población de Madrid, sufriendo controles de la policía y de la Guardia Civil, por órdenes políticas sin el aval del BOE. El desconcierto Judicial imperante. La desconfianza europea sobre el incierto futuro de España. La descomunal y evidente subida de impuestos que nos llega. La ocultación de los parados reales. El cierre encubierto de empresas…  Estas y otras muchas son imágenes de la puesta en marcha de unos ideales y de una forma de legislar desde el PSOE, que fueron ocultadas a la población durante la última campaña electoral.

Parafraseando a Roosevelt, “en política, nada ocurre por casualidad”. Las actuaciones falaces de un gobierno que se ve obligado a trabajar a diario, cuando sólo pensaban en las alfombras y la pasarela, está acabando con la paciencia, incluso de quienes les alzaron al pódium con sus votos marcados a fuego.

Como consecuencia, esta semana, además del mencionado toque europeo, Pedro Sánchez y Pablo Iglesias, ante las críticas recibidas, deberán lograr que la renovación del Estado de Alarma, inventado para Madrid no se note.  El circo político estará amenizado por la moción de censura presentada por Vox. A tenor de los ocultos preparativos, no debe ser tan inútil cuando el propio presidente Sánchez se ha recluido en la Moncloa para preparar su defensa.

Desde hace meses, la población española viene demostrando tener una capacidad de sufrimiento y de tolerancia ante las desgracias y las adversidades, extraordinarias. Ha hecho alarde de la característica paciencia ibérica hacia las cosas molestas u ofensivas. Por el contrario, Pedro Sánchez y Pablo Iglesias, como les ocurriera a los generales romanos, musulmanes, y franceses, en Numancia, Asturias y Madrid, han confundido “Paciencia y Fortaleza” con sumisión y cobardía.

Y como ocurriera en el pasado, los actuales presidentes del gobierno corren el riesgo de convertirse en mitos terroríficos con los que asustar a los niños del futuro en las noches de invierno.